¿Qué comen los bebés en el primer año?
Es ahora o nunca. El primer año de vida de nuestro pequeño hijo determina, no sólo, que adquiera todos los nutrientes necesarios para fortalecer su cuerpo y su cabeza (una buena alimentación favorece su inteligencia), sino también que aprenda a comer. Si bien el show recién comienza, ya que hay toda una vida por delante en la que seguirá aprendiendo y descubriendo sabores, esta primera etapa es clave para que de a poco vaya adquiriendo una dieta sana, variada y equilibrada.
De todas maneras, el consejo más importante es que la mamá debe hacer todo lo posible por mantener la lactancia complementaria, por lo menos hasta los 12 meses. Porque si bien a partir del 6 necesita incorporar sólidos para incrementar su energía y su fuerza, la leche materna es vital también para apoyar un crecimiento adecuado. De nosotras depende que él lo logre, por eso acá van estos consejos.
Las manos, a la masa
-Un buen comienzo: recién a partir del 5 o 6 mes de vida empiezan una dieta sólida que debe ser incorporada gradualmente. Esto se debe a que su sistema digestivo y los riñones necesitan ir adaptándose de a poco. Si se realiza de manera correcta, en un futuro evitará muchas enfermedades como, por ejemplo, la obesidad.
-En forma progresiva y con el consejo del pediatra: se recomienda que los diferentes grupos de alimentos se introduzcan de a poco y con una o dos semanas de diferencia entre unos y otros. Pero siempre siguiendo los pasos que indique el médico.
En esta etapa no hay que rendirse la primera vez que los pruebe, sino que hay que insistir delicadamente y unas cuantas veces hasta que acepte lo que le están dando.
-A partir del 5 mes: lo primero que hay que introducir son los cereales en forma de papilla, ya que el pequeño no tiene dientes para masticar. Se puede mezclar con leche de la mamá o la maternizada. Es importante que los cereales no contengan gluten (prohibidos el centeno, el trigo, la cebada y la avena) porque podrían ser mal tolerados. Los permitidos son el arroz muy cocido, el trigo burgol y el mijo. Recuerda no cocinar grandes cantidades porque al principio es muy poco lo que consumen.
También se puede comenzar a incorporar algunas frutas, como manzana rallada o cocida al horno, plátano pisado, jugo de naranja (siempre natural) y pera. Es mejor evitar la fresa y el kiwi porque pueden producirle alergia. También es bueno mezclar las frutas permitidas en una batidora para que el bebé se acostumbre a diferentes sabores.
Otra opción en esta etapa que hay que comenzar a introducir son las verduras cocidas al agua o al vapor, y hechas puré. Entre ellas se puede optar por calabacín o zapallo, zapallito, puerro, papa y zanahoria. No es necesario salarlas para que tengan sabor. Es mejor condimentarlas con un poco de aceite de oliva. Para cualquier desarreglo digestivo es bueno recordar que la zanahoria y la manzana son astringentes y el puerro, laxante.
-Entre el 7 y el 8 mes: no es cuestión de restar sino de sumar y de hacer nuevas combinaciones. Las legumbres como porotos, garbanzos o lentejas (evitar el poroto de soja) pueden ir acompañando la dieta a partir de este momento, pero hay que hervirlos durante dos o tres horas y luego pisarlos muy bien. Asimismo, los productos de origen animal como carne de vaca, de cerdo, de pescado (merluza, rape, brótola o lenguado) y de ave, siempre bien cocidos al horno o la plancha, y cortados tipo hilachas o licuada con las verduras para que el chico no se atragante. Ahora, también están permitidos los cereales con gluten, por eso se pueden comenzar a introducir los panes y las galletas, siempre estando atentos a que los chupe y no introduzca un trozo grande en la boca.
-Entre los 9 y 10 meses: ya puede comer derivados de lácteos como yogur, queso blanco o de rallar. También es bueno ir experimentando el huevo, de a poco, incorporado en budines, tartas y otras preparaciones. Lo ideal es hacer la prueba, ofreciéndole un cuarto de yema, luego, media y, por último, una entera; pero siempre bien cocida. Si la tolera bien, ya podrá comerlo normalmente. Eso si, no se recomienda más de dos a la semana. Tampoco conviene dar proteínas en exceso, así que si se opta por el huevo es mejor dejar la carne para otro día.
-Al año de edad: ya pueden comer prácticamente de todo. El médico es quien debe decidirlo.
-Chocolate, leche condensada y miel: todo se puede pero una vez pasado el primer año y sin abusar. El chocolate y la leche condensada, debido a que pueden producir una predisposición alérgica. En el caso de la miel, puede causar botulismo infantil.
-Siguen prohibidos: los frutos secos, las aceitunas, las cerezas, los caramelos, porque pueden atorarse al ingerirlos. Mejor esperar.
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