Los componentes ocultos y beneficiosos del pescado para el organismo

CIUDAD DE MÉXICO, noviembre 30 (EL UNIVERSAL).- El pescado ha sido un alimento básico en muchas culturas, reconocido por sus múltiples beneficios para la salud. Sin embargo, más allá de su contenido en ácidos grasos omega-3, este alimento ofrece una rica combinación de nutrientes esenciales que lo convierten en un pilar fundamental para una dieta equilibrada. Proteínas de alta calidad, vitaminas del grupo B y minerales como hierro, zinc y selenio están entre sus tesoros menos conocidos, pero igualmente importantes, según Mayo Clinic.

Además de ser una fuente de proteínas completas que favorecen la reparación celular y el fortalecimiento del sistema inmunológico, el pescado contiene una variedad de nutrientes que apoyan funciones clave del organismo. La vitamina B12, por ejemplo, es crucial para el sistema nervioso, mientras que el selenio y el zinc contribuyen a la salud celular y al metabolismo. Algunas especies incluso aportan calcio, esencial para la salud ósea.

El omega-3 y la vitamina D, dos componentes emblemáticos del pescado, destacan por su impacto en la salud. Los ácidos grasos omega-3 no solo protegen el corazón y reducen el riesgo de enfermedades cardiovasculares, sino que también favorecen la salud cerebral al prevenir el deterioro cognitivo. Por su parte, la vitamina D mejora la absorción de calcio, fortalece los huesos y refuerza el sistema inmunológico. Estos nutrientes hacen del pescado un alimento integral para todas las etapas de la vida.

La elección entre pescado salvaje y de piscifactoría depende de diversos factores. El pescado salvaje tiende a ser más rico en nutrientes y menos expuesto a químicos, pero su sostenibilidad es un desafío debido a la sobrepesca. Por otro lado, el pescado de piscifactoría, si se cultiva de manera responsable, puede ofrecer una opción accesible y ambientalmente amigable, siempre que se eviten prácticas intensivas que impliquen el uso de aditivos y antibióticos.

Los pescados de menor tamaño, como sardinas, arenques y boquerones, son más bajos en la cadena alimentaria, lo que significa que acumulan menos toxinas como mercurio y PCB. Además, estas especies son altamente sostenibles debido a sus ciclos de vida cortos y rápida reproducción, convirtiéndose en una alternativa tanto saludable como respetuosa con el medio ambiente.

Entre las opciones más recomendadas se encuentran las sardinas, por su riqueza en omega-3 y calcio; el salmón, ideal para obtener vitamina D; y la caballa, una especie baja en contaminantes y alta en nutrientes. También destacan la trucha arcoíris, los boquerones y el bacalao, todos ellos versátiles en la cocina y con beneficios significativos para la salud.

A la hora de comprar pescado, es importante optar por especies pequeñas para reducir la exposición a contaminantes. Evitar el pescado procesado o frito es otra recomendación clave, así como buscar etiquetas que certifiquen métodos de pesca responsables. Incorporar pescado fresco o congelado en preparaciones simples, como al horno o a la parrilla, permite aprovechar al máximo sus propiedades nutricionales.