Lenguaje sexual, un mundo de dos

En el lenguaje del sexo es muy importante que se nos entienda. No cualquier tipo excitación da lo mismo, no cualquier estímulo nos lleva a las situaciones que queremos. Conocer y hacerle saber exactamente a mi pareja qué me gusta, qué quiero ese día, es básico para mantener un diálogo amoroso. No pongamos al otro en el papel de experto infalible que todo lo sabe y todo lo puede. Tampoco es real que nosotras no sabemos nada y por ello nos entregamos a la voluntad del otro. Nadie sabe más que yo sobre mi propio cuerpo y es justo compartir ese conocimiento abiertamente con mi compañero.

Lenguaje sexual, un mundo de dos - Thinkstockphoto
Lenguaje sexual, un mundo de dos - Thinkstockphoto

Dentro de los lenguajes sexuales, el de las palabras es quizá el que más difícil nos resulta a las mujeres porque fuimos criadas en un ambiente en el cual estaba totalmente prohibido nombrar a nuestros genitales. Como consecuencia de aquella prohibición, a muchas les resulta totalmente desagradable el lenguaje explícito de los varones, quienes desde pequeños aprenden a nombrar sus genitales.

La educación recibida por hombres y mujeres ha sido muy diferente. Nosotras estamos acostumbradas a utilizar eufemismos, y ellos a nombrar con términos directos. Es importante llegar a un lenguaje propio y personal que permita con una mirada adulta nombrar los genitales propios, los del otro y las situaciones sexuales con palabras coloquiales, no necesariamente científicas, pero que no produzcan incomodidad.

El lenguaje amoroso usado dentro de las situaciones sexuales suele adquirir distintos significados: algunas mujeres se excitan cuando les dicen frases cariñosas, a otras les excita que les hablen de la acción que está transcurriendo. Es necesario e importante que una pareja explore ese lenguaje, el lenguaje de ellos.

Ingredientes de la escena sexual

Intimidad para compartir nuestras emociones de la misma manera que compartimos nuestros cuerpos y poder así sentirnos física y espiritualmente cerca de nuestro compañero.

Honestidad para mostrar nuestros deseos y necesidades, no fingiendo lo que no sentimos.

Sensibilidad para captar lo que a nuestro compañero le agrada y preguntarle lo que necesita.

Confianza, como sentimiento necesario hacia el otro y hacia uno mismo para tener una buena relación sexual.

Espontaneidad y creatividad, jugar y explorar para contactar con los propios sentimientos sexuales no temiendo expresarlos al tiempo que permitimos que nuestros deseos y fantasías fluyan.

Seguridad, porque la cama es un lugar muy especial para la igualdad de derechos. Si una se siente sexual y si el vinculo y la confianza lo permiten, no evitaremos hacer el primer movimiento para acercarse.

Amar porque el amor es un factor muy importante en una buena relación sexual. Colorea todo con un matiz único. Cuando nos enamoramos, los encuentros sexuales nos permiten expresar lo que sentimos. Es y seguirá siendo el mejor afrodisíaco.

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