Pruebas del recién nacido
En las primeras horas luego del nacimiento del bebé, los médicos se disponen a realizarle una serie de reconocimientos y evaluaciones.
Es el momento en el que parte del equipo asiste a la mamá luego del parto y la otra parte acompaña al bebé a sus evaluaciones médicas.
En muchas maternidades este momento es acompañado por el reciente papá y se desarrolla en neonatología.
El bebé será medido y pesado y uno de los primeros exámenes que se le realizarán es el test de Apgar que evalúa la condición general del recién nacido e indica a partir del mismo si requiere de algún tipo de tratamiento para que lo reciba lo antes posible.
El test es una puntuación que va de 7 a 10 y representa esas condiciones, entre las que se incluyen los siguientes parámetros:
- Respiración
- Pulsaciones
- Frecuencia cardíaca
- Color de piel
- Tono muscular
- Respuesta a estímulos
Una vez respondido cada uno de estos referentes, se esperan diez minutos y se repiten los mismos ítems para evaluar la adaptación del bebé a la nueva vida, fuera de la panza de su mamá.
Mientras transcurren esos minutos se lleva a cabo el reconocimiento de su cuerpo: además de las evaluaciones cardíacas y pulmonares a cargo del neonatólogo, se examinan la cabeza, las manos, la boca, las caderas, los pies y la columna. El objetivo de ese reconocimiento es una vez más el diagnóstico inmediato de algún problema y que el bebé pueda recibir lo que requiera.
También se evalúan sus ojos para descartar caratas y su abdomen para ver el estado normal del cordón umbilical.
Se observará su piel para detectar marcas de nacimiento, sus genitales y se contarán los deditos de cada una de sus extremidades.
La evaluación de los genitales incluye, en el caso de los varones, la observación de si sus testículos han descendido al escroto y si la apertura del pene se encuentra en su debido lugar.
Otra parte importante de esta tarea médica es el control de los reflejos llamados primitivos, ya que manifiestan la normalidad de las funciones del sistema nervioso.
Los reflejos primitivos que se pierden a partir del primer mes de vida, son: el de succión, el de presión y el de búsqueda, el de Moro o sobresalto y el de marcha.
Por último se realiza la prueba del talón, respondiendo al slogan: una gota de sangre puede salvar la vida de tu bebé.
Esto es así porque se extrae del talón del bebé una gota de sangre con la que se puede diagnosticar algunas enfermedades tratables, prevenir discapacidades graves y tal como se mencionó salvar su vida.
Todos los padres desean lo mejor para sus hijos. Por ello siguiendo las indicaciones de los médicos podremos luego estar tranquilos y disfrutar de los primeros momentos del bebé en familia.
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