Los chicos y el dolor de panza
Vísperas de comienzo de clases, hora de acostarse. Mora: “Mamá, me duele la barriga”. Bueno hija, duerme que debes estar cansada. Inés: “Me siento mal”. Yo: “¿Qué te sucede?”. Inés: “me duele acá”, acariciando el centro de su vientre.
No, no les había dado de comer un alimento en mal estado. Es que ambas estaban nerviosas porque, luego de las largas vacaciones, iban a empezar un nuevo año lectivo, y esos nervios se expresaban en forma de dolor de panza. No es la primera vez ni son las únicas a las que les sucede.
Se dice que este dolor abdominal recurrente lo padecen más del 10 % de los niños y que es peor entre los de 8 y 10, especialmente si son mujeres. En algunos casos aparece frecuentemente (todos los días) y en otros, quizás en algunas ocasiones puntuales.
Si bien, puede ser que este dolor esté relacionado con trastornos genitourinarios, gastrointestinales o de otro tipo, la mayoría de las veces se debe a nervios u otros factores psicológicos. Es más evidente cuando hay algún episodio de tensión, depresión o ansiedad entre los chicos.
¿Por qué es tan común que a los niños les duela la panza? ¿Qué podemos hacer para que les calme?
Por empezar, los profesionales aseguran que los problemas digestivos son uno de los agentes principales de los trastornos psicosomáticos, tanto en los adultos como en los chicos. Esto se debe a que nuestro aparato digestivo tiene un centro importante de neurotransmisores; por ahí se acumulan una gran cantidad de nervios. Esto se traduce en que, en una situación de estrés, las terminaciones nerviosas que se encuentran en allí se vuelven más sensibles. No es raro encontrar niños que ante un examen escolar o alguna otra situación de ansiedad de descompongan del estómago.
Incluso, algunos casos más severos de estómago nervioso deben curarse con medicación y un tratamiento especial.
Si los padres ya hicieron el diagnóstico con un médico especializado y descartaron que los dolores de barriga del niño se deban a un problema físico, pueden intentar calmarlo con los consejos que daremos a continuación.
Cómo ayudarlo
-Observe si su hijo se encuentra bajo alguna situación de estrés, enojo, ansiedad, tristeza o cansancio. Trate de averiguar si hay algo que lo está preocupando.
-En esos casos, es bueno tranquilizarlo ofreciéndole contención y cariño.
-Recuéstelo boca abajo sobre alguna fuente de calor (no demasiado caliente) en su barriga, como por ejemplo, un cojín eléctrico o una bolsa de agua caliente.
-Es bueno que tome algo de líquido pero nada de sodas. Por ejemplo, un caldo de verduras, agua o un té manzanilla o tilo tibios.
-Trate de que no ingiera sólidos hasta que se le pase y, luego, que sean alimentos de fácil digestión.
-Pregúntele si ya ha ido al baño y en caso de respuesta negativa, indague para saber cuál ha sido la última vez. Muchas veces se aguantan por varios días u horas, lo que les produce gases y dolor.
- Si está estreñido, pruebe darle un juego de naranja exprimido, bien frío, o una cucharada de vaselina.
-Masajee su barriga en círculos grandes y pequeños, siguiendo el giro de las agujas del reloj, para que se muevan los gases que se producen en el estómago.
-Si los episodios se repiten muy seguido, lo mejor es hacer la consulta con el pediatra.
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