Los síntomas del enamoramiento

Hay un amor de pareja que es estable, sosegado, que si tenemos suerte nos acompaña en el transcurrir de la vida permitiéndonos también concentrar el interés en otras cosas: el trabajo, los amigos, distintos placeres personales. Y hay otro amor, mucho más turbulento, que si se presenta nos atraviesa como un tsunami, capaz de llevarnos de la cima al piso en cuestión de horas. Con los ingredientes justos como para confundirnos y hacernos sentir dolor y pasión casi en simultáneo. A este último tipo de amor se lo conoce como "enamoramiento".

Hay investigaciones sobre fisiología del enamoramiento que dan cuenta de que este sentimiento es como una droga, ya que se asocia a intensas descargas de dopamina en el centro del cerebro. Incluso, aseguran que si se manifestara en un 1% de las personas hasta podría ser considerado una patología psicológica, por su irracionalidad y la claridad en la definición de sus síntomas.

¿Cuáles son estos síntomas del enamoramiento? Aquí van tres:

- La irracionalidad: Los gestos o características del otro se conviertan en la causa del amor. Nos enamoramos de su risa, de cómo nos mira o acaricia el cabello, de cómo toma la copa de vino entre sus manos…

- La pasión: El erotismo atraviesa la relación. Hay una inquietud física desenfrenada que solo puede calmar la persona a quien amamos. Nos late el corazón con fuerza al verlo llegar; nos eriza la piel una palabra dicha al oído. Sentimos "mariposas en la panza" cuando nos cruza en el chat o manda un mensaje de texto al celular.

- La obsesión: No podemos pensar en otra cosa que no sea en la persona amada. Todo nos remite a él/ella. Dejamos de hacer cosas, de estar con otra gente, y todo con tal de verlo, de pasar con nuestro objeto de deseo el mayor tiempo posible.

Soy de las que cree que todos estos sacudones del alma no son provocados solo por amantes fugaces. Tal vez, la principal diferencia que exista entre el enamoramiento y el verdadero amor esté en la frecuencia en que esos síntomas se hacen presentes y reviven esa descarga eléctrica tan estimulante. Y si me dan a elegir…prefiero esperar ansiosa el próximo "choque" sabiendo que puedo revivirlo cuantas veces quiera, que experimentarlo temerosa consciente de que puede desaparecer ni bien cambie el viento.

¿Te has sentido atrapada alguna vez por este tipo de enamoramiento?

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