Cara a cara: Bizarrap, el joven prodigio de la industria musical cumplió el sueño frente a sus fans, en el Hipódromo de Palermo

Bizarrap, exultante, el jueves, en la primera de las tres funciones que programó en el Hipódromo de Buenos Aires
Bizarrap, exultante, el jueves, en la primera de las tres funciones que programó en el Hipódromo de Buenos Aires - Créditos: @DIEGO SPIVACOW / AFV

Espectáculo: BZRP Live Tour. Artistas: Bizarrap, Duki, Bhavi, Anita B Queen. Lugar: Hipódromo de Palermo. Funciones: 20, 21 y 22 de abril. Nuestra opinión: muy bueno.

“Gracias, gracias, gracias”. La palabra se repitió muchas veces porque el mismo Bizarrap, tanto al promediar como al finalizar su primer show en el Hipódromo de Palermo, aseguró que se había quedado sin palabras. Esa primera actuación -de una serie de tres que culminó anoche- era una especie de sueño cumplido; aunque será mejor decir que era la concreción de un proyecto que venía diseñando en los últimos años. Joven prodigio de esta era de la industria de la música, es un magnífico ejemplo de cómo se genera entretenimiento sonoro a gran escala en estos tiempos: masividad, éxito en poco tiempo, monetización de cada creación y, detrás de todo esto, un talento que debe combinar inspiración artística con un análisis claro del medio en el que se mueve.

Bizarrap es todo eso y quizá lo haya sido, en modo potencial, desde que comenzó a grabar sus primeras Freestyle Sessions con improvisadores del under del conurbano bonaerense. Cinco o seis años pasaron apenas de aquel momento. El repertorio que incluyó en estas casi dos horas de show son la prueba de su evolución. La lista de treinta y seis títulos que armó fue una suma de fragmentos que conectó con minuciosidad. El resultado fue un racconto de esa historia breve y contundente a partir de la elección de unas treinta Music Sessions. No estuvieron allí los cantantes que participaron. Solo uno, Duki, que merece un párrafo aparte. A partir de ese condensado de canciones se armó un guion de show que se desarrolló en un formato anfibio, sin llegar a ser un recital ni una fiesta electrónica convencionales. ¿Por qué? Porque fueron canciones para un set sin cantantes en vivo y música electrónica como base estructural que no terminó de convertir al proyecto en una fiesta electrónica para audiencias químicamente estimuladas. Lo del Biza es un proyecto muy ATP, para aquellos que prefieren corear esas canciones que mencionan a Messi o evocan a la loba Shakira. Esa posición intermedia no resulta una hibridez estética. Al contrario, es el vehículo para que Bizarrap pueda encontrar un lugar donde sentirse cómodo en vivo y manifestarse.

El público emocionado de Bizarrap en el Hipódromo de Palermo
El público emocionado de Bizarrap en el Hipódromo de Palermo - Créditos: @DIEGO SPIVACOW / AFV

Se podría pensar que es un personaje tímido, oculto detrás de grandes gafas y de su gorra. Desde su actuación en Lollapalooza Argentina 2022 ha demostrado que no lo es. Que se atreve a enfrentar grandes audiencias. La particularidad de estas tres funciones radica en que es la primera vez que produce un show por su cuenta. Todas las anteriores fueron en festivales, dato que marca otra de las características que puede delinear el perfil de los artistas que juegan hoy en la liga mayor de la industria de la música. Seguramente la pandemia ha tenido algo que ver en la demora para que Bizarrap pudiera enfrentar el poder de su propia convocatoria presencial. Pero también es cierto que la virtualidad es hoy la columna vertebral sobre la que se construyen las carreras de los artistas. Las cifras exorbitantes y las megas estructuras son parte de una carrera dentro del negocio del entretenimiento y para estar en la cima, lógicamente, hay que estar a esa altura.

El espectáculo que Bizarrap ofrece en el Hipódromo está estructuralmente concebido como un festival pero con un solo headliner, para los tres días. El predio está delimitando por un paseo de stands de marcas que promocionan productos, una carpa destinada a promover la APP y el Club Social de fidelización creado por Bizarrap y puestos de comida. Aunque en menor escala, está pensado a imagen y semejanza de los grandes festivales. En el medio, una estructura que no es atractiva a la vista pero sí muy eficaz. De forma oval, propone una experiencia de tipo inmersiva donde el movimiento del sonido juega un rol muy importante y las pantallas rodean al público. Bizarrap, entronizado debajo de una pantalla vertical, lanza sus pistas mientras los visuales recorren todo la estructura oval. Especialmente los leds de dos escenarios situados a cada lado y por donde unas horas antes pasan los artistas soporte. En la primera de estas funciones fueron Anita B. Queen con su DJ set y Bhavi, el cantante que hizo, junto a Bizarrap, el primer BZRP Music Session (repitió el viernes y el sábado).

De ese listado de más de cincuenta Music Sessions que surgieron a partir de 2019 (todas esas que vinieron después de la de Bhavi) Bizarrap elige unas treinta y las enlaza con precisión. Incluso las que podrían sonar estéticamente opuestas. Entre el comienzo poderoso con fragmentos de las sessions de Nathy Peluso o L-Gante y la machacosa propuesta de Villano Antillano, hubo breves intervenciones que matizaron el set con temas como el que grabó con René Residente o un tributo a Messi.

El gran imperio de Bizarrap, en el Hipódromo de Palermo
El gran imperio de Bizarrap, en el Hipódromo de Palermo - Créditos: @DIEGO SPIVACOW / AFV

La propuesta visual es verdaderamente atractiva tanto por contenido como por los efectos. Pero hay una realidad que excede a este show y a tantos diseñados por otros artistas. Después de diez veces que se escuchan explosiones de fuegos artificiales, fuego real, humo y paneos de láser, el efecto deja de ser efectivo y la atención del público debe seguir siendo sostenida por la música. Y ese es, en definitiva, el rol de Bizarrap, que siempre (virado hacia la electrónica, aun cuando la raíz de las canciones pueda ser de la música urbana) consigue un buen flow para ese viaje de casi dos horas. Más que canciones, son bloques sonoros. Uno de ellos, en este primer show, fue dedicado al único invitado, Duki, que hizo con el Biza una gran dupla, apelando a los caballitos de batalla de ambos. Así fue como ese paseo (electrónico, estridente y estimulante) se fue arrimando al final, con los súper hits de Quevedo y Shakira, que no podían faltar a la cita.