Carlos Rivera y el contrato esclavizante que casi acaba con su carrera

Co-host Carlos Rivera speaks during the 22nd Annual Latin Grammy Awards show in Las Vegas, Nevada, U.S., November 18, 2021.  REUTERS/Steve Marcus
Carlos Rivera durante la 22 Ceremonia de los Latin Grammy en 2021 (REUTERS/Steve Marcus).

Corría el año del 2004, cuando un joven de 18 años salió de su natal Huamantla, Tlaxcala con destino Ciudad de México para hacerse de un lugar dentro de un reality show que prometía cumplir los sueños de aspirantes a cantantes. Aquel ilusionado chico fue Carlos Rivera, que logró no solo conquistar a la audiencia que lo favoreció con su voto, sino también enamoró al jurado de La Academia.

Mimí de Flans, Lola Cortés, Óscar Sarquiz ovacionaron cada interpretación del académico en 2004: "No podrás", "Eres", "Vivo por ella", "Salomé", "El día que me quieras" y "Can you feel the love tonight". Todos se desvivieron en elogios hacia Rivera. Pero fue Arturo López-Gavito, otro de los veteranos jueces del programa, quien vaticinó el éxito del ganador del Premio Lo Nuestro 2022.

"Vamos a pedirle a Dios una cosa, tú, yo y todos juntos. Dios quiera que caigas en las manos correctas y de una persona que te sepa manejar y de una compañía de discos que te sepa sacar adelante. Ahí pido encarecidamente a TV Azteca que tome la decisión correcta. El nuevo ídolo de México, está ahí enfrente", dijo el experimentado juez rendido ante el talento de Carlos.

No se equivocó. Carlos Rivera se ha convertido en una indiscutible estrella en cada escenario que pise: teatro, cine o televisión, pero aún con los buenos deseos de López-Gavito grabados en televisión nacional, "al ganar el programa —yo siempre lo comparo con las 12 de la noche de La Cenicienta—, nos entregan al management que era impuesto por la televisora (TV Azteca) (...), y en ese tiempo hubo muchas personas que no supieron manejarnos a la mayoría", revela el también actor en el pódcast Conquista tu mundo de Johnny Abraham.

"De entrada, conmigo había muchísimas expectativas y muchísimos planes y muchísimas cosas, planes que nunca llegaron y cosas que nunca se cumplieron. Pasaron unos meses y a mí me ponen en una banca (...), fueron muchos años en los que yo no la pasé tan bien, empezaba a ver cada vez más lejos el sueño", se sincera sobre su experiencia.

El actor que dio vida a 'Simba' en la puesta El rey león aún no entiende por qué en muchas ocasiones no fue llamado a participar dentro de la empresa que lo descubrió, situación que siempre cuestionó y cree posiblemente molestó a algunos que lo castigaron.

El desprecio al ídolo que había prometido López-Gavito continuó por mucho tiempo más. En algún momento, la producción del reality, TV Azteca o alguien debía lanzar el álbum debut de Rivera que sería distribuido en la cadena de tiendas Elektra, pero tampoco sucedió. La euforia comenzaba a desaparecer.

Atado a un contrato, Carlos tampoco podía negociar con la disquera Sony que desde que lo escuchó por primera vez quiso firmarlo. A Manuel Cuevas, entonces director de ventas de la disquera, se le puede atribuir la contratación del cantante solo después de una intensa campaña de convencimiento y tras presentar como testigo a un policía de la empresa que le cuestionó por qué dejaban pasar la oportunidad de tener a Rivera como su próxima estrella. Es decir, el público conocedor no podía estar equivocado.

Pero el anhelado contrató tardó al menos un año más y fue hasta 2006 cuando parecía que todo iba a tomar un rumbo diferente. Sin embargo, tampoco fue así, y regresó a una especie de orfandad musical.

Sin un proyecto discográfico con el que demostrara su capacidad vocal, el teatro musical llegó a su vida gracias a Bésame mucho y El rey león, obras que le permitieron llegar a nuevas audiencias que comenzaron a interesarse en él y a comprar su disco debut. Una nueva ilusión comenzaba a despegar. Pero una vez más, tampoco fue así.

Vino otro golpe de realidad cuando desilusionado, con ganas de crecer y buscar por él mismo la oportunidad de convertirse en el ídolo de México, entendió las condiciones esclavizantes adquiridas por haber llegado a La Academia y, por supuesto, a TV Azteca.

Pedí una cita con el director de Azteca para decirle 'ya me quiero ir', porque el contrato aparte todo mundo piensa que firmaste por cinco años y no, no era por años era por temporalidades leoninas que podían durar al día de hoy, o sea yo podría hoy seguir congelado, seguir teniendo el mismo contrato de hace 20 años porque son de esos que se renuevan automáticamente si estornudas, era así.Carlos Rivera

'Según Carlos, Ricardo Salinas Pliego ha cambiado esas condiciones, pero para que ello sucediera, tardó varios años más porque el intérprete de Un viaje para todas partes' volvió a enfrentarse a una nueva administración que volvió a prometerle mejores condiciones, la "libertad" para grabar nuevas canciones e incluso de su propia inspiración, pero la experiencia previa le hacía dudar.

"Pero ya no había nada, y mira que en ese momento no tenía pero ni diez pesos, pero ya no había poder humano que me convenciera en que yo me tenía que quedar", le dice a Abraham.

Si López-Gavito había anunciado a Carlos Rivera como la próxima estrella que México requería, Miguel Trujillo fue quien intentó tras una difícil decisión otorgarle la salida que pedía.

Miguel Trujillo fue el director general de Sony Music México y Centroamérica por tres años y lideró la industria de la música manteniendo la posición uno del mercado mexicano y logró que la disquera ocupara el 41% del mismo, según su biografía del Instituto Mexicano del Mariachi.

"(En TV Azteca) me dijeron 'Carlos, mientras tengas contrato con Sony, aquí no se te va a liberar". Esa advertencia fue la última motivación del cantante para exigir una cita a Trujillo, quien trató de convencerlo para conocer las condiciones con las que lo trataba la televisora (telenovelas con actuaciones casi de extra). "Solo solo quiero que sepas que en tus manos está el que a mí me den mi carta retiro", le dijo.

Aún con la tan anhelada carta, la televisora no cedió y la espiral se repitió un par de meses más.

Luego de su participación en la obra Mamma Mia!, un nuevo director en Azteca —de quien no quiere mencionar su nombre para evitarle problemas— recibió a Carlos, quien volvía a suplicar que lo dejaran libre. "Me enamoraron, me enamoré, fui feliz durante el noviazgo pero luego ya el casamiento estuvo duro y luego lo peor de todo es que al final era como 'me tienes que dar las gracias porque hubo alguien que te quiso, si no nadie te hubiera querido. Yo amé, yo fui leal y no fue recíproco", recordó.

"Él fue quien me dijo 'ok, sé que voy a quedar como el pendejo que liberó a Carlos Rivera de esta televisora'". Tras nueve años de un contrato donde no le pagaban exclusividad, finalmente logró su ansiada libertad y, además, una nueva oportunidad con Sony para relanzar su carrera de cantante.

Desde entonces, Carlos Rivera ha logrado convertirse en coach de algunos realities con Televisa, participar en la película animada ganadora del Oscar, Coco, y hasta actuar en telenovelas, una experiencia a la que estaba renuente.

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