Tatuajes: es mi cuerpo y hago lo que quiero

¿De dónde sale esta costumbre de tatuarse? A mí, lo confieso, me daría un poco de aprensión marcarme la piel con un dibujo o una frase que durarán para siempre. Sí, ya sé que se pueden quitar con láser, pero no sin dejar algún tipo de marca.

"Una vez que te haces uno —me cuenta mi amiga Laura que ya tiene cuatro-, es como un vicio: ves tatuajes que te gustan y en seguida quieres hacértelos. A mí me parecen sexies", remata ante mis objeciones.

Las mujeres fuimos mayoría en la última edición del Festival del Tattoo de Nueva York - iStockphoto
Las mujeres fuimos mayoría en la última edición del Festival del Tattoo de Nueva York - iStockphoto

La cuestión es que este asunto de tatuarse ha recorrido la historia y el mundo desde el Neolítico. Aunque parezca increíble, en 1991 se encontró una momia neolítica dentro de un glaciar de los Alpes austroitalianos con 57 tatuajes en la espalda. Cada época y cada región del mundo tiene, en este sentido, una historia sobre el tatuaje particular que contar.

Se han usado para distinguir rangos sociales, como ritos de pasaje, como marcas de fertilidad, como símbolos de devoción religiosa, como talismanes, y para el horror: los nazis tatuaban a sus prisioneros judíos con un número. Pero hoy parecen estar bastante vacíos de contenido y se utilizan simplemente como elemento decorativo.

En 2006, la revista de la Academia Americana de Dermatología publicó los resultados de una encuesta telefónica que tuvo lugar en 2004. Se encontró que el 36% de los estadounidenses mayores de 18 a 29, el 24% de los 30 a 40 y el 15% de los 41 a 51 tenía un tatuaje.

El dolor es parte del atractivo para algunos- Thinkstock
El dolor es parte del atractivo para algunos- Thinkstock

"El mundo del tattoo es atrapante —dice el artista tatuador argentino Mariano Castiglioni en una entrevista con el diario Clarín de Buenos Aires-. Tiene una dinámica que no para, crece y está en continuo movimiento. Pero en el arte del tatuaje, con el paso del tiempo siempre prevalecen los estilos más tradicionales, los clásicos. Por cuestiones gráficas y técnicas, pasan los años y se siguen viendo bien."

El tema es por qué tatuarse. Conozco chicas que se han tatuado por razones emocionales, como escribirse el nombre de un novio sobre la piel, o de alguna otra persona que amen. El asunto es que luego pueden arrepentirse, como le pasó a Johnny Depp, que estando enamorado de la actriz Winona Ryder se tatuó "Winona Forever" en el brazo. Con el paso del tiempo y el fin de su relación se hizo borrar parcialmente la inscripción y quedó "Wino Forever" (vino para siempre).

Con mi cuerpo hago lo que quiero- iStockphoto
Con mi cuerpo hago lo que quiero- iStockphoto

En un foro de Yahoo sobre el tema, Alvaro, que tiene tres tatuajes, explica cuáles cree él que podrían ser los motivos por los cuales alguien se arrepienta de tatuarse: "Hacerlos demasiado visibles (porque pierdes el control de tu tatuaje, te lo va a ver cualquiera, no solo las personas que quieres). Tatuarse algo por moda, sin meditarlo, sin significado. Tatuarse algo con referencia a la pareja que se tenga (creo que el tatuaje es personal, es en mi cuerpo y es para mí). No buscar un lugar de profesionales y que terminar con un tatuaje con mal realizado. No cuidarlos bien y que se dañen por eso."

Hombres y mujeres se tatúan hoy por igual, aunque hay varios países, como Ecuador o Estados Unidos, donde el porcentaje de mujeres es significativamente más alto.

De hecho, en el último Festival del Tatuaje de Nueva York, uno de los más importantes encuentros sobre el tema, las chicas fueron supremacía, y se tatuaron con los más grandes artistas del tattoo, provenientes de todas partes del mundo. Como Lucy, de 35 años, que dijo mientras le dibujaban el cuerpo: "Ahora jugamos en el mismo terreno que los hombres y tenemos el poder de decir: Este es mi cuerpo y hago lo que yo quiero".

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