Con 98 años, camina todos los días 6 millas para ver a su esposa hospitalizada: 'No soy nada sin ella'

Ni la distancia ni la enfermedad han logrado quebrar a este matrimonio que lleva 50 años de casados. ¿Hay receta para el amor eterno?

Con tal de ver a su amada una vez más, este veterano de guerra es capaz de hacer lo inimaginable.

Llueva, nieve o truene. A sus 98 años, Luther Younger camina todos los días 6 millas (10 kilómetros) para poder visitar a su esposa, Waverlee, quien está paralizada por un cáncer cerebral, en el Strong Memorial Hospital de la Universidad de Rochester, en Nueva York, según informó Spectrum News Rochester.

¿Qué lo motiva cada día a hacer sus largas caminatas? “No soy nada sin mi esposa”, justificó el anciano en diálogo con el medio local antes citado. Además, su hija Lutheta, explicó que su padre no quiere que ella lo lleve en coche, porque para eso debería adaptarse a sus tiempos, algo que él no quiere porque a veces no aguanta esperar tanto para verla.

Igualmente, Lutheta contó que su papá siempre fue de caminar mucho, porque según dice él sirve “para mantenerse con vida”. Pero, este trayecto que hace a diario surgió desde que su esposa enfermó y tuvo que ser hospitalizada de manera permanente.

Antes de que le detectaran el cáncer a Waverlee, en 2009, Luther convivía con su esposa y disfrutaba de estar junto a ella en los pequeños momentos del día. “Ella venía, me besaba y me decía ‘bebé’ y me daba de comer en la cama”, recordó él, mientras que su hija remarcó que desde que tuvo que ser internada, su mamá recibió los mismos cuidados, esta vez de su devoto esposo hacia ella.

La historia de amor de este matrimonio irrompible, convirtió a Younger en un verdadero maestro de maridos. Todo ocurrió desde que sus caminatas diarias se viralizaron, cuando su hija creó una campaña en GoFoundMe, para pedir ayuda para cubrir los gastos de la hospitalización de su madre. En poco tiempo, ya recaudó casi 60 mil dólares en donaciones.

Otra pareja de ancianos que supo conmover a todos en Internet, fue la de los octogenarios irlandeses, Des y Mona Manahan. Como ella está perdiendo la vista, su marido comenzó a ser el encargado de maquillarla cada día para que se sienta hermosa. Claro que se tomó el trabajo de aprender clases de makeup con el famoso artista Mario Dedivanovic.

Y tú, ¿qué es lo más ‘loco’ que has hecho por amor? Déjanos tus comentarios.

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