Ciudad Bosque, un proyecto que busca combatir desigualdades verdes en CDMX con la reforestación
Hace más de cuatro años, cuando comenzó el encierro por la pandemia en 2020, Carlos Valecillo decidió que quería recuperar un espacio verde de su comunidad, en la alcaldía Tlalpan.
El proyecto personal que comenzó con la idea de plantar árboles en un camellón de Prolongación División del Norte terminó por convertirse en Ciudad Bosque, una asociación que busca reducir desigualdades verdes en zonas de alta marginación de la Ciudad de México.
Así fue como en marzo de 2020, Carlos, un historiador, salió a las calles determinado a poner en marcha su decisión. Caminó por Canal de Miramontes y recolectó cerca de cien semillas de jacarandas, las cuales germinó en su casa. Algunas de ellas las plantó y otras las regaló, comenta en entrevista para Animal MX.
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Posteriormente, puso en marcha su proyecto para recuperar el camellón cerca de donde vive. Un tepozán, capulin, una Pinus patula, liquidámbar y una tronadora, fueron las primeras plantas que colocó en ese lugar y aunque varias de ellas no sobrevivieron, se refiere a esa experiencia como un “ensayo y error” para lo que vendría después.
De esta manera comenzó su camino en el arbolado urbano. Encontró aliados que le tendieron la mano y le compartieron sus conocimientos sobre especies nativas, es decir, aquellas que se han desarrollado en una zona específica.
Este tema comenzó a interesarle y también lo llevó a cuestionarse sobre la situación en la CDMX respecto al tipo y cantidad de árboles qué hay.
“¿Por qué tenemos tan poco cariño al arbolado urbano?”
Carlos dice que la investigación por especies nativas también despertó su interés en ver cómo en la capital del país se han impuesto algunos tipos de árboles y han borrado otros que son originarios del lugar para privilegiar el aspecto estético por encima del ambiental y cultural.
“Entonces viendo esto yo empecé a decir qué pasó, por qué también tenemos tan poco, cariño a la arbolado urbano, por qué barrios tan viejos de la ciudad, como Zapotitlán no tiene ni un solo Zapote, sino puro eucalipto o cuatro tipos de especies y por qué mi camellón no tiene ningún árbol?”, expresa.
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Al cuestionarse a sí mismo por qué a la sociedad no le preocupa que no haya árboles ante la crisis climática, Carlos dice que se percató de la influencia de tres factores: la desinformación, el desinterés y la falta de herramientas tanto de las personas como de integrantes de las brigadas de poda y derribo.
“Me empecé a dar cuenta que era en principio por desinformación tanto de las personas como muchas de las brigadas de podo y derribo que a veces hacen más difícil el camino porque matan muchos árboles, pero también por falta de interés y de herramientas de las personas”, señala.
Es difícil, pero no imposible generar pequeños cambios
Carlos reconoce que la tarea de combatir desigualdades verdes es difícil, sin embargo, asegura que las personas pueden generar pequeños cambios desde sus espacios.
Para ello, considera que lo mejor es elegir especies nativas como lo hizo él en sus inicios.
En su caso, Carlos vendió fotografías para recaudar fondos y comprar diversas especies, hasta que el patio de su casa se llenó de árboles esperando ser plantados.
De esta manera, hizo intervenciones al camellón de su comunidad, donde en 2019 había tres fresnos, de los cuales murieron dos. Actualmente hay cuatro especies: una jacaranda, una flor de mayo, un tabachín de monte y un huizache que se han adaptado al espacio y han resistido a las brigadas de poda y derribo.
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Incluso, señala, las plantas han sido adoptadas por vecinos del lugar que ahora aprovechan la sombra que brinda la jacaranda.
En tanto, el espacio de enfrente, un lugar que utilizaban para depositar basura, ahora tiene árboles que fueron plantados por él y que, aunque les falta crecer, dan otra imagen al paisaje, pues ya no luce triste ni vacío.
El origen de Ciudad Bosque para combatir desigualdades verdes
Las redes sociales y el interés por la reforestación le permitieron a Carlos conocer a David. De esta manera surgió Ciudad Bosque, una iniciativa cuyo propósito principal es combatir desigualdades verdes con la plantación de árboles.
Carlos relata que conoció a David a través de X, antes Twitter. Él también tenía un proyecto similar en Azcapotzalco y quedó asombrado con la labor del historiador.
De ese primer contacto en persona surgió una amistad. Entre sus conversaciones comenzaron a considerar que la distribución y acceso a áreas verdes en Ciudad de México no solo se trata de un problema ambiental, sino de uno que afecta a las personas con menos recursos.
“Las desigualdades no solo se ven en ingresos, sino también en el acceso a áreas verdes, la ciudad está mal planeada, no solo en transporte, en agua, sino también, en quién tiene acceso a un parque, quién tiene acceso a camellones arbolados”.
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A manera de ejemplo, Carlos señala que en su comunidad, Villa Coapa, puede percibir la diferencia entre los accesos a espacios verdes.
“Me doy cuenta de que cruzando mi unidad, que es un ingreso tampoco diré que el mayor ingreso, pero son muchas personas de la tercera edad, que pues muchos se jubilaron antes de que cambiara el sistema de pensiones, tienen un ingreso constante, fueron una clase media que al menos tuvo una ciudad más planeada y cruzando la Avenida, al otro lado, es una zona que se urbanizó, yo creo que por la necesidad, cuando todo esto era periferia, y tiene muy pocos accesos a áreas verdes, no tiene parques no tiene una buena planeación y se nota”, dice.
Ante dichas desigualdades, Carlos y David comenzaron a preguntarse qué podían hacer para que las personas que habitan otros espacios tuvieran los beneficios de las áreas verdes y fue así como surgió Ciudad Bosque.
El proyecto primero fue una donadora y juntaron 72 mil pesos, dinero con el que compraron varias especies en un vivero de Morelos.
“Decidimos que Ciudad Bosque iba a tratar de combatir estas desigualdades verdes llevando árboles a zonas de escasos recursos. Lo llamamos activaciones porque el interés era activar tanto ambiental como socialmente los lugares”, señala.
Carlos detalla que el enfoque de Ciudad Bosque ha sido que los vecinos soliciten los árboles y que estén conscientes de que los cuidados van por su cuenta.
“Lo importante era ser siempre sinceros, como mira, nosotros no lo vamos a poder cuidar ni tenemos la capacidad para ir a regarlo cada cierto tiempo. Eso les toca a ustedes como vecinos”, resalta.
Bajo esta mirada, señala que en otras zonas de la ciudad y el Estado de México, como Iztapalapa, Coyoacán, Azcapotzalco, Tlalnepantla y Ecatepec, han realizado activaciones con vecinos, quienes les comparten sus resultados con las especies plantadas y que se han unido como comunidad para las labores de cuidado.
Añade que a partir de sus activaciones han visto a vecinos que deciden colocar más árboles, pero también a otros que deciden dedicar su tiempo y esfuerzo a las especies ya tienen, pues se trata de un proceso que a veces es más agotador que plantar.
“A veces se piensa que solamente es plantar el árbol y que va a crecer por todo, porque son dos años que se tienen que cuidar un árbol para que se establezca, entonces todo ese esfuerzo que a veces se piensa que solo es plantar, destinarlo a cuidarlo, a darle sus poditas de crecimiento y a tenerlo limpio, porque es quitar el pasto y todo y a veces es más agotador que incluso plantar solo el árbol”, explica.
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En cuanto al estatus actual de Ciudad Bosque, Carlos menciona que se encuentra en pausa por motivos personales de sus integrantes; sin embargo, ya está registrada como una asociación civil y entre sus planes está realizar otra campaña en 2025 durante la temporada de lluvias.
“Ahorita tenemos tiempo para organizarla y esperar también la temporada de lluvias que son la es la fecha de la reforestaciones, porque antes es difícil que prospere algo y en temporada de lluvias es mucho mejor; los árboles se adaptan mejor, el trabajo también es menor y podemos destinar el resto del tiempo a monitorear lo que ya hemos hecho”, concluye.