Basta de excusas para evitar el gimnasio

Por: Mariana Israel

Se acabaron las excusas: aprovecha esta época de nuevos comienzos y nuevas eras –según los mayas– para empezar a moverte.

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Las mujeres solemos ser expertas en inventar evasivas para no hacer actividad física. ¡Algunas pueden ser muy disparatadas! Un nuevo estudio en los Estados Unidos publicado en los Archivos de Dermatología, reveló una de las más insólitas: Más de la mitad de las mujeres encuestadas confesó no ejercitarse porque se les arruina el peinado.

Ir a la estética puede no ser económico, pero poner en riesgo tu salud para evitar gastos extra de belleza, puede costarte todavía más. Estos son algunos de los pretextos más ridículos que las mujeres ponen para evitar el ejercicio:

  • “No necesito ejercitarme porque estoy a dieta”. Justamente porque estás a régimen, necesitas moverte para obtener mejores resultados. Además, la actividad física no sólo cuida tu silueta, sino también ¡tu salud!

  • “Odio transpirar”. No es que tenga que fascinarte terminar una clase de spinning empapada, pero piensa en su costado sexy… O elige un ejercicio que sea menos aeróbico, como Pilates.

  • “No me gusta que me miren”. Es el típico mito de los gimnasios, donde piensas que todos los hombres-buitres estarán revoloteando a tu alrededor, mirándote mientras trabajas tus glúteos. Lo más probable es que estén todos tan ocupados en sus rutinas, que no tengan ni un minuto para detenerse a apreciar tu figura.

  • “No tengo los zapatos correctos”. Otra excusa frecuentísima. No dejes de ejercitarte por el hecho de que te falte el top dry-fit o los tenis de marca. En algunos casos, como yoga o Pilates, hasta te permitirán tomar la clase descalza.

  • “No quiero bañarme de nuevo”. La próxima vez, ¡organiza tu rutina para ducharte después del ejercicio! O refréscate con un poco de agua, ¡y listo! Estás lista para seguir adelante con tu día.

  • “Siempre termino abandonando”. Plantéate objetivos POSIBLES. No pretendas ir al gimnasio 5 veces a la semana, dos horas cada vez. Confórmate con ir un rato, dos días por semana. Poco a poco desearás aumentar la frecuencia o intensidad de tu rutina.

  • “No tengo tiempo”. Más que ridícula, ¡esta excusa es la más común de todas! Pero, ¿sabes qué? Tampoco es válida. ¿Cuántas horas de televisión ves por día? Bien, pues llévate un par de pesas caseras hechas con botellitas de plástico llenas de arena, y empieza a ejercitarte durante el espacio publicitario. Si es el trabajo el que te está quitando el tiempo para moverte, iniverte 10 minutos cada tres horas para caminar alrededor de la oficina, o para bajar por las escaleras y volver a subir.

Le dedicamos tiempo a lo que consideramos valioso. Si te propones empezar a hacer ejercicio este año, verás que a medida que compruebes los resultados, tendrás ganas de hacerle un espacio en tu agenda. No hace falta que hagas aparatos o clases que te aburran; busca una actividad que te divierta, que sea una buena excusa –valga la expresión– para dedicarte un momento para ti.

Fuente: Medline Plus

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