Christian Nodal: más lejos del pueblo, más cerca de Belinda... y ganando como siempre
Poco, o más bien, casi nada, queda del Christian Nodal que conocimos hace unos años, que decía ser un "muchacho del pueblo" que buscaba perpetuar la imagen de otros ídolos del regional mexicano que habían cultivado la sencillez como su carta de presentación, empezando por el extinto Joan Sebastian, a quien tomó como modelo al inicio de su carrera.
Pero en momentos que se anuncia como el artista en español más escuchado en Spotify en México, Nodal exhibe una transformación de 180º: el chico que portaba con orgullo sombreros y cazadoras, para cantar, ha desaparecido.
En su lugar se nos presenta un hombre cubierto de tatuajes (cosa que tanta controversia causó en su momento; muchos fans le reclamaron), que usa ropa de alta costura, maquillaje en los ojos, relojes ostentosos y tiene un aire ahora de cierta arrogancia y actitudes antes eran inconcebibles, que van desde su sonado rifirrafe con Universal Music Group, hasta sus reacciones con el público, ahora mostrándose altivo y hasta cortante.
¿A qué se debe este cambio tan drástico?
Es cierto que todo artista debe evolucionar tanto en su música como en su imagen: ahí tienen a Miguel Bosé, por ejemplo, que pasó de usar mallones rosa (para molestar a su padre), a convertirse en un enigmático seductor en la década de los 80, a ser la figura polémica que anda haciendo desfiguros y pegándole librazos a la gente, como señora de los gatos.
O también ahí está el caso de Vicente Fernández, que en su época cumbre llegó a tener el traje de charro más caro de la historia (un millón de pesos de 1995), que era un gran paso (realizado con mucho esfuerzo) después de sus difíciles inicios en la pobreza más abyecta. Como Nodal, Chente siempre se dijo "pueblo", pero por alguna razón, en boca del muchacho, esa frase ya no suena sincera.
No es el triunfo, o que se le haya "subido la fama" a la cabeza... bueno, sí, un poco. Pero hay un factor extra que ha contribuido a esto y es muy obvio; se trata de la influencia de Belinda sobre su hoy futuro marido y es cada vez más evidente que la autora de la frase "¡ganando como siempre!" tiene muy metida la mano (algunos dirían que hasta el fondo) en el estilo y el destino del joven Nodal.
Esto ha ido más allá de solo pedirle que se hiciera tatuajes (ya después él se hizo adicto y no para), o cambiarle el atuendo por prendas más sofisticadas y el estilo por algo más atrevido y glamoroso. Belinda ha sido claramente la artífice de transformar a su galán en lo que a ella le gusta, opuesto a lo que ella encuentra vulgar y corriente y que siempre ha procurado evitar, convirtiendo entonces a Nodal en alguien mucho más cercano a su estilo.
Y si bien ha habido algunos reclamos por parte del fandom que lo siguió al principio, lo cierto es que este Nodal 'reloaded' ha funcionado mucho más para el público que es más afín al pop 'fresita' de Belinda que a la banda sinaloense o el regional mexicano: esto ha llevado a Nodal a ir modificando su estilo musical — aunque menos drásticamente, tampoco es tonto— para encontrarse en los gustos de los que prefieren el pop o lo urbano, y esta fusión es la que lo ha llevado a nuevos niveles de popularidad y a pararle un alto a la explotación que antes de él hacia la disquera con la que había firmado al inicio de su carrera.
Este es un nuevo Nodal, definitivamente, y haber establecido un track record en la app de música más importante y con más escuchas, no es cosa fácil. ¿Pero se terminará por apartar de sus raíces y transformarse del todo, o su amor por "el pueblo" que lo hizo será más grande que el que siente por la 'Beli'? Solo el tiempo lo dirá, pero la rubia siempre juega a lo seguro.