Cepillado dental, predicando con el ejemplo

Texto: Juan José Aguilar

La única forma de enseñar el cepillado es practicándolo / Foto: Thinkstock
La única forma de enseñar el cepillado es practicándolo / Foto: Thinkstock

Durante la consulta, es común que los padres quieran persuadirme de regañar al niño por su deficiente higiene bucal. Cuando esto sucede, les pregunto: ¿cuántas veces al día se cepillan ustedes los dientes? Ellos tardan en responder o no contestan. Lo cual es lógico debido a mi inesperada falta de disposición para regañar a su hijo. Y es que no me parece justo someter a un chico, mediante reprimendas, a cepillarse los dientes, cuando nadie le ha enseñado los horarios ni la forma en que debe hacerlo.

Los niños imitan por naturaleza y por más que se les obligue a cumplir una tarea, siempre existirá la tendencia a cuestionar lo que se les pide. Es por eso que los padres deben tener buenos hábitos de salud consigo mismos, antes de intentar implantarlos en los pequeños.

El niño no decide cuando es hora de ir al dentista. Él solo se limita a avisar una vez que no soporta el dolor de la caries taladrándole la encía. Así es que las enfermedades dentales no son culpa del chico, ni de sus dientes chuecos ni de la salivación, sino de la poca atención que reciben por parte de sus padres.

Existen infinidad de herramientas para la prevención de caries y el control de la placa bacteriana: pastas fluoradas, cepillos eléctricos, hilos dentales, irrigadores orales, detectores de placa bacteriana. Todo está ahí, únicamente debemos tomar la decisión de utilizarlo. Los niños nos seguirán.

Recuerda: una de las formas más eficientes de aprendizaje es mediante la observación y el ensayo.

Visita a tu odontólogo.

Foto: Thinkstock

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Juan José Aguilar es cirujano dentista por la Universidad de Guadalajara, México, y especialista en odontología estética y restauradora. Cédula: 5711438.