Así será el solemne funeral de Benedicto XVI

El Vaticano se prepara ya para el funeral solemne de Benedicto XVI, que tendrá lugar este jueves 5 de enero a partir de las nueve y media de la mañana. Mientras tanto, se siguen velando en su capilla ardiente los restos del Papa Emérito, que están expuestos en la sala Clementina de la Basílica de San Pedro (Roma) desde el lunes. Durante tres días, los fieles pueden meditar y despedirse frente al cuerpo de Joseph Ratzinger, fallecido el pasado sábado a los 95 años de edad.

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Las exequias por el que fuera Sumo Pontífice serán presididas por su sucesor, el Papa Francisco. Será un acto "sobrio" para respetar la voluntad del difunto, quien pidió una despedida sencilla antes de morir, indican desde el departamento de comunicación de la Santa Sede. Sepelio que además será único en la historia de la Iglesia, ya que "nunca antes un Papa había enterrado a su predecesor", subrayan. Tampoco habrá conclave posterior, puesto que Ratzinger no deja ningún cargo vacante.

La Iglesia Católica no tiene de hecho un protocolo específico para el funeral de un pontífice emérito, por lo que será el Papa Francisco el encargado de tomar las decisiones oportunas sobre las pautas que deben seguirse. Durante la ceremonia, habrá dos delegaciones oficiales a la cabeza: la de Italia y Alemania, el país natal del fallecido. Sin embargo, también se espera la presencia a título particular de otros muchos jefes de Estado y de Gobierno de todo el mundo.

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Después de la celebración eucarística, el féretro de Benedicto XVI será llevado a las grutas vaticanas y enterrado en una cripta en la basílica de San Pedro junto a anteriores Papas. Es el mismo lugar en el que estuvo Juan Pablo II desde 2005 hasta 2009, cuando fue beatificado y trasladado hasta la capilla de San Sebastián, a escasos metros de La Piedad de Miguel Ángel.

Benedicto XVI recibirá sepultura sin vestir el palio -que se colocará en el ataúd- como se hace para los obispos eméritos, pero sí llevará los menajes pontificios, la casulla o manto rojos -el color de duelo papal- sobre la túnica blanca, así como la mitra en su cabeza. Kevin Farrell, actual camarlengo y cardenal de la Iglesia católica que preside la Cámara Apostólica, será el responsable de que todo se desarrolle según lo previsto. Se encargará de la conocida colmo destrucción del Anillo del Pescador, elemento que cada Papa obtiene en el momento de su nombramiento.

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Otra tradición de los funerales papales es la de enterrarlos con tres ataúdes. Uno es de madera de ciprés y está forrado con terciopelo carmesí, color litúrgico. Este féretro va dentro de un segundo construido en plomo, con cordones de seda de color morado. Está, además, sellado con cera fundida modelada con el escudo de armas del Papa. Por último, este ataúd se coloca dentro de un tercero donde introducen tres bolsos de piel con monedas de oro, plata y cobre, sin olvidar el pergamino que lleva inscritos en latín los logros más importantes de su trayectoria como pontífice.

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Para el funeral, se espera una gran afluencia de devotos como en 2005, cuando un millón de personas asistieron a la despedida de Juan Pablo II. Contará también con la presencia de la Familia Real española y será doña Sofía quien se desplace hasta Italia para estar presente en la misa exequial. También acudirán el ministro de Presidencia, Félix Bolaños, y la embajadora de España ante la Santa Sede, Isabel Celaá. El presidente italiano, Sergio Mattarella, ya ha pasado por delante de los restos del Papa emérito, así como el presidente húngaro Viktor Orban.

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Benedicto XVI, que recibió el sacramento de los enfermos antes de su último aliento, vivía en el monasterio Mater Ecclesiae en los Jardines del Vaticano. Fue, además, el primer Papa en renunciar al trono de San Pedro en seis siglos, tras su etapa al frente de la institución eclesiástica que duró de abril de 2005 a febrero de 2013. "Si, en esta última hora de mi vida, miro hacia atrás a las décadas que he atravesado, veo ante todo cuánto tengo que dar gracias", dice en su testamento espiritual. "A todos aquellos a quienes he agraviado de una forma u otra, les pido perdón desde el fondo de mi corazón", ruega.