Pedirles perdón a los niños

“¿Pedirle perdón a un hijo? Eso nunca, porque demuestra nuestra debilidad, que nos equivocamos”. Esta frase ya está pasada de moda. Era de la época de nuestros padres o, más atrás aún, de nuestros abuelos; cuando la palabra de los mayores era sagrada, tan sagrada que no había lugar para el debate.

Pedirles perdón a los niños / Foto: Thinkstock
Pedirles perdón a los niños / Foto: Thinkstock

Hoy las cosas han cambiado y mucho gracias a la psicología y a la pedagogía; pero aún hay algo que nos cuesta, no solo ante nuestros hijos sino ante todo el mundo ¿Por qué es tan difícil pedir perdón?

Para pedirlo, primero debemos aceptar que nos equivocamos. Es decir, que eso que pensábamos de una manera no lo era. Una vez avanzado este paso, se debe mostrar un gesto que muchos confunden con la humillación. Pero todo lo contrario, es la humildad porque somos seres humanos y como tales podemos equivocarnos. Es bueno reconocerlo ante los demás. Lejos de deshonrarnos y rebajarnos, es un gesto que ayuda a recomponer las relaciones; por lo tanto nos ennoblece y nos convierte en mejores personas. No todo el mundo puede hacerlo.

Con los chicos es diferente

Nos han educado desde pequeños para pensar que la palabra de los mayores es sagrada. Aún cuando era evidente lo contrario, pero no había lugar a replanteos. Por eso, aunque muchos adultos tengan la costumbre de pedir perdón a un amigo o a una pareja, no lo hacen con sus propios chicos. Nos quedó grabado a fuego aquello de que siempre tenemos que ganar frente a un conflicto con los hijos. ¿Pensamos entonces qué mensajes les estamos trasmitiendo? Somos padres perfectos que jamás se equivocan, aunque eso a ellos los haga sentir mal y no sepan cómo explicarlo. Para un niño, que le pidan perdón es tan o más importante que para un adulto. Pero la excusa de muchos padres es que perderían autoridad. Si se muestran como adultos fuertes, los chicos hallan una guía que los orienta, un camino seguro que los contiene y no los hace dudar. Siempre partiendo de la base de que dudar es malo… Pero ese es tema para otra nota.

Volviendo al punto de partida, si somos seres humanos. ¿Por qué entonces ante sus ojos no podemos cometer errores? Un reto de más, un castigo desmedido, un no en lugar del sí, una discusión fuerte con la pareja frente a ellos... ¿Siempre hemos hecho lo correcto? Al no pedirles perdón es más difícil que los chicos se identifiquen con nosotros, porque les estamos inculcando el modelo de la perfección y, a la vez, un doble mensaje, ¿o nunca les dijeron la frase “nadie es perfecto”? Indirectamente, también les estamos enseñando que no hay que pedir perdón. Aún cuando muchas veces los obligamos a hacerlo ante un hermano o un amiguito. Sólo se trata de educar con el ejemplo, y las disculpas hacia un hijo pueden ser una buena manera de demostrarlo.

¿Pero de qué forma se le pide perdón a un chico? De la manera más sencilla, porque ellos no tienen vueltas, son simples, están en estado de pureza. Sólo diciendo: “Lo siento, me he equivocado”… por el motivo que corresponda. Basta un beso, un abrazo y recordarles lo mucho que los queremos. Esa es la mejor forma de enseñarles a pedir perdón. Pero es importante algo más, no repetir el mismo error una y otra vez, ya que volveríamos a darles mensajes contradictorios.

Por otra parte, ellos también tienen que saber disculparse. Es bueno encontrar la oportunidad de hablarles acerca de por qué, ante un acto que dañe al prójimo, hay que decir ‘discúlpame’. Asimismo, enseñarles diferentes maneras de hacerlo, ya que a veces las palabras no salen tan fácilmente. Dar un beso, hacer un dibujo, escribir una cartita…

A ellos les queda mucho por aprender todavía, y a nosotros como padres también. Debemos superarnos todos los días para ver a nuestros hijos felices.

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