La alimentación de la mujer
La mujer es una súper heroína: lleva los asuntos de casa, cría a los hijos y cuida a los familiares, amigos y ancianos, además de trabajar fuera de casa, todas estas múltiples actividades puede influir en nuestro bienestar físico y mental. En ocasiones, esto hace que no tome el tiempo ni la cantidad suficiente de nutrientes.
El rápido crecimiento durante la adolescencia, la menstruación y las necesidades del embarazo y la lactancia, pueden aumentar el riesgo de sufrir carencias de nutrientes como hierro, ácido fólico y calcio. Los estudios sobre el estado nutricional revelan con frecuencia carencias crónicas de estos nutrientes, no sólo en edades tempranas sino a lo largo de toda la vida de las mujeres.
Además de estos sucesos inevitables, las dietas bajas en energía, los regímenes de adelgazamiento, los desórdenes alimentarios y el creciente número de vegetarianas hace que las mujeres sean aún más vulnerables a las insuficiencias nutricionales.
En la mujer ocurre una paradoja pues necesita mayor contenido de micronutrientes y micronutrientes, pero en comparación con los hombres, la mujer, por su estatura y su cantidad de masa grasa, necesita una menor cantidad de calorías.
Todas las mujeres en edad fértil que tienen posibilidades de quedar embarazadas deben tomar ácido fólico diariamente con el fin de reducir el riesgo de que el feto padezca espina bífida y otros defectos en el tubo neural.
El calcio es un factor importante en la mineralización de los huesos y el desarrollo del esqueleto durante el crecimiento; se encuentra sobre todo en la leche, el queso, el yogur y las verduras verdes. Este mineral junto con otros nutrientes como el ácido fólico y las vitaminas B6, B12 C y D, ayudan a formar la estructura del hueso en la que se va depositando el calcio, por esto es necesario consumir cantidades adecuadas en el momento en el que se desarrolla el esqueleto, así como en los periodos premenopáusicos y posmenopáusicos.
Proteínas de alto valor biológico procedente de la carne, huevo y lácteos dan la firmeza a la estructura del cuerpo femenino. La ingesta regular de alimentos a base de soja también puede disuadir el cáncer de mama, mientras que comer muchos alimentos ricos en antioxidantes puede ayudar a retrasar tanto lo visible como lo invisible en cuanto a signos de envejecimiento.
En fin la dieta ideal para la mujer es aquella que sea sana y equilibrada, que sea suficiente para todas las actividades que realiza en el día cumpliendo con una variedad de alimentos que reúna los nutrientes necesarios.