¿Quién cuidará a mi hijo?
Al momento de regresar al trabajo luego de la llegada del bebé, surge esta pregunta que preocupa a madres y padres por igual.
Las opciones que los padres de hoy manejan al momento de retomar el trabajo son abuelas, niñeras o guardería.
Ante ellas se presentan diferentes situaciones.
Las abuelas de hoy tienen otras vidas diferentes a las de antaño: o trabajan aún, o tiene una vida social activa o se dedica a otras actividades y en muchos casos no tienen ganas o no se sienten capaces del compromiso del cuidado diario de sus nietos.
También sucede que para algunas parejas ésta no es una opción: o porque alguno de ellos no se lleva del todo bien con sus padres o suegros, o por no estar de acuerdo con cómo se desarrollaría esta responsabilidad.
Quienes logran saldar estas diferencias y delegan el cuidado en abuelos sueles estar muy tranquilos en el día a día.
El tema de Baby sitters o niñeras pedagógicas es una de las opciones más frecuentes para la ciudad. Personal capacitado a cargo de los niños en su asistencia y su estimulación y entretenimiento.
El mayor de los beneficios es que esto sucede en casa, los niños permanecen en su hogar sin estar expuestos a las inclemencias climatológicas y a grupo de pares como fuente posible de contagios y que la baby sitter asiste y cuida solo a un pequeño.
El punto débil es que el personal puede ausentarse y la familia quedarse sin la estructura necesaria para continuar con sus actividades cotidianas.
En este caso es importante el proceso de selección. Delegar este objetivo a profesionales, suele ser tranquilizador y exitoso.
Las guarderías son una opción para quienes trabajan todo el día y suelen estar entre los servicios que las empresas ofrecen como beneficios: por contar con ella en la empresa o por hacerse cargo de su gasto mensual.
Muchos pediatras lo desaconsejan por el tema de los contagios entre niños.
Su punto fuerte es que está siempre abierta y suele estar muy cerca del trabajo de la madre.
Los puntos débiles son los contagios frecuentes y que el niño debe trasladarse.
Como vemos cada opción tiene ventajas y desventajas. Se tratará de evaluarlos en función de las necesidades de cada familia, de sus posibilidades y de las características del niño.
Sin duda debemos encontrar la mejor opción para que los adultos puedan continuar realizando sus tareas, y los niños disfruten del día a día.
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