Bunbury llenó el Forum privilegiando sus temas como solista, pero sin dejar de lado a los Héroes

No era la primera vez que se presentaba en una arena de Los Ángeles, California. Recordamos haberlo visto en el Staples Center -con capacidad para 20 mil personas- hace 10 años, como parte de una de esas ediciones del Reventón Super Estrella que pasaron ya al recuerdo.

Sin embargo, en aquella ocasión, Enrique Bunbury formaba parte de esos carteles amplios que se ofrecen en los festivales y en los que, además de disponer de poco tiempo en la tarima, los artistas invitados no pueden montar las escenografías que tendrían en un concierto propio, además de verse afectados por toda clase de problemas de sonido debido al cambio constante de músicos sobre el tabladillo.

Nada de eso sucedió el sábado pasado en el Kia Forum de Inglewood, un auditorio para más de 17 mil personas que se llenó por completo durante el debut individual del cantante español en el mismo lugar, favorecido por las ganas que tenían sus fans de verlo tras un receso que se debió no solo a la inevitable pandemia, sino también a los problemas de salud que enfrentó el mismo vocalista, y que lo llevaron en cierto momento a anunciar su retiro de las tarimas.

Desbordantes de emoción ante el regreso de un ídolo que vive en el Sur de California desde hace 14 años, los fanáticos presentes -entre los que había no solo personas de esta ciudad y de sus alrededores, sino incluso visitantes de otros países- le dieron un marco particularmente especial a un espectáculo que se sintió como un acontecimiento único, más allá de que formaba parte de una gira de retorno que ha recorrido ya siete ciudades latinoamericanas, que ha empleado siempre el mismo repertorio y que ha tenido fechas mucho más multitudinarias (en Ciudad de México, congregó a cerca de 70 mil personas, y en Guadalajara, a unas 30 mil).

En ese sentido, ningún ser humano con un conocimiento básico de la internet y una devoción clara por Bunbury debería haberse sentido sorprendido ante el listado de temas, ni por el hecho de que se hayan presentado dos versiones de esas canciones de Héroes del Silencio -la banda original del mismo individuo- que no suelen abundar en sus conciertos.

Apuesta por el rock 'n' roll

Lo más novedoso, en todo caso, fue la interpretación de “Entre dos tierras”, la pieza más popular de Héroes, que no había sido aparentemente presentada por Bunbury como solista hasta el inicio de este tour y que, en el Forum, despertó una algarabía tan completa como comprensible, en vista de que se trata de uno de los temas más grandes en la historia del rock en español.

Pese a haber sufrido una que otra modificación, “Entre dos tierras” mantuvo su estilo original -desafiante y rockero-, a diferencia de lo que sucedió con “Maldito duende”, otra creación indispensable de los Héroes

que estuvo presente en la gira anterior de nuestro amigo, que sonó más adelante y que adoptó un ‘groove’ bastante extraño, mientras el cantante se bajaba del tabladillo para entonar las notas correspondientes frente a las primeras filas del auditorio.

Claro que, como lo indicamos anteriormente, la mayor parte del show estuvo dedicado a las canciones escritas tras la disolución de esa banda, producida en 1996. Y no es extraño que haya sido así, porque el aragonés cuenta con una discografía individual de 12 álbumes en estudio, aunque las canciones del primero (“Radical Sonora”, de 1999) brillan por su ausencia en las presentaciones actuales.

Fuera de esta salvedad, y como lo dijo el mismo Bunbury casi al comienzo del show, la elección del repertorio tenía como finalidad promover las diferentes etapas de su carrera, lo que quiere decir que hubo desde cortes provenientes del segundo disco, “Pequeño” (1999) -como fue el caso de “El extranjero”, imbuido en un festivo espíritu cabaretero- hasta piezas procedentes de su producción más reciente, “Greta Garbo” (2023) -como las rockeras “Nuestros mundos no obedecen a tus mapas” e “Invulnerables” y la más relajada “Alaska”-.

Más alto que nosotros 

Es probable que, para los oídos anglosajones, lo que hace el zaragozano cuando se aleja de la fusión no suene demasiado original, porque puede recordar en más de un momento al arte practicado por exponentes que presentan todas sus obras en inglés.

Sin embargo, para la audiencia latina que se interesa en el género guitarrero y sus variantes, contar con un artista de este nivel al que se le puede entender perfectamente es una enorme ventaja, más allá de que lo escuchado en Inglewood haya recordado por momentos a David Bowie, Leonard Cohen y Nick Cave, es decir, músicos por los que Bunbury ha declarado abiertamente su admiración (y que, si nos preguntan, son ejemplos fenomenales).

Eso no quiere decir que el cantante español se encuentre libre del influjo de creadores ibéricos y latinoamericanos. Su voz, que se escuchó clara y precisa, tiene deudas incuestionables con el mítico Raphael, y, para mencionar solo lo que se escuchó en el Kia Forum, hay composiciones suyas que se encuentran profundamente marcadas por sonoridades de nuestra cultura, como es el caso de “Que tengas suertecita”, cuyo ritmo recuerda al de la chacarera, o “Al final”, que tiene una inconfundible inclinación ranchera.

De ese modo, Bunbury ofreció un show variado que justificó las dos horas de concierto, aunque, a diferencia de la sección instrumental -que era ejecutada por su banda habitual, Los Santos Inocentes-, su propia voz no lució demasiado versátil, anclada como está en ese estilo grandilocuente y engolado que ha empleado desde que los Héroes se dieron a conocer y que no tiene que ser del gusto de todo el mundo, digan lo que digan sus fanáticos menos tolerantes.

Lo que no ha dejado tampoco de lado, pese a los cambios musicales y de colaboradores, es esa actitud de estrella del rocanrol que puede ser molesta para algunos, pero que enaltece sus puestas en escena a través de poses expresivas y que, por otro lado, no se traduce en otros ámbitos de su vida, al menos ante nosotros, porque en cada entrevista que nos ha ofrecido, hemos encontrado a un tipo sensible, encantador y sencillo.

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Hombre de acción

En medio de los problemas de voz que atravesaba, Bunbury se enfrentó a las críticas que se le hicieron tras ciertas publicaciones suyas en las redes sociales que ponían en duda la pertinencia de las vacunas contra el Covid-19 y que, según sus detractores, tenían inclinaciones conspiranoicas.

En el concierto aquí descrito, el español evitó por completo los comentarios sobre esta clase de temas, aunque la desconfianza que tiene ante el orden establecido se hizo evidente durante la interpretación de “Despierta”, una canción del 2013 cuyo título no podría ser más elocuente, y que llegó acompañada por imágenes de noticieros televisivos en las pantallas gigantes.

Hace solo unos meses, el aragonés pensó que su paso por los escenarios había llegado a su fin. Aquejado por una dolencia que le arrebataba la voz cada vez que ofrecía un concierto, y cuyo origen parecía imposible de determinar, decidió abandonar hasta nuevo aviso las tarimas, pero manteniendo de todos modos su proceso creativo, ya que, en medio del doloroso trance, se metió al estudio a grabar “Greta Garbo”.

Tras encontrar finalmente a un doctor que determinó que el problema se debía a una alergia al glicol, sustancia presente en las máquinas de humo que se emplean en esta clase de presentaciones, Bunbury optó por retomar los shows, aunque lo hizo con mucha cautela, programando inicialmente 10 actuaciones en lugar de la larga serie que solía ofrecer cada vez que tomaba la ruta.

En el Forum, su garganta se portó de maravilla, y no parece haberle dado inconveniente alguno en los shows anteriores, lo que hace suponer que habrá más oportunidades de verlo en vivo. Y eso es digno de celebración.

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Este artículo fue publicado por primera vez en Los Angeles Times en Español.