Brozo, el payaso incómodo que desafió al poder en México mucho antes de volverse 'enemigo' de AMLO
“Brozo”, el personaje más célebre que ha interpretado el actor y comunicador Víctor Trujillo, ha sido desde hace unos 30 años una de las figuras más polémicas en los medios mexicanos por su manera de presentarse, por cómo ha captado la óptica mediática a lo largo de ese tiempo, y gracias a las más recientes declaraciones en contra de la administración de Andrés Manuel López Obrador, se ha convertido en objeto de polémica.
De hecho, no sorprende que en los dos años que lleva el presente sexenio el llamado “payaso tenebroso” haya sufrido sesgados ataques verbales y descalificaciones directas por parte del jefe del ejecutivo federal. Sin embargo, su relación no siempre fue tan ríspida: cuando AMLO era líder de la oposición y prometía un gobierno de izquierda democrática, Trujillo creía en él y lo defendió y promovió sin tasa, incluso desafiando la línea editorial del medio masivo al que entonces pertenecía (Televisa, ni más ni menos).
El pasado fin de semana, “Brozo”, quien participa en LatinUS, un medio que dirige el también controvertido periodista Carlos Loret de Mola, causó escozor mediático y una tormenta de comentarios cuando abiertamente criticó la decisión del gobierno federal de que sea éste el único que distribuirá en territorio nacional la vacuna contra el COVID-19 sin dar una concesión a la iniciativa privada, acusándolos de utilizar la vacuna con fines electorales, y además, por ser el primer comentarista en un medio que se atreve a increpar directamente al jefe del ejecutivo, usando un lenguaje que muchos consideraron “vulgar”, pero que es elocuente en demostrar el desagrado de un sector del público con la aparente ineficiencia del mandatario y su equipo.
“Brozo”:
Por las reacciones a su más reciente video. pic.twitter.com/9Wjn5BpBp1— ¿Por qué es Tendencia?🎄 (@porkestendencia) December 13, 2020
“Seamos claros, como gobierno [el brote de] la pandemia les quedó grande y, muy probablemente, la vacuna les va a quedar enorme [...] Acuérdate Andrés, no eres dios, eres un p&%$# presidente que, o nos sirve, o no sirve pa’ ni madres”, declaró en el medio de comunicación dirigido al público latino que se transmite en Estados Unidos.
Obviamente esta declaración hecha con la espada desenvainada resultó en un zafarrancho virtual en redes sociales, entre los implacables fanáticos de la figura presidencial que defienden a toda costa los numerosos aspectos cuestionables de su administración, y los opositores al régimen – a los que AMLO suele llamar despectivamente ‘fifís’, que no pierden ocasión de denostar hasta el más mínimo error que López o su gabinete y conexos cometen.
La controversia volvió a poner a “Brozo” en la mira, y en medio de amenazas de muerte, agresiones textuales en Twitter y otras redes y columnas de opinión en pro y en contra, Trujillo y su personaje volvieron a pasar al banquillo de los acusados, siendo ridiculizados en redes algunos de los detractores, al no poder distinguir entre un personaje ficticio (aunque diga cosas reales) y su creador.
¿Pero, en realidad es tan difícil?
¿Quién es “Brozo”? ¿De dónde surge, y cómo llegó a convertirse en lo que ahora es?
Para responder esto tenemos que hacer memoria y volver al programa de humor llamado ‘La caravana’, que se emitía los domingos por la noche a través del extinto sistema estatal de televisión IMEVISIÓN, hoy TV Azteca. Ahí, Trujillo y su antiguo asociado, Ausencio Cruz, hacían una serie de sketches con diversos personajes; entre los que Trujillo – nacido en Ciudad de México en 1961 – encarnaba a “Brozo”, que comenzó como una parodia ‘lumpen’ de el famoso payaso ‘Bozo’, y que narraba versiones vulgares de los cuentos de hadas tradicionales.
El personaje tuvo tanto éxito que fue el único que trascendió aún después de desaparecer el programa, de romperse (en muy malos términos) su sociedad con Cruz – que después perdió la fama – e incluso, la polémica compra de IMEVISIÓN por Ricardo Benjamín Salinas Pliego en 1993.
La evolución del personaje a comentarista de noticias se dio en 1994 cuando se incorporó al programa ‘El mañanero’, en la radio, que fue creado exclusivamente para él. Ahí, en un tono coloquial, desenfadado y lleno de dobles sentidos, Trujillo, en personaje, comentaba las noticias del día, siempre salpicando de mala leche al partido hegemónico en el poder (el PRI).
De hecho, esta fue la línea contestataria que el personaje (y hago aquí hincapié: el personaje, no Trujillo) sigue desde entonces: ser crítico del poder, osténtelo quien lo ostente, algo que pareció sentarle bien a López Obrador en sus 12 años de campaña como candidato presidencial, hasta que se encontró como objeto de la ríspida crítica de quien antaño lo apoyase – algo que le ha sucedido no solo con Trujillo y “Brozo” sino con numerosos medios a los que ahora regularmente refuta y descalifica desde el podio de sus conferencias cotidianas donde rutinariamente el presidente se declara víctima de numerosos complots – todos sin evidencia – por parte de los medios que no lo alaban
(¿Suena familiar, no es cierto?)
Trujillo es muy distinto a “Brozo”: de extracción clase media, con estudios universitarios y un trato afable y amplia cultura, marca un gran contraste entre creador y obra. Fuera de personaje, Trujillo siempre se ha identificado como alguien de tendencias políticas liberales, y crítico del conservadurismo, que es lo que lo ha llevado a ser ahora un “enemigo del régimen”, al considerar que López se ha convertido en el ejemplo mismo de aquello que, como candidato, solía criticar: absolutismo, hegemonía, totalitarismo y autocracia.
En estos días “Brozo” ha sido blanco de escraches por parte de algunas feministas por haber contribuido, en décadas anteriores, a la “cosificación sexual” de modelos (como Isabel Madow, que inició su carrera como “becaria” en ‘El diario de la noche’ a principios de los 2000), algo que el propio Trujillo buscó desfasar de su personaje con el paso del tiempo.
También ha sido criticado por antiguos colegas que son afines a la administración obradorista, sin embargo también es cierto que este escándalo (por llamarlo de una manera), al ser el primer comunicador en usar lenguaje popular para dirigirse al mandatario en turno y cuestionarlos, aún bajo un disfraz, lo hace ser una figura que cobra relevancia incluso a nivel internacional.
Este imbécil, escondido en un payaso, por años trató así a las mujeres, años, mujeres semidesnudas en posiciones indignas a cuadro, en televisión abierta, mujeres mudas, mudas, con todo lo que eso significa.
Este tipo nos quiere hablar de Covid y otros demonios. Imbécil👇 pic.twitter.com/LKFTIIKR7y— Ernesto Ledesma A (@eledesmaa) December 13, 2020
¿Qué le depara el futuro a Trujillo y a “Brozo”? Algunos cercanos al régimen han pedido una moción de censura, afirmando que “al insultar al presidente, insulta a los mexicanos”. No obstante, México es un país que, aún con el alarmante número de periodistas asesinados, por ley defiende la libertad de prensa y expresión.
Lo único cierto es que ha dado un paso que nadie antes se había atrevido a dar, y que se ha cruzado un umbral otrora vedado. Y que la institución presidencial encontrará ahora una mayor lluvia de críticas que antes, para bien o para mal.
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