Charlene da un golpe definitivo sobre la mesa y me ha sorprendido mucho

Mucho se ha hablado sobre Charlene de Mónaco este último año entre su misteriosa ausencia, los rumores de crisis matrimonial, su viaje a Sudáfrica, su enfermedad, su posterior ingreso y, ahora, su regreso al principado.

Todos han comentado, desde su cuñada Chantal, quien dijo a la prensa que la princesa no vivía en Palacio creando gran revuelo, hasta su marido Alberto II para acallar todas las habladurías con respecto a su presunto distanciamiento como pareja.

También habló el padre de Charlene para dar el parte sobre la delicada salud de su hija y así, la prensa hizo el resto. La única persona que había permanecido en silencio sepulcral hasta el momento es, paradójicamente, la gran protagonista sin embargo esto acaba de cambiar.

Charlene se ha cansado de estar en el foco mediático y no ha soportado más la presión de permanecer callada así que, en el primer acto oficial al que acudía sola (bueno, acompañada por su preciosa hija Gabriella), la exatleta ha querido dejar las cosas claras.

Ha sido en el marco de los Monte Carlo Fashion Awards donde Charlene ha dejado claro que, primero, no está recuperada del todo, que todavía se siente frágil y que “no quiero apresurarme” dado que su camino ha sido “largo, duro y muy doloroso”.

Sorprendentemente y de un modo bastante repentino, Charlene ha ido directa al grano de lo que ella sabe que la prensa quiere preguntarle “¿Quieres que te hable de mi casa en Suiza o de los rumores de divorcio?” ha espetado claramente molesta.

Tras una pausa, ha zanjado el tema diciendo que le parece “verdaderamente lamentable” que los medios lancen este tipo de habladurías sobre su vida y sobre la relación con su marido puesto que: “Como todo el resto, nosotros también somos humanos y como tales tenemos debilidades y emociones. Lo que pasa es que solo nuestra familia está expuesta a los medios, donde la mínima debilidad sale a la luz”.

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Si nos fijamos en sus palabras Charlene ni confirma ni desmiente esa información pero sí se muestra molesta y manifiesta su queja porque se hable de su vida familiar privada. Lo que ella debe comprender es que cuando eligió casarse con Alberto II esto formaba parte del ‘contrato’, es decir que si eres ‘royal’, estás expuesta te guste o no.

En favor del príncipe, Charlene ha querido decir que: "Alberto ha sido un enorme apoyo. Juntos hemos hablado sobre estos rumores y él ha hecho todo lo posible por protegernos a nuestros hijos y a mí” y asegura que es feliz en Mónaco con su familia.

Lo cierto es que me ha sorprendido mucho que Charlene se posicione públicamente dado su perfil bajo de los últimos meses, incluso de los últimos años. Está claro que, aunque ironiza sobre su nueva casa en Suiza o su supuesto divorcio, no aclara nada al respecto pero, el simple hecho de que haya dado este golpe en la mesa indica que está muy harta de que su familia siempre esté en el disparadero mediático.

Quizá ahora que la princesa ha regresado a su hogar y a su agenda pública las aguas se calman y cesan los rumores, eso sí, también depende de sus actitudes porque si sigue posando como la princesa triste, se volverán a escribir ríos de tinta sobre ella y sus posibles penas.

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