Ayudamemoria

Crucigramas, recitado de poesías y hasta el mismísimo Sudoku son para muchas personas algo más que un entretenimiento. Son herramientas con las que ejercitan su mente, ganan concentración, ponen en forma la memoria, alejan los despistes.

La saturación cotidiana de imágenes y sonidos a la que está expuesto el cerebro hace que el olvido sea un mecanismo casi de defensa. Llenamos el disco duro de la memoria hasta sobrecargarlo y siempre se pierde algo, eso es lo que no recordamos.

Pero una cosa es olvidar lo que no nos importa y otra muy distinta es que se desvanezca una información clave para nuestra vida. Esto es lo que preocupa a los jóvenes que acuden al médico alarmados porque no recuerdan cosas del día a día.

¡A no desesperar! En la mayoría de los casos estos olvidos son consecuencia del estrés, de la ansiedad o de depresiones producidas por el ritmo frenético de la vida. Amén del mal descanso y el consumo de estimulantes como el café, que contribuyen a crear un estado de ansiedad que genera una tensión psíquica que nos impide recordar.

¿Qué hacer para que la memoria no se diluya? Aquí van algunos ejercicios:

- Memorizar números de teléfono, realizar operaciones matemáticas sencillas u observar un cuadro durante dos minutos y luego intentar describirlo con el máximo detalle.

- Clasificar y ordenar por categorías. Un ejemplo práctico nos lleva a enumerar una serie de palabras desordenadas y a agruparlas por características comunes. Lápiz, goma, bolso, lamparita/bombilla, luz, folio, libro y monedero. Y en conjuntos: lápiz, goma, folio y libro estarían en un conjunto; lamparita/bombilla y luz en otro; y en el tercero bolso y monedero.

- Construir historias, por qué no historietas, con lo que queremos recordar. Así se transforma en palabras o imágenes todo lo que nos interesa retener y se asocia en una historia. Fijemos seis palabras: escritorio, gato, teléfono, casa, fuego y nieve. Luego, armemos un relato con todas ellas, guardando sentido: "Desde mi escritorio veo a un gato en la ventana. Lo pierdo de vista cuando suena el teléfono. Afuera hay nieve. Por suerte en la chimenea de mi casa está el fuego encendido".

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Ayudamemoria / iStockphoto
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¿Cómo ejercitás tu mente para no olvidar?