Casados con hijos llegó a Netflix y de inmediato se trepó al ranking de las series más vistas
Desde hace dos semanas, el tema excluyente de conversación en el mundo del streaming es la extraordinaria repercusión que tuvo la llegada a Netflix de la colección completa de Casados con hijos. Los 211 episodios de la popular sitcom estrenada por Telefe el 12 de abril de 2005 ya están disponibles en el catálogo de la “N” roja. Y como era de esperar, esta novedad se encaramó de inmediato al primer lugar del Top 10 de series que la propia plataforma incluye en un lugar muy destacado de su página de inicio.
La negativa sistemática de Netflix a compartir los datos de consumo hogareño de sus contenidos no impide que reconozcamos desde el sentido común la legitimidad absoluta del primer puesto entre lo más visto para Casados con hijos. Sobre todo a partir de la paradoja que fundamenta el éxito colosal de la serie.
A pesar del carisma de su pareja protagónica (Guillermo Francella y Florencia Peña), Casados con hijos no fue de entrada una sitcom de gran repercusión. Empezó a volar en las mediciones de audiencia gracias a sus primeras repeticiones. Allí, curiosamente, empezó a generarse un fenómeno social más allá de lo televisivo alrededor de las peripecias de los Argento, una suerte de espejo deformado (y muy gracioso) de ciertos comportamientos estereotipados del imaginario argentino en relación al matrimonio, a la vida hogareña y familiar, al contacto con los amigos. Conductas y reacciones por lo general ingenuas, vulgares o forzadas por su efecto humorístico que se festejan sin pausa desde hace casi 20 años.
El streaming funciona hoy como el vehículo ideal para profundizar y extender todavía más en el tiempo un fenómeno de audiencia tardío como el de Casados con hijos. Sobre todo porque Netflix le otorga al televidente la posibilidad de acceder de una sola vez a toda la historia oficial de la serie.
Al tenerla completa y a la carta, la audiencia puede diseñar como quiere el plan para verla. Algo que se hacía imposible cada vez que Telefe ubicaba a los Argento como una especie de comodín permanente a lo largo y a lo ancho de la programación. Casados con hijos tapaba huecos, cubría espacios de programas levantados de apuro o, como pasa en este momento, ocupa una franja horaria completa, la que va de 21 a medianoche cada sábado. En esas tres horas tranquilamente pueden salir al aire seis episodios completos en continuado.
Con la llegada a Netflix, esa invitación a maratonear que en dosis leves propone Telefe se multiplica hasta el infinito. Y de paso le devuelve el sentido al acto mismo del binge-watching, una práctica característica del streaming que en los últimos tiempos aparecía algo desdibujada.
La astuta división que hizo Netflix del catálogo completo de Casados con hijos en cinco “temporadas” de distinta duración (una de 26 episodios, tres de 52 y una final de 29) es todo un estímulo para armar maratones. Si seguimos en cambio el armado original que tuvo la serie cuando Telefe la estrenó ese interés desaparece. Entre abril y diciembre de 2005 se emitieron los primeros 137 episodios.
De la llegada rutilante al streaming local de una serie con dos años de grabaciones y casi 20 años más de vigencia podemos extraer otras dos lecciones hacia el futuro. La primera nos sugiere que al público argentino le gustaría ver en las plataformas producciones con cierto sello vintage. Contenidos parecidos a los que hicieron propicia, por ejemplo, una experiencia como la del canal Volver, pero ahora en manos del consumidor, que tiene la facultad de elegir cómo, dónde y cuándo ver los éxitos del pasado.
La segunda se desprende justamente del componente temporal del fenómeno. Casados con hijos nació en la TV abierta, como todo el resto del contenido vintage que podría recuperarse en el streaming con el mismo formato. Y no solo local, si es que los archivos no se perdieron en el camino. Hay sobradas pruebas del interés del público por reencontrar las temporadas completas de series extranjeras clásicas y entrañables como Los Locos Addams, La isla de Gilligan, el Superagente 86, Hechizada, Mi bella genio, Combate, El santo, Ladrón sin destino y muchísimas más para verlas a la carta, sin publicidad y sin depender de horarios fijos armados por algún programador, como ocurre con el canal propio de Los Tres Chiflados en la plataforma gratuita de streaming Pluto TV.
Entre todas ellas, Casados con hijos vive una realidad particular. Volvió en formato teatral y casi 195.000 personas la vieron durante 95 funciones a lo largo de dos meses, entre enero y marzo, en el Gran Rex. El fenómeno ahora sigue en Córdoba, con 17 funciones confirmadas hasta ahora entre el 7 y el 16 de julio y ya casi agotadas, pese a que Luisana Lopilato no participaría de ellas. La historia continúa y será tema de conversación durante un buen tiempo, más allá del streaming.