Dormir con los padres: ¿permitido o prohibido?

Cuando éramos pequeños el mandato de no dormir con papá y mamá estaba tan aceptado que por nada del mundo a los chicos se nos ocurría pasarnos de cama. Lo menos que podíamos esperar en el medio de la noche era una chinela estampada en las nalgas. Sin embargo, en todos estos años las pautas han cambiado y los padres de hoy pecamos de permisivos. Incluso, hoy hay una gran discusión entre los profesionales acerca de que es lo correcto: ¿los chicos deben dormir con los padres? ¿si o no?

Por qué si, por qué no

Son de lo más variadas las razones que brindan quienes están a favor del colecho; en especial en los primeros momentos de la vida. Dicen que de esa manera hay una mayor conexión entre el bebé y la mamá. Se crean fuertes lazos emocionales y así el pequeño aprende a dormir de noche (es decir, imita el patrón de la respiración de la progenitora), lo que les permite a ambos descansar mejor. Por otra parte, facilita la lactancia materna ya que el niño puede tener libre demanda. Los especialistas aseguran que los chicos que compartieron las camas con sus padres, cuando crecen son personas más optimistas.

La directora de educación del Centro de Salud Mental para Niños en Londres, Margot Sunderland asegura que el colecho favorece que los niños en un futuro sean tranquilos y saludables. En su libro "La ciencia de la paternidad" ha realizado más de 500 estudios científicos y afirma que dejar a los niños durmiendo solos, separados de sus padres, desde los primeros días de vida hace que les suba el nivel de las hormonas del estrés. "Tampoco hay ningún estudio que diga que es bueno dejar llorar a los niños", explica.

Pero no todos los profesionales concuerdan con esa idea. La Asociación Americana de Pediatría y Consumer Product Safety Commission (Comisión para la Seguridad de los Productos de Consumo de EE.UU.) destaca que al dormir con un bebé se pone en riesgo la vida del pequeño porque puede ser aplastado, asfixiado o puede subir su temperatura corporal. Asimismo, para ellos el colecho interrumpe la construcción de la identidad del niño. Y luego podría costarle demasiado ser independiente o autónomo.

De todas maneras, hay que tener en cuenta la cantidad de culturas ancestrales que ejercen esta modalidad desde hace tiempo, lo que demuestra que no significa un verdadero problema para ellos. Asimismo, los defensores de la práctica más permisiva aseguran que es imposible que un padre aplaste a su hijo, porque aún cuando está dormido es conciente de su presencia. Sin embargo, están de acuerdo en que debe evitarse en los casos de padres drogadictos, obesos, alcohólicos o que toman somníferos, ya que son factores de riesgo para el recién nacido.

Pero se generan también otros conflictos por tener un niño en el medio de la cama de sus padres, porque evita que estos puedan tener su intimidad. Por lo general, los que terminan durmiendo en lechos separados son los adultos, y esto puede confundir mucho a los niños. Incluso, los chicos precisan apropiarse de un espacio privado.

Lo cierto es que cuando cae la noche los pequeños buscan la protección de sus padres, porque se angustian y aparecen los miedos. Lo ideal sería que en ese momento los progenitores los ayuden a superarlos, sin necesidad de crearles una absoluta dependencia. El chico tiene que entender que solito en su cama lo puede lograr.

De todas maneras, dar consejos es lo menos complicado en este asunto. Cada familia hace lo que puede y lo que más se adapta a su contexto familiar. Es bueno informarse para conocer todos los pros y los contras a la hora de educar a un niño, pero luego cada padre intentará lo que le parezca más adecuado para cada uno de ellos.

Dormir con los niños ¿si o no? ¿Quién lo sabe? ¿O acaso existe una sola fórmula que funciona para todo el mundo igual?

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