¿Compras lo que Kylie Jenner vende?

Kylie Jenner en el desfile de alta costura de Schiaparelli en París en enero de 2023. (Simbarashe Cha/The New York Times)
Kylie Jenner en el desfile de alta costura de Schiaparelli en París en enero de 2023. (Simbarashe Cha/The New York Times)

Kylie Jenner tiene 26 años. Es madre de dos niños pequeños. Ya no usa pelucas ni maquillaje atrevido todos los días. Ya no se levanta y de inmediato publica en las redes sociales. “Madurez” y “sofisticación” son las palabras que ahora guían su imagen de marca.

Se está “desnudando un poco”, como dijo Jenner en su oficina de Calabasas, California, la semana pasada, con las rodillas pegadas al pecho durante una entrevista de una hora. “No tengo esa espesa melena hasta el trasero, no tengo extensiones de pestañas, no tengo esas largas garras”.

Levantó las uñas como almendras rojas y brillantes. Para ella, esos rasgos eran marcas de su juventud; para otros, significaban la apropiación cultural de la mujer negra.

Quizá hayas notado esa evolución. Tal vez sientas hastío ante cualquier mención de la familia Kardashian-Jenner. Pero de todos modos estás leyendo esto, y nadie es más consciente de ese fenómeno —un ojo mirándola, el otro en blanco— que la hermana más joven, enigmática y quizá más famosa de la familia. Jenner tiene 400 millones de seguidores en Instagram. Esa cifra, que supera la población de Estados Unidos, tal vez incluya bots, pero sigue superando los seguidores de cada uno de sus hermanos.

Desde que era niña, la personalidad pública de Jenner se ha definido por el consumo. Ella consume los adornos de la celebridad y la riqueza: ropa y autos, jets privados y procedimientos cosméticos. Y nosotros la consumimos a ella: los medios de comunicación que comparte, los chismes de famosos que genera y, lo que es más importante para el negocio familiar, los productos que vende.

El martes anunció Sprinter, una línea de refrescos en lata con vodka. El jueves, lanzó Cosmic, su primera fragancia bajo Kylie Cosmetics, una empresa que cofundó a los 18 años y que fue valorada en 1200 millones de dólares en 2019. También sigue lanzando ropa a través de su nueva marca Khy, que ofrece “piezas de alta costura por menos”, señaló.

Kylie Jenner en el estudio de su oficina en Calabasas, California, el 28 de febrero de 2024. (Raven Varona/The New York Times)
Kylie Jenner en el estudio de su oficina en Calabasas, California, el 28 de febrero de 2024. (Raven Varona/The New York Times)

Incluso para los estándares empresariales de Kardashian-Jenner —cada hermana está vinculada al menos a un producto básico, incluyendo tequila, suplementos de gomitas, ropa de mezclilla para todas las tallas y, la joya de la corona: la ropa moldeadora—, esta ha sido una semana llena de acontecimientos para Jenner.

Pero si está cansada, no lo demuestra. Si siente alguna presión —porque no todas las marcas familiares son un éxito instantáneo, como demostró Kylie Swim en 2021—, no lo demuestra. Jenner no muestra mucho estos días. En 2020, le dijo a un YouTuber de belleza que ser criticada cuando mostraba su “verdadera personalidad” dolía más que ser criticada cuando estaba “interpretando un personaje, no mostrando todo a la gente”.

Así es como ha aprendido a vivir públicamente como adulta: estando alerta, siendo reservada, de voz suave.

“Cuando compartes tanto, te abres a más comentarios y más opiniones de la gente sobre tu vida”, dice en su despacho, con rostro inescrutable.

Esa cara. La que la gente lleva estudiando y debatiendo desde que tenía 16 años y empezó a agrandarse los labios. Al principio, Jenner afirmaba que había utilizado maquillaje y no inyecciones para realzarlos, y pronto empezó a vender el Kylie Lip Kit para ayudar a otros a hacer lo mismo. Una década después, la gente sigue comentando y opinando. Si Jenner aparece en un evento con iluminación desfavorecedora, los cirujanos plásticos hacen videos virales de TikTok explicando lo que creen que salió mal. ¿Se ha visto o escrutado más el rostro de alguna otra mujer de su generación?

“Son solo años y años de no sentir que mi cara o mi aspecto sean aceptados”, comentó Jenner. “Ahora no hay nada que nadie pueda decir que me haga daño”.

Cosas personales

Las fragancias suelen ser personales. Jenner quería que la suya atrajera a las masas.

“Quiero que le guste a todo el mundo”, dice de Cosmic, que es sobre todo dulce, con almizcle de vainilla y jazmín estrella. Quería que el frasco pareciera como si hubiera caído del espacio en su mano y luego se hubiera moldeado alrededor de sus dedos. (Recuerda al famoso frasco de perfume de Halston, escultural y con tapón redondeado).

Jenner pidió opiniones. Ella y una amiga se rociaron con el perfume antes de ir a una fiesta, dijo, y luego compararon cumplidos al final de la noche.

Del mismo modo, Jenner dijo que organizó “rondas y rondas y rondas” de pruebas de sabor con familiares y amigos para Sprinter, sus nuevas latas de refresco de vodka con sabor a fruta.

Por lo general, el funcionamiento interno de las marcas lideradas por famosos es opaco, y su verdadero liderazgo no siempre está claro, gracias a los acuerdos de confidencialidad. La familia Kardashian-Jenner, encabezada por la matriarca y gerente Kris, lleva mucho tiempo haciendo hincapié en que participa estrechamente en sus empresas, sobre todo en lo que se refiere a conceptos y dirección creativa.

“Algunas personas dicen: ‘Es una gran idea, déjame poner mi nombre en ella’”, señaló Kris Jenner. Kylie “quiere tener el control de sus decisiones”.

En octubre, Kylie Jenner anunció su marca de ropa Khy, fundada con Kris, así como Emma y Jens Grede, la pareja de empresarios que se asoció con Kim Kardashian en Skims y Khloe Kardashian en Good American. (Los Gredes no estaban disponibles para hacer comentarios). Jenner dijo que estaba involucrada en cada “gota” desde su creación: la elección de los colaboradores, el montaje de tableros de inspiración, la selección de tejidos y colores, la dirección de sesiones de fotos.

También publica directamente en las cuentas sociales de Khy. El día de su entrevista con el Times, tuvo que resistirse a borrar una publicación hecha por otra persona que le pareció demasiado brillante y ampliada.

Khy ha lanzado cuatro colecciones hasta la fecha. La cuarta, lanzada el 28 de febrero, fue vaporosa y sexi: prendas ligeras y ajustadas en colores neutros con mangas asimétricas, tirantes retorcidos y recortes, todo por menos de 100 dólares. Varios modelos se agotaron en cuestión de minutos.

Kylie Jenner dijo que su estilo personal comenzó a cambiar hace casi un año. Había aumentado sus apariciones en la Semana de la Moda de París, incluyendo en un desfile de Schiaparelli en el que llevaba una cabeza de león falsa en el pecho. Su hijo, Aire, cumplía un año.

“Me lleva un tiempo después de tener un bebé volver a sentirme yo misma”, dijo Jenner, que ha hablado abiertamente de su lucha contra la depresión posparto. “Luego recuperas tu cuerpo y piensas: ‘Espera, las tendencias han cambiado’”.

Algunos de los seguidores de Jenner se sorprendieron cuando compartió una foto en la que lleva un maxivestido “cottagecore” de manga abullonada en vacaciones el verano pasado. Estaba muy lejos de la identidad popular de “King Kylie” que habitó a mediados de la década de 2010, entonces una adolescente experimental de Tumblr cuyo temperamental estilo contra-Kardashian permitían que el público se identificara más con ella. Los comentaristas especularon que su nuevo estilo de “chica limpia” era el resultado de su nueva relación con Timothée Chalamet.

¿Había visto Jenner alguno de esos comentarios? La verdad es que no. (Solo lee los comentarios sobre publicaciones relacionadas con sus negocios).

“No sé cómo me siento al respecto”, dijo Jenner, tocando las puntas de las notas que descansaban sobre sus rodillas. Las preguntas se acercaban de manera incómoda a Chalamet. “Es que no quiero hablar de cosas personales”.

‘Sin arrepentimientos’

Un par de veces durante la entrevista de Jenner, su hija de 6 años entró corriendo a la habitación.

Cuando me despedí, se sorprendió de que supiera su nombre. “Todo el mundo sabe tu nombre”, le dijo Jenner. “Eres una superestrella”.

Jenner me pidió después que no citara a su hija. “No podemos hacerle eso”, dijo. “Ella es inocente. Viene aquí y no sabe que estamos haciendo una entrevista y luego suelta esas frases y tiene 6 años. Es mi responsabilidad protegerla”.

La información publicada hace poco por Kardashian Data Koalition, un grupo de profesionales de la tecnología y los datos, descubrió que Jenner redujo las publicaciones sobre sus hijos en un 47 por ciento de 2022 a 2023, a pesar de que en promedio esas publicaciones le valieron la mayor cantidad de me gusta.

Jenner no ha renunciado totalmente a compartir fotos de su familia o a llevar a sus hijos a eventos públicos. (Ella y su hija asistieron a dos desfiles de moda en enero), pero quiere que su exposición esté “bajo mi control”, explicó Jenner. “Desde que tenía 9 años, la gente se ha metido en mis asuntos”.

Y durante los siguientes diecisiete años, se encontró con toda una vida de escándalos. Reproches por ser nombrada y no nombrada multimillonaria. Rechazos por su respuesta a la tragedia del Astroworld de Houston. Reproches por “apropiarse de la cultura negra” y copiar otras marcas, acusaciones que también les hicieron a sus hermanas. El contragolpe de que se le relacionara con un hombre mayor siendo menor de edad, de que contaminara el planeta con su avión y de que promoviera cánones de belleza poco realistas, cuando a la vez fue producto de cánones de belleza poco realistas.

“De entrada, su atractivo era el espectáculo”, comentó MJ Corey, una psicoterapeuta que usa un seudónimo y aplica la teoría de los medios a los asuntos de la familia en su cuenta Kardashian Kolloquium.

“No vimos pasar la pubertad. Vimos un antes y un después muy marcado. Creo que eso fue impactante para la gente, esa salida tan radical de la niñez a la feminidad que quizá también alentó a que la gente se sintiera con derecho a consumirla”. Es probable que el proceso de envejecimiento de Jenner se convierta en un espectáculo similar: ya está ocurriendo.

Durante nuestra entrevista, Jenner describió cómo vio a su sobrino mayor cumplir 9 años y reexaminó su propia experiencia de ser filmada a esa edad. “Para ser justos, mi familia no sabía el éxito que iba a tener”, aseguró. “Creo que, si hubieran podido preverlo, tal vez se lo pensarían dos veces: estar en el programa tan joven”.

A la mañana siguiente, en una llamada con Kris Jenner, le pedí su opinión.

“No me arrepiento de nada”, dijo. “Creo que todo sucede por una razón”. Kris ha pasado los últimos seis años admirando el enfoque de su hija hacia la maternidad, diciéndole: “‘Ojalá hubiera estado tan presente como tú’”, afirmó.

Dada la avalancha de productos nuevos de Kylie Jenner —y los productos que sus hermanas seguramente lanzarán al mundo este año— le pregunté a su madre si la familia podría llegar a un punto en el que ya es suficiente, en términos de acuerdos de marca y construcción de imperios.

“Mi opinión personal sobre el trabajo y la carrera es que realmente te mantiene joven”, señaló. Mencionó a Iris Apfel, la personalidad de la moda de 102 años que, según ella, creía que el secreto de la longevidad era no dejar nunca de trabajar. (Apfel murió un día después de nuestra conversación).

“Lo que podemos hacer no tiene límites”, dijo Kris Jenner.

Hace ocho años, Kylie Jenner dijo a la revista Interview que a los 30 quería vivir en una granja en Malibú, criando gallinas. Desde entonces ha adquirido gallinas y un huerto mantenido por “unas señoras muy simpáticas” que abastece sus cocinas con la “bendición” de frutas y verduras, incluyendo la naranja cherry cortada en rodajas que le pusieron a mi agua con gas.

Con el espíritu de su madre, Kylie Jenner ha cambiado de opinión: “Me quedan muchos años por delante”, dijo..

c.2024 The New York Times Company