Qué no debes decirles jamás a tus amigos sin hijos

Ellos nos adoran y nosotras a ellos. Pero aunque ocupen el lugar de ser los hermanos elegidos por las afinidades, hay alguna que otra diferencia irreconciliable. A varios de ellos parece no importarles no tener hijos (eso dicen), a pesar de rondar los 40; otros, en cambio, están buscando familia desesperadamente y se ponen muy vulnerables a todos los comentarios (o no comentarios).

Porque sin dudas, la vida sin hijos y con hijos es totalmente diferente. Por eso, tocar el tema en algún momento es inevitable. Muchas veces nos proponen planes que para los no padres son normales y a nosotros nos complican el día (o más aún, la noche). Entonces al primer no, quizás, se ofenden. Pero también hay una parte que nos toca a los que estamos de este lado, es que alguna vez los lastimamos involuntariamente con acotaciones que podrían generarles envidia o que interpretan como una competencia. Por eso, en esta nota te contamos algunas de las que debemos evitar.

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Pienso, luego existo

Hay cosas que nos parecen tan sencillas y naturales, que actuamos sin pensar que pueden generar algo negativo en la otra persona. Por ejemplo, una amiga mía muchas veces me propone ir a mirar vidrieras juntas. Hasta que un día en que la propuesta vino de mi lado me dijo: “Vamos, pero no te detengas en las de chicos”. Nunca me había dado cuenta de que eso realmente la irritaba y si bien le aclaré que a veces necesito hacerlo porque no tengo otro momento, trato de disimular un poco y observar la ropa de reojo. Un poco y un poco, ambas debemos ceder…

Acá, los consejos:

“¿Por qué aún no llamaron a la cigüeña?” Si no se trata de una persona tan allegada, podríamos ignorar que está haciendo, o hizo, un largo y duro tratamiento de fertilización; pero simplemente no quiere divulgarlo. Es un tema doloroso. Si deseas saberlo, espera que salga el tema o que ella misma lo confiese. También hay casos en que no desean o no están preparados para tenerlos pero odian dar explicaciones constantes.

“Si tú estás cansado, imagínate cómo estoy yo que tengo niños”. Este es del tipo de comentarios que puede sonarles competitivo. Cuando en realidad sólo queremos que entiendan lo agotador que resulta tener hijos. Lo mejor es evitarlo y enfocar la atención en nuestro amigo.

“Tener un niño es demasiada responsabilidad”. Si bien queremos expresar una queja, para tus amigos sin niños puede parecer que no están capacitados para eso. Y por más que no quieran confesar lo que sienten será como clavarles una daga.

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“La naturaleza es sabia, si no puedes concebir por algo es”. Muchos podemos darnos cuenta de que se trata de una frase hiriente. Pero escuché decir eso a varias personas y seguramente es porque no se ponen el lugar del otro, no tienen un filtro que distinga cuándo hablar y cuándo callar.

Uno no sabe lo que es el amor hasta que nace un hijo: es muy romántico pero es como mostrarle un caramelo al niño y luego quitárselo. Es feo si el que escucha es alguien que realmente desea un hijo y no puede concebirlo. Por otra parte, es como decirle a un amigo que esté en una escala inferior respecto de lo que es el amor para nosotros. Pero en realidad estamos equivocados porque también se puede amar a un amigo, sólo que son afectos diferentes.

¿Quién cuidará de ti cuando seas viejo? Estamos pintándoles un futuro realmente agorero. Ninguno sabe lo que sucederá a futuro con estos amigos, pero no hay que olvidar que un hijo no es el único que nos brinda amor, especialmente si logramos lazos afectivos con otras personas. Por otra parte, quizá logren tenerlos algún día o quizás prefieran buscarlo en otro momento.

No me critiques, ya verás cuando tengas tus propios hijos… Una cosa es cierta, en reiteradas ocasiones quienes no tienen niños suelen querer corregir nuestra forma de criarlos. Para nosotros puede sonar molesto. Sin embargo, debemos reflexionar antes de contestarles porque dar ese mensaje les recuerda su dolor. Y a veces además pueden tener algo de razón.

Tú no entiendes porque no tienes hijos. Nos estamos poniendo en un lugar superior. Creemos que lo sabemos todo. El único mensaje que puede interpretar nuestro amigo es que quieres generar envidia.

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El último… No hablar constantemente de nuestros hijos. Nos sale el amor por los poros y nombramos a nuestros chicos a cada rato. Pero para aquel que no vive cotidianamente con tus niños es bastante aburrido escuchar todo el día hablar lo geniales que son. Sería bueno controlarnos un poco y disfrutar de los temas de adultos, porque no siempre tenemos la oportunidad de tocarlos, vivimos rodeados de hijos.

Fuente: http://www.parenting.com, por Judy Dutton

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