Casado y con cuatro hijos, embajador de la sidra... descubre el lado más personal del periodista Carlos Franganillo
Se define a sí mismo como alguien muy tímido, impaciente y desordenado, pero eso no ha sido precisamente un obstáculo para convertirse en uno de los comunicadores más reputados del panorama nacional. Así lo avalan los premios que ha recibido últimamente (el Ondas, el Iris de la Academia de TV, el del Club Internacional de Prensa...) y que han convertido a Carlos Franganillo en un referente de su profesión.
Pedro Piqueras y Carlos Franganillo, de presentadores a reporteros en La Palma
La mayoría lo conoce por su labor al frente del informativo estrella de Televisión Española, pero muchos antes de ocupar esa silla se recorrió medio mundo con el micrófono a cuestas. Eso le ha permitido moverse como pez en el agua en otros escenarios fuera de plató, algo que podemos comprobar a la perfección actualmente en la nueva serie documental 10.000 días.
El último trabajo que dirige y conduce el periodista ovetense para la cadena pública llegaba este lunes a La 1 en horario de máxima audiencia, un proyecto muy personal donde trata de analizar los profundos cambios a los que se enfrenta la sociedad del futuro. Aunque para evoluciones drásticas, la que ha vivido él mismo durante la última década en el plano más íntimo.
Carlos Franganillo se toma con humor su error en pleno directo
Un hombre muy familiar: así es la mujer con la que comparte su vida
El conductor del Telediario 2 está casado y tiene cuatro hijos, a los que se dedica en cuerpo y alma cuando no está delante de las cámaras. "Sí, las demandas familiares son tan intensas que apenas tengo tiempo" para otras cosas, reconocía el pasado verano en una entrevista para El Mundo. Carlos Franganillo comparte su vida desde 2011 con Ana Ortega, quien se autodenomina como una "galleguiña por el mundo en constante aprendizaje y cambio". De perfil discreto, actualmente trabaja para el Grupo ONCE en organización de eventos, innovación y emprendimiento.
"Multitasker en el mejor sentido de la palabra", dice también de ella misma la esposa del periodista, en alusión a las diferentes tareas que ha desempeñado a lo largo de su carrera. Ana es la perfecta compañera de viaje para Carlos, nunca mejor dicho puesto que el presentador fue corresponsal durante muchos años en lugares como Moscú y Washington.
"Tengo la suerte de que mi mujer se adapta con enorme facilidad", se congratula el comunicador al hablar de la madre de sus hijos, mujer a la que le gustan los nuevos entornos, disfruta de esas oportunidades para encontrar trabajo y es una persona resuelta. De hecho, Carlos explica que ha conocido casos en los que la pareja de un enviado especial no se termina de acoplar bien y eso acaba con el regreso de ambos al país de origen.
Cuatro hijos, algunos nacidos fuera de España por su trabajo de corresponsal
El periodista y su esposa pasaron por el altar en 2011, eligiendo Tailandia como destino para su luna de miel. Juntos han formado una familia numerosa y parece que están más que satisfechos con cuatro hijos, que no es poco. "Nos plantamos, sí. Ya estamos suficientemente entretenidos", expresaba con humor cuando le preguntan si tienen pensado aumentar todavía más su prole.
Acostumbrado a narrar las informaciones más destacadas del día, él se convirtió en noticia cuando se ausentó temporalmente de su puesto en el TD-2 debido a su baja por paternidad en la primavera de 2021. Un hijo que nacía en nuestro país, puesto que otros de los hermanos como son Mateo y Santi lo hicieron fuera cuando su papá trabaja en la capital de Rusia y después en Estados Unidos.
Un 'cocinillas' al que le gusta la música, leer y salir a correr
Sobre sus principales aficiones, Carlos Franganillo desvela que lee "a ratos y de manera furtiva", ve muy poca televisión y sí le gusta escuchar música. Le interesan todo tipo de estilos, desde el country o el folk hasta la electrónica o la copla, si bien suele rechazar de origen "lo que está de moda en ese momento" aunque al final le termine gustando.
Cuida su forma física saliendo a correr y poco más, y aunque no es seguidor ni espectador de fútbol reconoce que su ídolo era el brasileño Romario. Por su puesto, si tiene que animar a algún equipo, ese no es otro que el Real Oviedo en su eterno duelo fratricida con el Sporting de Gijón. En cuanto sus gustos culinarios, asegura que prepara bien "tres o cuatro platos" como los arroces o callos.
Sin embargo, como buen asturiano que es, también sabe cocinar la clásica fabada o incluso una delicatessen como son los erizos de mar. "Me parecen un manjar, mejor incluso que el caviar", dice sobre este alimento que es típico de su tierra. Tampoco podemos olvidarnos de la bedida por excelencia y más icónica del lugar que le vio nacer, puesto que el año pasado Carlos fue nombrado orgulloso Embajador de la Sidra 2022 por la Fundación Sandra Ibarra que lucha contra el cáncer.