De la mejor manera, contrapunto entre hermanos en la calle y en un bar

David Rubinstein y Federico Liss, en La mejor manera, en el bar Rodney
David Rubinstein y Federico Liss, en La mejor manera, en el bar Rodney

Autoría y dirección: Jorge Eiro, Federico Liss, David Rubinstein. Intérpretes: Federico Liss y David Rubinstein. Vestuario: Manuela Sánchez Almeyra. Iluminación: Ricardo Sica. Sala: Rodney Bar, Rodney 400. Funciones: sábados y domingos, a las 19.30. Duración: 60 minutos. Entradas: $900.- por www.alternativateatral.com

Domingo, llovizna, un bar frente al cementerio de Chacarita . Una camioneta frena de golpe en la vereda mojada. Dos hombres salen, golpean puertas, discuten. Son Miguel y Laureano, dos hermanos que deben rondar los 40. A medida que avanza su charla-discusión nos enteramos que acaba de fallecer su padre. La acción se desarrolla a partir del dolor de esa pérdida. Se tiñe de reproches, de gestos de afectos furtivos, como si ambos se avergonzaran. Sollozan. Uno le reprocha al otro haberle ‘quitado’ su chica. Uno de ellos se erige como el ganador, el otro, lógico, es el perdedor. La posta va de uno a otro. El fragor de las interpretaciones de Federico Liss y David Rubinstein se tiñen de verosimilitud, de emociones que los avergüenza mostrar. ¿Por ser hombres? Quizás. El viejo mandato de los hombres se bancan el dolor toma su lugar. Pero cierto atisbo de humor también.

Esta pieza teatral se paseó por varios espacios, desde 2020, o antes. Recaló en el mítico bar Rodney, de Chacarita y desde allí intenta hacer latir el corazón de los que se acercan, mientras beben cerveza en sus mesas. Liss y Rubinstein hacen verosímil una historia que se sostiene a partir de hilvanar circunstancias inconexas, que no cierran. Pero ocurre, como tantas veces, son los intérpretes los que obligan a creer lo que les sucede en la piel, en el cuerpo, en la transpiración de sus caras, en las lágrimas que derraman. Un dato interesante: como hay escenas en la calle, Liss y Rubinstein están preparados para improvisar si alguien se acerca. El dúo hace que la situación se vuelva claustrofóbica y sus emociones salpiquen al espectador, aunque a veces falten las palabras para redondear el relato.