Cambia tu esponja de cocina ¡cada semana!
Texto: Cintia Saporito
¿Procuras mantener tu cocina en completa higiene? ¿Te aseguras de cocinar sobre superficies relucientes? ¿Mantienes tu vajilla brillante? Sin ser consciente de ello, podrías estar lavando tus platos y otros ítems, con un gran enemigo: la esponja de cocina. ¡Descubre por qué!
El lado B de la esponja de cocina
Nada más limpio que una esponja de cocina, en contacto permanente con el agua y el jabón, ¿cierto? ¡Falso!
Es que, incluso si es lavada regularmente, podría tener más gérmenes que un inodoro, asegura un estudio alemán, publicado en julio en la revista Scientific Reports. De hecho, la esponja de cocina podría contener hasta 362 tipos diferentes de bacterias, algunas de ellas potencialmente capaces de causar enfermedades.
¿Por qué tantas bacterias?
Muchos son los motivos que podrían explicar la enorme cantidad de gérmenes presentes en la esponja de cocina, explica Bruce Y. Lee, profesor de salud, en la revista Forbes. Y explica algunos:
En la cocina se suele tocar una mayor cantidad de sustancias, como comida o basura, además de a uno mismo.
Podríamos no lavarnos las manos con la frecuencia o la corrección con la que deberíamos, antes, durante y luego de la preparación de alimentos.
Suele haber más tránsito de gente en la cocina que, por ejemplo, en el baño.
Favorece la higiene de tu esponja de cocina
Para mantener la esponja en buenas condiciones y lo más libre de bacterias posible, la Academia Americana de Nutrición y Dietética, recomienda:
Sanitízala a diario. Para evitar el riesgo de contaminación, humedece la esponja de cocina y caliéntala en el microondas durante un minuto, o higienízala en el lavavajillas en un ciclo con secado. Podrías deshacerte así de más del 99% de las bacterias, hongos y moho.
Alternativamente, podrías desinfectarla en una solución con ¼-½ cucharadita de lejía concentrada, por cada litro de agua tibia. Sumerge la esponja allí por un minuto.
Reemplázala con frecuencia. Incluso tras dos o tres usos, tu esponja podría estar repleta de bacterias. Si sientes que huele mal, deséchala de inmediato.
Guárdala en un lugar seco. Así como es importante escurrir la esponja después de cada uso y remover restos de comida, también lo es almacenarla es un espacio sin humedad, puesto que ésta favorece el crecimiento de las bacterias. Evita, además, dejarla en un área cerrada, como una cubeta o debajo del fregadero, concluye la institución mencionada.
Y tú, ¿cada cuánto cambias la esponja de cocina?
@cintiasaporito
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