Yahoo Estilo Caracterización vs caricaturización: por qué importa la representación LGBT+ digna en cine y series
Todas lo hemos visto en el cine, las series y, sobre todo, en la televisión: un personaje que se supone es representación del colectivo LGBT+, pero más que hacer una buena caracterización lo que hace es caricaturizar la experiencia de vida de la población. Cha-le y recontra cha-le.
Pero ¿por qué suele presentarse con estereotipos tan dañinos a la comunidad? ¿de dónde proviene esa visión? Platicamos con Guz Guevara, activista, consultor y conferencista queer, para que nos platicara de dónde viene y qué consecuencias tiene la mala representación.
La representación LGBT+ nociva es un problema antaño
La estereotipada representación LGBT+ en la tele y el cine, es un problema muy profundo y de hace años, pero que tiene que ver completamente con no incomodar a la heteronorma, explica Guz.
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“Al sistema no le gusta que se le juzgue, que se le señale… la norma es esa: ser una persona cisgénero, ser heterosexual y tener actitudes y acciones que sirvan al sistema patriarcal”, dice.
Además, explica que la representación estereotipada, sólo le funciona al sistema porque maneja la narrativa a su antojo.
“Cuando se le cuestiona (al sistema) desde el no ser como se espera que sea y desde no funcionar para su entretenimiento o su diversión, sino funcionar desde mi dignidad, obviamente que no le gusta, no le parece”.
Y no es difícil identificar una representación que estereotipa o daña.
Por ejemplo, Guz explica que algunos rasgos para saber cuando los personajes LGBT+ de alguna producción se utilizan en detrimento del colectivo es cuando la representación “hace de la identidad algo morboso o con tintes de burla”, y aquí seguro te puedes acordar de un montón de personajes LGBT+ en series, películas o programas de televisión que sólo funcionaban para reír a costa de elles o para estigmatizar su experiencia de vida.
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Por ejemplo, el personaje de una mujer trans que salían en la película de los 90, Ace Ventura, de Jim Carrey, se le representa como una persona con trastornos psiquiátricos y no se le reconoce su identidad como mujer. O Buffalo Bill, del Silencio de los Inocentes, que según su “historia” como le fue negada una operación de cambio de sexo, se puso a matar mujeres.
Pero entonces, ¿cómo podemos trabajar una representación digna?
Sí se puede y, de hecho, hay ejemplos recientes increíbles, que hablan de la experiencia LGBT+ desde una mirada común, natural y digna.
Para Guz, estos puntos son importantísimos.
Dejar de presentar como tragedia a las personas LGBT+: adiós a esa narrativa trágica donde se les niega la capacidad de ser felices
Escuchar a la población que se va a plasmar y asesorarse: en lugar de ver al colectivo “desde afuera”, desde el prejuicio y el sesgo inconsciente, es escuchar sus experiencias.
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Saber que una experiencia no es la generalidad, todas las historias son igual de válidas e igual de respetables.
Que la representación sea de personas que sí lo vivan, “no hay nada más realista que quien lo vive”. ¿A poco la población cis heterosexual va a saber más de la experiencia queer? ¡Obvio nooo!
“Ay, pero dame ejemplos de una buena representación LGBT+”: ¡para allá vamos!
Los personajes de Sex Education, que expresan diversas formas de vivir su sexualidad, aunque se muestran sus conflictos propios de la edad, también expresan de manera libre su identidad, sus inquietudes, sus sueños y experiencias, sin ser reducidos únicamente a sus preferencias.
Todd Chavez, el personaje de BoJack Horseman, tiene todo un arco donde descubre que no puede cumplir con la heteronorma y que necesita expresar su sexualidad de otra manera. No queda relegado a un personaje de fondo sino que activamente participa de la trama.
Y un ejemplo más reciente y muy bello es Nimona (la peli y el personaje), pues el personaje se muestra como una persona completa y no se le encasilla en sus preferencias y expresión.
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¿Qué pasa si seguimos con personajes representados desde el estereotipo?
“Al ser representadas y encasilladas a través de los estereotipos, se siguen reforzando las violencias, la discriminación y por ende la exclusión”, nos dice Guz Guevara. Así que sí, sí importa sacudirnos prejuicios.
Además, algo súper importante que Guz destaca es que la vida de una persona queer no es sólo tragedia, tristeza y puro batallar.
Claro que en las historias de cualquier persona puede haber experiencias muy duras, pero ¿a poco me vas a decir que toda tu vida se reduce a esos momentos duros que has atravesado? ¿qué hay de las risas, la compañía, el descubrimiento, la curiosidad, el crecimiento? Avedá, pues eso mismo aplica para cualquiera.
“Puedes hacer ambas: puedes visibilizar las violencias. Yo, por ejemplo, soy un hombre queer que vive con una discapacidad de nacimiento, el hecho de no poder rodar por cualquier calle de la ciudad es una violencia estructural; sin embargo y pese a todo, no significa que yo no pueda contar una historia de plenitud y de felicidad”, dice Guz Guevara.
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