El estudio de la gotita de sangre

A los padres suele causarle impresión imaginar a su pequeño, recién nacido, recibiendo el primer pinchazo para obtener una muestra de sangre.

El estudio de la gotita de sangre / Foto: Thinkstock
El estudio de la gotita de sangre / Foto: Thinkstock

Pero la evaluación que permite la misma es tan importante, que luego de estar informados seguramente acotarán tal inquietud.

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Efectivamente esa muestra de sangre que se toma del talón del bebé es para descartar algunas enfermedades que no son frecuentes pero que pueden ser tratadas, con resultados muy distintos al servirse de un diagnóstico y posterior tratamiento precoz.

En algunos casos previene incapacidades futuras, en otras llega a salvarles la vida.

Los trastornos que puede identificar son:

- Fenilcetonuria: se trata de una enfermedad hereditaria que afecta la capacidad de metabolizar un tipo de aminoácido presente en algunos alimentos. Puede causar como consecuencia retraso mental irreversible, cuando el tratamiento sólo consiste en una dieta adecuada.

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- Hipotiroidismo congénito: este trastorno tiene lugar cuando los niveles de la hormona tiroxina son muy bajos. Su consecuencia puede ser un daño en el desarrollo cerebral, cuando es evitable suministrándole al recién nacido tiroxina.

- Hemoglobinopatía congénita: este trastorno se caracteriza por una forma particular que adoptan los glóbulos rojos y así dificultan su paso por los vasos sanguíneos más pequeños. Esto causa dolor intenso, infección y a veces hasta la muerte. Un tratamiento temprano colabora en reducir la gravedad.

- Fibrosis quística: se trata de una enfermedad genética que afecta los pulmones y el sistema digestivo. Su tratamiento, frente al diagnóstico precoz, se basa en dieta, fisioterapia y medicación.

- Deficiencia de la cadena media de la enzima ACYL CoA deshidrogenasa: este trastorno hace que el bebé no pueda metabolizar correctamente las grasas lo que puede producir una enfermedad grave y llevarlo a la muerte.

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Como vemos el acento cambia de lugar, para concluir que tan solo una gotita de sangre puede cambiarle o salvarle la vida al bebé.

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Marisa Russomando es Psicóloga especialista en Maternidad y Crianza y Directora de La Cigüeña