¿Fortaleza de carácter o rigidez?
El otro día en el metro una señora le decía a otra: "Raquel que tiene un carácter tan fuerte que sus compañeras de la oficina le tienen miedo". Por la descripción de las situaciones, lo que la señora entendía por carácter fuerte era una mezcla de rigidez, intolerancia, agresividad competitiva y obsesión por controlarlo todo. Parece que la tal Raquel tiene una armadura tan gruesa que no deja ver ni un milímetro de vulnerabilidad, sin embargo, la gente también le tiene admiración y respeto. Me quedé pensando si esas actitudes realmente construyen la fortaleza de carácter. ¿Es admirable ser así?
Entiendo la utlidad social de los estereotipos y las etiquetas, pero me parece que la del carácter "fuerte" está muy mal utilizada. Generalmente se aplica a alguien que no muestra flaqueza alguna, que es agresivo, duro y controlador. Es alguien que siempre parece estar bajo control y que, en apariencia, ostenta cierto poder. Si bien estos rasgos pueden resultar productivos en determinadas situaciones, cuando se vuelven un modo de relacionamiento permanente provocan un conflicto con los demás y consigo mismos.
Quienes son recordados por los demás por su carácter "fuerte" también son reconocidos por no aceptar ayuda de nadie y por imponer una cortina de miedo a su alrededor, más que por generar confianza o conexión. Pero también es cierto que nuestra personalidad no es un rasgo que emane de nuestro ADN sino que se construye a partir de un proceso múltiple: lo que hacemos, lo que expresamos, lo que recibimos y lo que los demás nos dicen de nosotros. Creo que lo que ocurre con las personas de carácter "fuerte" es que sus actitudes han sido reafirmadas por los demás con cierto tono de admiración, pero la asociación de una idea con una actitud se internaliza a tal punto que puede llegar a convertirse en un rasgo permanente y volverse una debilidad, una actitud cerrada que provoca divisiones y heridas innecesarias.
Otro tipo de fuerza
Imagino que la idea del carácter fuerte respondía mejor al tipo de relaciones que antes se consideraban como ideales, pero con los cambios sociales que se han dado en los últimos años esa idea necesita una actualización. A veces pensamos que nuestros rasgos de carácter funcionan de manera aislada, pero no es así. Cada rasgo está integrado a otros, como en un sistema de engranajes. Si bien no se puede eliminar un rasgo, lo que sí se puede hacer es desarrollar los rasgos complementarios para tener relaciones sanas, una mejor comprensión del mundo y una actitud más positiva ante los problemas.
Lo que entiendo por fortaleza de carácter no tiene mucho que ver con la actitud de la tal Raquel. Creo que un rasgo de fortaleza es ser congruente y honesto consigo mismo, dejando espacio para que los demás sean honestos consigo mismos y con sus valores. Esto implica ser flexible. Se puede ser fuerte y flexible. Por ejemplo, en una instancia de trabajo, cuando dos personas desarrollan un proyecto juntas, la idea no es que uno imponga su presencia sobre el otro sino que ambos sean capaces de reconocer sus influencias, hacer comrpomisos y mantenerse abiertos al cambio sin perder el objetivo en común.
En cierto sentido, la primera actitud que nos hace fuertes es saber reconocer que hay otros puntos de vista además del nuestro. Quien no permite que existan otras formas de hacer las cosas, lejos de ser fuerte es irrespetuoso, porque invalida a los demás. Y ojo, no se trata de "tolerar" a los demás. Personalmente, esa palabra me parece que está cargada de desigualdad, porque implica que A no está interesado en entender a B, pero le hace el favor de no agredirlo. Es una actitud falsamente benevolente. Pienso que la verdadera fortaleza está en pasar de la tolerancia a la empatía, porque solo desde el reconocimiento genuino de las diferencias mutuas se puede enriquecer la experiencia de vida. La empatía también nos permite reconocer las fortalezas de los demás, de manera que tenemos más disposición para asumir compromisos conjuntos y delegar.
Toma de decisiones y confianza en uno mismo son otras fortalezas de carácter. Es importante saber tomar decisiones personales, pero hay que ser cautelosos porque a veces nuestras convicciones son tan fuertes que sin darnos cuenta las imponemos a los demás. Y lo mismo con la confianza, la línea que la separa de la soberbia o la arrogancia es muy delgada. La arrogancia nos hace pensar que somos mejores o más valiosos que los demás, pero eso es precisamente lo contrario a ser seguro de sí mismo; confiar en las propias habilidades no requiere un despliegue público porque no necesita validación externa.
No sé que piensen ustedes pero yo he notado que aquellos que aparentan tener un carácter fuerte también tienen dificultad para aceptar su vulnerabilidad y expresar la tristeza. Y cuando veo que ocurre, siento que es necesario cambiar esa idea de "fuerza", porque hay quienes nunca logran expresarse para no romper la imagen que los demás tienen de ellos. Lo interesante de todo esto es que las actitudes funcionan de ida y vuelta; practicar la flexibilidad y la empatía con los demás también hace que uno la desarrolle para sí mismo.
Aceptar sugerencias, reconocer la influencia de los demás, saber delegar y tomar decisiones sin imponerlas, ser seguro de sí mismo, empático, flexible, saber cuándo hacer compromisos y reconocer las propias debilidades sin victimizarse ni convertirlo en una tragedia inamovible... Ser fuerte de carácter no tiene que ver con la rigidez sino el tipo de vínculos que uno genera con los demás. El miedo, por ejemplo, hace que la gente se aleje o genera resentimientos. La gratitud y la lealtad, en cambio, permanecen a través del tiempo y la distancia.
Aprender a nombrar nuestras emociones y actualizar el significado de las palabras tiene un impacto real en la forma en que nos entendemos y nos conectamos. ¿Qué entiendes tú por un carácter fuerte?
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