Antes de que el cáncer de mama se sienta al palpar o cause síntomas, se detecta así
El cáncer de mama es la enfermedad oncológica más diagnosticada del mundo y la más numerosa en mujeres dentro de España: unos 34.000 nuevos casos anuales sólo en nuestro país, que representan el 30 por ciento del total de los cánceres diagnosticados en el sexo femenino, según datos del grupo GEICAM de Investigación en Cáncer de Mama.
Para mejorar su pronóstico es importante someterse a las pruebas de cribado para su detección precoz y, en este sentido, la elección habitual en los protocolos de salud es la mamografía. Una prueba que la mayoría hemos normalizado y asumido.
Desde los años 70, la mamografía se ha ido convirtiendo en la mejor herramienta para la detección del cáncer de mama. “Nos ha permitido llevar la delantera y evitar un 30 por ciento de muertes por esta enfermedad. Pero todavía hay casos en los que no llegamos a tiempo y la detectamos más avanzada de lo que queremos”, reconoce la doctora Pilar Manchón Gabás, directora médica regional de Affidea.
A pesar de los avances y los increíbles beneficios que tiene, todavía hoy hay muchas mujeres a las que les cuesta horrores acudir a sus revisiones y someterse a este tipo de exámenes rutinarios debido al miedo y el rechazo que les produce la aparatología. Por eso, algunas 'tuercen' el gesto cuando el médico solicita determinadas pruebas.
Sin embargo, es importante saber que existen otras pruebas de diagnóstico por imagen que resultan de vital importancia para el seguimiento paulatino de las pacientes que padecen o que han padecido esta enfermedad. Puede que algunas te suenen más que otras.
Entre ellas destacan las ecografías de mama, la resonancia magnética, los rayos X, la tomografía axial computarizada (TAC) o la tomografía por emisión de positrones (PET). Todas estas pruebas ayudan a obtener imágenes del interior del cuerpo y, en ocasiones, a mostrar el camino que se debe seguir para obtener una muestra de tejido durante la realización de una biopsia.
Gracias a ellas no sólo es posible detectar zonas sospechosas y saber cuánto se ha propagado un cáncer. También ayuda a determinar si el tratamiento que está recibiendo un paciente está siendo eficaz o si la enfermedad regresa tras una terapia aparentemente efectiva (recaída).
Son pruebas cada vez más precisas como la mamografía por contraste, una prueba alternativa a la resonancia magnética que consiste en introducir un contraste yodado por vena y obtener una imagen donde se realzan los tumores mamarios, mejorando así su detección y aportando una mayor información funcional. La prueba es rápida (unos diez minutos), cómoda y permite acortar el tiempo diagnóstico.
“Es compatible con mujeres que llevan marcapasos y, además, al realizarse en un espacio abierto se elimina la sensación de claustrofobia que algunas personas sufren en las máquinas de resonancia”, explica Pedro Mesquita, director general de Fujifilm para España y Portugal.
En este sentido, la Dra. Manchón reconoce que “hace tiempo que hemos aprendido que la detección es superior en estudios como la resonancia, donde vemos más allá de las formas de los tumores, podemos ver su comportamiento, su función”. Desde su punto de vista, acaba de arrancar una nueva era derivada de ambas tecnologías: la mamografía espectral.
“Se le añade el uso de contraste, convirtiéndose en una herramienta casi tan potente como la resonancia pero con la rapidez, sencillez y comodidad de una mamografía. La manera como hacemos nuestros diagnósticos ha empezado a cambiar y ahora en una sola prueba podemos descartar dudas y evidenciar quiénes van a necesitar una biopsia. Sin duda, se trata de una nueva tecnología que nos ayuda a poner barreras al cáncer de mama”, asegura la experta.
La 'tomosíntesis' es otra forma avanzada de mamografía, utiliza tecnología 3D con inteligencia artificial para mejorar su eficacia y permite obtener planos milimétricos de toda la mama. Además, utiliza dosis bajas de rayos X para detectar el cáncer en forma temprana, cuando el cáncer es más tratable. Es una técnica que va a cambiar la manera en la que se buscan los cánceres de mama, aunque no se encuentra disponible en todos los centros de imágenes.
Todas las mujeres deberían recibir esta información acerca de las mejores opciones de pruebas de detección para ellas. Es el único modo de tomar "decisiones informadas y compartidas", cuando te comunican los beneficios y riesgos de las pruebas de detección. Aunque las pruebas de detección del cáncer de mama no pueden prevenir esta enfermedad, pueden ayudar a encontrar el cáncer en sus etapas iniciales, cuando es más fácil de tratar y antes de que sea lo suficientemente grande para que se sienta al palpar o cause síntomas.
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