Los cinco animales más horríficos de la naturaleza
Las apariencias engañan y el mundo de los animales no es la excepción. Muchas especies nos sorprenden con su misteriosa apariencia, sin siquiera sospechar que son completamente inofensivos, aunque nos parezcan los más terroríficos de la naturaleza.
El aye-aye (Daubentonia Madagascarensis), es un lémur que se encuentra en la isla de Madagascar. Sus largos y huesudos dedos lo hacen especialmente horrífico y de hecho, los usa para atrapar insectos con mayor facilidad. Según una falsa leyenda local, a quien apunte con su largo dedo, morirá de forma repentina poco después; esta terrible creencia ha hecho que la gente mate a estas dóciles criaturas, al punto que ahora se encuentran en peligro de extinción.
Entre los animales protagonistas de las pesadillas más comunes, se encuentran las tarántulas. Pero, a pesar de su peludo cuerpo -que a muchos da escalofríos-; estos arácnidos gigantes son inofensivos a los humanos. De hecho, el veneno de la mayoría de las tarántulas, es proporcional a la picadura de una avispa.
Si hablamos de animales capaces de quitarnos el sueño, el Gavial, no se queda atrás. Su larga mandíbula, cargada de dientes, les da la reputación de agresivos. Pero, en realidad dicha mandíbula, es tan frágil, que este animal prefiere consumir ranas, insectos y peces pequeños.
El pájaro cabeza de ballena, o también conocido cómo picozapato (Balaeniceps rex), es de esos animales que parecen sacados de un cuento de terror. Y aunque pudiera parecer temible, la realidad es que les huyen a los humanos, incluso llegan a abandonar sus nidos para evitar encuentros con nosotros.
Si quieres pasar un buen susto, el encontrarte cara a cara con un tiburón peregrino (Cetorhinus maximus) te paralizará el corazón. Sin embargo, a pesar de ser el segundo pez más grande en el océano, su apetito prefiere peces pequeños y crustáceos que llegan directamente a su boca; la cual mantiene abierta constantemente. Este pez es tan perezoso, que prefiere que la presa llegue a su boca, antes que convertirse en cazador.
Como verás, los más horríficos de la naturaleza, no son necesariamente los más peligrosos. Bien dice el dicho: “Las apariencias engañan”. Así que no juzgues a los animales por su apariencia, podrían sorprenderte con su inocente y dócil comportamiento.
@NATYVILLAVECES
Quizá te interese:
Las nuevas especies de este año
Salvemos a los pandas