Piel fina
La susceptibilidad hace esclavo de los otros a quien la padece. Una palabra, una mirada, son suficientes para encender la mecha y provocar un conflicto. Vivimos en un mundo que genera roces a cada instante, y no estar curtido para sobrellevar estas diferencias, es realmente un problema. Y no sólo porque su víctima vivirá irritada y permanentemente en conflicto, lo que la llevará al aislamiento, sino porque estar siempre en guardia agotará su energía y minará su autoestima.
Todos conocemos a alguien o hemos pasado períodos de hipersensibilidad en los que cualquier comentario es sentido como un ataque, como una ofensa. Según un estudio realizado en los Estados Unidos, una de cada cinco personas padece hipersensibilidad. Por eso, lo importante es aprender a mitigar estas reacciones. La psicología aconseja realizar una actividad artística, ya sea escribir, pintar, hacer música o fotografía, ya que su ejercicio servirá como catarsis y, a su vez, nos permitirá volver al mundo con la piel más dura.
¿Cuáles son las características más comunes de las personas con la sensibilidad a flor de piel?
- Son muy vulnerables emocionalmente.
- Tienen baja autoestima.
- Pierden el control cuando sospechan que murmuran sobre ellos o cuando se sienten heridos por algún comentario. Sus reacciones suelen ser imprevisibles.
- Como no siempre reaccionan cuando se consideran atacados, es habitual que se queden pensando en lo que deberían haberle respondido al atacante.
- No consideran tanto los elogios como las críticas.
- Solo se valoran en función de las opiniones del entorno.
Hay ejercicios que pueden ayudar a mitigar la susceptibilidad. Ante el conflicto en puerta, lo ideal es:
- Enfriar las situaciones conflictivas. Desdramatizar.
- No enjuiciar al virtual "atacante". Ver solo el hecho, no a toda la persona.
- No proyectar qué debería hacer el otro, eso ayudará a ser más inmunes a la decepción.
- Ejercitar la empatía (ponerse en el lugar del otro).
Y si todo esto no sale al primer intento, a no preocuparse. No seremos los únicos para los que aprender a bajar la hipersensibilidad será un trabajo de toda la vida. Si hasta el propio Aristóteles decía que "enfadarse con la persona adecuada, con el grado exacto, en el momento oportuno, con el propósito justo y el modo correcto, ciertamente no resulta tan sencillo".
¿Qué actitudes de los otros ponen tu sensibilidad a prueba?