No tengo un millón de amigos
Jamás hubiera hecho esta afirmación a los 18 años. Tener un grupo reducido de amigas entonces me parecía consecuencia más de una dificultad (hacer nuevos amigos) que de una virtud. Treinta y pico de años después, me enorgullece que al contar a quienes integran ese grupo íntimo, solo necesite los dedos de una mano.
¿Qué cambio en el medio? ¿Qué buscaba antes en un amigo y qué necesito ahora?
Cuando uno anda por la vida teniendo sus primeras experiencias fuera de la familia, los amigos son un ámbito en el que buscamos contención, aceptación. Algo parecido a lo que solemos encontrar en el ámbito familiar pero afuera de casa. Y cuánto más jóvenes somos, más valoraremos formar parte de un grupo de amigos porque eso nos da seguridad. Nos tranquiliza saber que "no andaremos solos por el mundo". En algún sentido, nos da identidad. Por eso queremos formar parte de un grupo, porque es una forma de reconocernos en quienes lo integran.
Pero a medida que el tiempo pasa, lo que empieza a gustarnos de una amiga, lo que la hace más "atractiva", es justamente su punto de vista diferente. Esa palabra o esa actitud que nos sorprende porque la muestra como persona valiosa, única. Y porque, a su vez, refleja que es alguien que sabe escuchar, sabe decir y no actúa en forma egoísta.
Y aquí aparece un elemento que identifica a ese selecto grupo de amigas que me acompaña en la vida adulta: el registro que tienen del otro. A veces ese "otro" será parte sólo de sus vidas. Y me encantará ver cómo lo tienen en cuenta para decir o hacer determinada cosa. A veces esa "otra" seré yo y me llenará de alegría saber que no hablarán por hablar, no me juzgarán porque sí…Que esa mirada que traduce "disenso", diferencia, será usada como opinión pero nunca aparecerá en forma reprobatoria como sinónimo de "te lo dije…"
Sé que muchos a esta altura estarán envidiando mi grupo de amigas. No es fácil dar con gente así. ¡Es cierto! Y no es que de vez en vez no se manden sus "deslices", es que saben cómo volver de ellos.
El próximo 20 de julio (día que el hombre llegó a la Luna) en Brasil, Uruguay y Argentina se celebra el Día del Amigo. En otros países ese festejo llegará unos días después, el 30 de julio, porque así lo decidió la Asamblea General de las Naciones Unidas siguiendo la propuesta promovida por la Cruzada mundial de la amistad. Ojalá ese día, todos tengan por lo menos cinco amigos verdaderos a los que saludar o recordar.
¿Qué buscás en un amigo? ¿Qué hacés para serlo?
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