Infidelidad pactada

En la era de los amigos con derecho a roce, los monógamos tenemos que estar preparados para ser juzgados por aburridos, rutinarios, extemporáneos. Más si quienes hoy se animan a armar una pareja, lo hacen en muchos casos bajo el concepto de pareja abierta, un vínculo en el que hay promesas de exclusividad sentimental con sexo ocasional out of house.

¿Habrá llegado el fin de la fidelidad tradicional? ¿Será este tiempo sólo un impasse en la historia de las relaciones amorosas?


A costa de ser tachada de retrograda y conservadora (¡otra vez me atajo!), me animo a afirmar que hay algo de frustración y pesimismo detrás de esta moda que parece preanunciar el fin de la monogamia. Jóvenes que huyen del compromiso y adultos decepcionados (la mayoría) después de haberlo intentado sin éxito, se permiten practicar el amor "libre" como una forma de completar la ilusión original de la familia perfecta y del sexo perfecto. Como todo junto perfecto no sale, ¿por qué no intentar ambas perfecciones con distintas personas?, se preguntan antes de salir a la caza.

Para que este estilo funcione, es necesario que existan ciertas reglas de antemano a las que hay que serles fieles. Porque basta que una de las partes no esté de acuerdo o incumpla el contrato, para que se desate una crisis y las palabras "engaño" y "traición" reaparezcan en escena.

En este manual ad hoc que conviene escribir, hay quienes se proponen, por ejemplo, no tener relaciones sexuales con la misma persona más de una vez; o avisar cada vez que se tenga sexo con otro/a. O que nunca sea alguien conocido por ambos…O que sea un secreto de dos y nadie del entorno lo sepa... Lo importante, dicen los terapeutas de pareja, es que este código de convivencia sea revisado cuantas veces sea necesario: las reglas pueden cambiar con el paso del tiempo.

Antes de poner en práctica el manual hay algunas características de los integrantes de la pareja que deben ser tenidas en cuenta. Si uno de ellos es celoso, inseguro o enamoradizo, esta modalidad traerá más problemas que soluciones. ¿Qué pasa si, por ejemplo, hay uno al que este tipo de relaciones siempre lo confunde emocionalmente?

Como en todas las relaciones humanas, lo importante es que las personas involucradas no terminen lastimadas. Registrar al otro, no perderlo de vista, vuelve a ser la clave. Y a no olvidarse que una cosa suelen ser las fantasías sobre cómo sería vivir en una pareja abierta y otra, muy distinta, el día a día, la realidad.

¿Te animarías a sostener una pareja abierta?

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