¿Cómo saber si estás consintiendo mucho a tu hijo?

Por: Silvia Renata Figiacone

Una de las tareas más difíciles en la diaria rutina de ser madre, es saber cuándo es importante satisfacer deseos de los chicos y cuándo debemos decir no. ¿Soy una mamá suficientemente buena?, ¿Tengo que darle lo que pide?, ¿Tengo que poner límites y decir no? ¿Si no lo consiento, lo frustro y sufre demasiado?... Estas y otras preguntas rondan en la cabeza de muchas madres de chicos chicos y no tan chicos.

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Ann Douglas (2010) dice que es importante, ante todo, reconocer que la tarea de ser madre no implicará siempre la emergencia de emociones positivas en la relación con los chicos. No significa que cada vez que interactuemos con nuestros hijos nos sentiremos satisfechos. No asegura, insiste, que los chicos siempre responderán con una sonrisa que sugiere "qué buena mamá eres".

A veces, en el intento de ir detrás de esa sonrisa los consentimos demasiado.

Lo primero que necesitamos para responder a la pregunta acerca de si lo estamos consintiendo mucho es comprender que ser padres exige tanto consentir como frustrar. Responder a los deseos de los chicos tanto como limitarlos. El sano equilibrio entre ambas cosas se traducirá en mayor capacidad para regular emociones, insertarse socialmente y sostener todo tipo de aprendizajes.

¿Qué significa consentir?

Es interesante que, de acuerdo a la Real Academia Española, consentir significa tanto "permitir algo" como "principiar a romperse".

Si consentir a los hijos implica mimarlos y darles lo que quieren, es importante que se haga de manera limitada y con conciencia que, el exceso de esa conducta, conspira contra el sano desarrollo de habilidades sociales y emocionales.

Se ha sugerido que el impacto del consentir exagerado es tan grave y pernicioso para el desarrollo como la ausencia parental o el abandono.

¿Qué pasa si lo consiento mucho?

Para Ehrensaft, los chicos a quienes se consiente en exceso presentan tendencia a expandir su dominio sobre el entorno y respetar menos los derechos y deseos de los demás.

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Tienen grandes dificultades para comprender la palabra NO y ello redunda en menor capacidad de interacción con otros chicos. Los intercambios sociales siempre implican negociación, dar y recibir, y un chico muy consentido solo aprende a recibir.

Desarrollan rasgos narcisistas de personalidad y menos empatía, siendo ello algo que conspira contra la posibilidad de tener vínculos genuinos en el futuro.

¿Por qué los consentimos tanto?

- Por temor a que lloren, sufran, se enojen, a dañarlos psicológicamente y a restringir su crecimiento

- Por culpa por estar fuera, trabajar muchas horas, vivir apurado y tener poco tiempo

- Por incapacidad para responder a las emociones negativas (enojo, bronca, rabia) que el limitar y no consentir activa en los chicos

- Por no ser consientes del valor de la pauta, el límite y el no consentir

- Por la influencia de viejas doctrinas psicológicas que sugerían que no era bueno "reprimir"

- Por el temor a que el no consentir debilite el vínculo con los chicos

- Porque es más fácil que limitar

¿Cómo hacer para no consentir?

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Como para tantas otras cosas lo primero que se necesita para no consentir demasiado y ser equilibrado en la crianza de los chicos es conciencia. La reflexión diaria frente al pedido de los chicos, el reclamo, el llanto y la demanda. Muchas veces para evitar las consecuencias negativas del no otorgamos todo lo que se pide y más y ello es sin duda la puerta a posibles problemas de desarrollo socioemocional.

Algunas estrategias puntuales son útiles para equilibrar entre la satisfacción de los deseos de los chicos y la limitación de sus quereres:

- Nunca des todo lo que piden, siempre piden más de lo que necesitan

- Elige a conciencia aquello a lo que dirás que no, construye diariamente experiencias en las que él no forma parte de tu feedback a los chicos

- Restringe el otorgar todo lo material que piden, la influencia de los medios de comunicación y el marketing hace que quieran más y más pero tener mucho solo se traduce en desarrollarse poco

- Explica por qué limitas, con calma, paciencia y firmeza. El no consentir es una de las tareas impostergables de la paternidad y ello puede hacerse explícito a los chicos

- Acuerda con tu pareja, evita diferencias de opinión visibles frente a los chicos. Ello no hará más que otorgar grietas a través de las cuáles se mostrarán exigentes

- No des demasiado, los chicos no necesitan tener TODO, los grandes tampoco. Muchos chicos hoy tienen demasiado y crecen con la creencia de que todo es fácilmente alcanzable

- Establece reglas firmes, es importante que entiendan que cuando se les consiente posiblemente ello haya sido precedido por el buen comportamiento

Consentir demasiado altera las posibilidades de desarrollo sano de nuestros hijos y nunca debe ser la respuesta a la falta de tiempo y la comodidad parental. Ser padres es un enorme desafío y una de sus mayores dificultades es encontrar el equilibrio entre dar y recortar.

Referencias:

Douglas A (2010) The mother of all toddler books: an all Canadian guide to your child´s second and third years. John Wiley & Sons.

Ehrensaft D (1997) Spoiling Childhood: how well meaning parents are giving children too much but not what they need. Guilford Press

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