Cada hijo necesita de tiempo
No hay un momento ideal para la planificación del segundo bebé, pero es cierto que una de las más grandes satisfacciones de los padres es poder pasar tiempo exclusivo con cada uno de sus hijos, conocerlos, verlos crecer, ocuparse de sus necesidades y disfrutarlos.
Esto es más sencillo si hay en casa un bebé a la vez. Los padres que tienen más de un bebé suelen sentir culpa al creer que no están prestando suficiente atención individual a cada uno de sus hijos.
Sin embargo, si ésta es la situación en la familia por haberlo elegido de esa manera o por sorpresas que nos da la vida, podemos estar atentos a algunas decisiones y desde allí, liberarnos de la culpa que nos vuelve difícil la posibilidad de disfrutar de la paternidad en el día a día.
Los niños necesitan saber que tendrán un tiempo de atención exclusiva con cierta frecuencia y especialmente cada vez que la requieran.
Por ello es sugerible incluir en la rutina cotidiana al menos unos minutos diarios para compartir a solas, alguna actividad semanal juntos aunque sea breve y estar atentos a alguna necesidad puntual de cada uno.
La manera más sencilla de incluir estos momentos y no olvidarse o perderse en la vorágine del día, es que formen parte de la rutina. Será más fácil entonces asociarlos a algún ritual importante. Puede ser antes de que el bebé se duerma o durante el desayuno; el baño es otro gran momento en el día y cada uno de los tiempos con los que los padres disponen con mayor frecuencia.
El secreto radica en la disponibilidad con la que los adultos comparten estos ratos. Se trata de olvidar la lista de tareas pendientes, de dejarse llevar por el estar allí y registrar el contacto con el bebé.
Además de estos momentos diarios, es esperable sumar actividades compartidas, semanalmente. Esto es válido para todos los hijos desde bebés, hasta adolescentes. Seguramente encontrarán en esa intimidad, el tiempo y la disponibilidad necesaria para relatar sucesos vividos en el día, plantear interrogantes vitales que requieren orientación y acompañamiento de parte de los padres, contar anécdotas y tener códigos comunes.
Cada tanto, es necesario revisar lo compartido con los hijos en el período transcurrido: la última semana, el último tiempo, y si se observa que esa rutina se está desarticulando, es tiempo de priorizarlo.
Hay tiempos que por diferentes motivos, este objetivo puede ser difícil. Los fines de semana pueden ser el espacio ideal para recuperar el tiempo no logrado.
Los niños necesitan tiempo y dedicación de sus padres. Cuando se les dedica tiempo, se desarrollan lazos más fuertes.
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