Las manos aterciopeladas de una mujer revelan un cáncer de pulmón

Aspecto que tenían las palmas de la mano de la paciente brasileña. (Crédito imagen: <i>New England Journal of Medicine</i>).
Aspecto que tenían las palmas de la mano de la paciente brasileña. (Crédito imagen: New England Journal of Medicine).

Nunca deberías creer las predicciones que cualquier adivino de tres al cuarto, intente colocarte tras leerte las líneas de la mano. Ya sabéis que en este blog estamos totalmente en contra de las supercherías pseudocientíficas.

Otra cosa es lo que debas hacer cuando las manos te las examine un médico. En ese caso mejor sigues todas sus indicaciones, porque en ocasiones lo que simplemente parece una lesión cutánea es un indicio de un mal mucho peor.

Esto es lo que le acaba de pasar a una mujer brasileña de 73 años cuyas palmas de las manos tenían una textura extraña. Los dermatólogos que la trataron, inicialmente por unas lesiones dolorosas en sus manos que le provocaban picazón, “tiraron del hilo” y descubrieron un problema de salud subyacente mucho más grave: el cáncer de pulmón.

Los síntomas aparecieron por primera vez nueve meses antes. Cuando los médicos observaron más de cerca sus palmas, notaron líneas especialmente afiladas en los pliegues naturales de sus manos, además de otras líneas y surcos adicionales. Así mismo, las palmas de ambas manos tenían una apariencia general “aterciopelada".

La dermatosis que le diagnosticaron tiene un nombre extraño: queratodermia palmoplantar, aunque en 1970 un doctor acuñó un nombre mucho más descriptivo, tras darse cuenta de que el aspecto que tenía la piel de su paciente le recordaba mucho al de uno de los alimentos más castizos de nuestro país: los callos (o estómago de vaca). Es por eso que a este extraño mal cutáneo lo llamó: palmas en tripa.

Como os comentaba antes, las palmas en tripa suelen conectarse a ciertos tipos de cáncer que afectan al sistema gástrico y a los pulmones. Teniendo en cuenta que la paciente había fumado un paquete y medio de tabaco al día durante 30 años, y que mostraba otros dos síntomas distintivos del cáncer de pulmón: tos persistente y pérdida de peso, decidieron someterla a una tomografía computarizada para comprobar sus sospechas. ¡Lamentablemente así era!

La queratodermia palmoplantar es como digo una dermatosis rara, incluso entre aquellas personas aquejadas de cáncer, y los médicos aún no saben de donde viene la relación entre este mal y el cáncer, aunque sospechan que puede surgir porque el tumor, de algún modo, estimula la sobreproducción de células de la dermis en las palmas de las manos.

Por lo que puedo leer, las manos de tripa en esta paciente no han desaparecido ni con cremas dermatológicas, ni a pesar de haberse tratado del cáncer de pulmón con quimio y radioterapia durante seis meses.

El trabajo de los doctores Denis Miyashiro y Jose A. Sanches (ambos de la Universidad de Sao Paulo, Brasil) se acaba de publicar en New England Journal of Medicine.

Me enteré leyendo Gizmodo.

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