Se convirtió en el ícono de una generación y su trágica muerte a los 28 años paralizó a un país

Viktor Tsoi nació en plena reforma de la Unión Soviética y se convirtió en un ídolo del rock para la juventud de la época
(Foto: El Mundo)
Viktor Tsoi nació en plena reforma de la Unión Soviética y se convirtió en un ídolo del rock para la juventud de la época (Foto: El Mundo)

Cantante de rock, compositor, actor, artista. Y leyenda. Postal de otros tiempos, parte clave en el rompecabezas de la nostalgia soviética y abanderado del cambio antes de la implosión.Para la generación más joven de nuestro país, significa más que cualquiera de los líderes políticos, celebridades y escritores”, publicó el diario Komsomolskaya Pravda el 15 de agosto de 1990, el día de su temprana muerte en un accidente automovilístico al que no le faltaron teorías conspirativas. Víktor Tsoi fue el hombre que marcó a una generación en un terreno siempre difícil de entender para Occidente. Fue el último gran héroe de los soviéticos.

Un ídolo que llegó desde la ciudad de los tres nombres (Petrogrado, entre 1914 y 1924, Leningrado, entre 1924 y 1991, y San Petersburgo hasta hoy) y de las noches blancas, esos atardeceres de verano que se confunden con el amanecer. De ascendencia coreana y nacido en plena reforma de la Unión Soviética, Tsoi fue un referente de la juventud rusa en la década del 80 y 90, una voz de cambio y, para algunos, un revolucionario. Su trágica muerte a sus 28 años produjo una movilización masiva, muchos de sus fanáticos dejaron de comer y hasta se reportaron suicidios. Su vida marcó generaciones y su impacto llega hasta hoy.

Una estrella de Leningrado

Nació el 21 de junio de 1962, hijo de Valentina Vasil’evna, una profesora de educación física rusa, y un ingeniero soviético-coreano, Robert Maksimovich Tsoi. “Sus padres habían sido trasladados en el contexto de la guerra con Corea, ya que muchos de los que huían del conflicto terminaban siendo colaboradores del régimen”, explica Martín Baña, doctor en Historia (UBA) y profesor de Historia de Rusia en la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA.

Foto familiar de la década del 60, el padre de Tsoi era coreano y su madre, rusa
(Foto: X@sovietvisuals)
Foto familiar de la década del 60, el padre de Tsoi era coreano y su madre, rusa (Foto: X@sovietvisuals)

Su crecimiento musical coincidió con una URSS que estaba bajo el mando de Mijaíl Gorbachov, quien impulsó una serie de transformaciones políticas y económicas en el régimen comunista. “El objetivo de estas reformas no era la disolución del régimen, sino que la Unión Soviética alcanzara los objetivos iniciales que se habían propuesto en 1917 con la Revolución Rusa”, aclara Baña. La perestroika se ocupaba de la reestructuración económica, mientras que la glasnost pretendía atenuar las políticas restrictivas que impedían la libertad de expresión y la libre circulación de las ideas.

El cantante vivió las reformas que realizó Gorbachov en el régimen comunista, llamadas perestroika y glasnost. Imagen tomada en Moscú, en 1986
(Foto: X/@sovietvisuals)
El cantante vivió las reformas que realizó Gorbachov en el régimen comunista, llamadas perestroika y glasnost. Imagen tomada en Moscú, en 1986 (Foto: X/@sovietvisuals)

Bajo la glasnost, el rock no podía ser sometido a duras medidas represivas, ya que el Partido había proclamado la necesidad de estudiar a la juventud para animarla a convertirse en ciudadanos soviéticos ejemplares”, destaca Rebecca Diane Anderson, en su ensayo Viktor Tsoi, Rock Star as Soviet Hero. Es en este contexto de apertura en el que un joven Víktor conoce a bandas como Aquarium, que había nacido en los ‘70 de manera clandestina, y ahora empezaba a salir a la luz e incluso probaba suerte en Occidente.

Tsoi era uno de los tantos jóvenes que tenían un trabajo estable, pero que implicaba pocas horas y poco esfuerzo. Muchos en su tiempo libre se dedicaban a la música y realizaban conciertos acústicos en departamentos. En ese ámbito, nació “Kinó” (“cine” en ruso), la banda con la que Tsoi alcanzaría la fama, junto con Yuri Kasparyan (guitarrista), Georgy Guryanov (baterista) y Aleksandr Titov (bajo).

Fue en 1982 cuando lanzaron su primer disco 45, de 13 canciones, y ese mismo año se presentaron por primera vez en el Leningrad Rock Club (LRC), una “institución cultural” que funcionaba como un foro para los aficionados del género. Para Baña, la música de Kinó “derriba el mito de que la URSS no tenía contacto con el resto del mundo”, ya que “sus canciones eran bastante parecidas a los sonidos de las bandas europeas y estadounidenses, lo que da cuenta del intercambio musical de la época”.

La banda Kinó estaba conformada por Víktor Tsoi (voz), Yuri Kasparyan (guitarrista), Georgy Guryanov (baterista) y Aleksandr Titov (bajo)
(Foto: Facebook @bandkino)
La banda Kinó estaba conformada por Víktor Tsoi (voz), Yuri Kasparyan (guitarrista), Georgy Guryanov (baterista) y Aleksandr Titov (bajo) (Foto: Facebook @bandkino)

Cantante, actor e ícono soviético

Mientras la música de Kinó se popularizaba entre la juventud soviética, Tsoi también aumentaba su fama gracias a su actuación en las películas ASSA (1986) e Igla (1988), incluso fue premiado como mejor actor del año en un festival de cine en Ucrania. En esta etapa siguió lanzando discos, como “Esto no es amor…” (1985), “Noche” (1986) y “Grupo sanguíneo” (1988).

De acuerdo con lo recopilado por Rebecca Diane Anderson, “Kinó fue uno de los pocos grupos soviéticos que constantemente agotaba las entradas para sus conciertos, independientemente de la ciudad en la que tocaran”. La banda llegó a tocar fuera de la Unión Soviética, en países como Dinamarca, Italia, Francia y Estados Unidos.

Yuri Kasparyan, Joanna Stingray y Victor Tsoi en los Estados Unidos (1989).
(Foto: REDDIT @KinoBand)
Yuri Kasparyan, Joanna Stingray y Victor Tsoi en los Estados Unidos (1989). (Foto: REDDIT @KinoBand)

El cocktail de rock, letras y sensibilidad era parte de un “espíritu de reforma” con temáticas vinculadas con la juventud de aquellas décadas turbulentas. Un repertorio cruzado por la transformación y la libertad marcaron a una generación que estaba viviendo un período de transformación profunda. “Nuestros corazones exigen cambio/Nuestros ojos exigen cambio/En nuestra risa, y en nuestras lágrimas, y en el pulso de nuestras venas/”, escribió Tsoi, y la juventud hizo lo suyo para llevar ese cambio como canción de protesta política.

Tsoi también era artista y muchas veces ilustraba la portada de sus discos, a esta obra la llamó “Rock concert”
(Foto: X/@sovietvisuals)
Tsoi también era artista y muchas veces ilustraba la portada de sus discos, a esta obra la llamó “Rock concert” (Foto: X/@sovietvisuals)

“La aparición y ascenso de Tsoi coincidió con la desaparición de la era soviética, sus tradiciones, símbolos y significado – interpreta Diane Anderson – como héroe representa el valor decreciente de lo colectivo frente a lo individual, es una historia de resistencia individual”. Su muerte se dio un año y medio antes de la desintegración.

Portada de la revista soviética
Portada de la revista soviética "MY" (WE), 1991 (Foto: X/@sovietvisuals)

Un adiós trágico y un legado eterno

La vida de Tsoi tuvo un final tan abrupto como la Unión Soviética, ya que murió en un accidente automovilístico en agosto de 1990, en el pico de su popularidad. Las fuentes de la época registraron suicidios, sobre todo de jóvenes o adolescentes. Tras el inesperado adiós, oleadas de personas asistieron a su funeral y surgió un culto en torno a su figura, con sitios conmemorativos masivos en varios puntos del país.

Monumento a Tsoi en Almaty, Kazajistán, uno de los “países satélites” de la antigua Unión Soviética (Foto:https://visitalmaty.kz)
Monumento a Tsoi en Almaty, Kazajistán, uno de los “países satélites” de la antigua Unión Soviética (Foto:https://visitalmaty.kz)

Si bien hubo especulaciones sobre su muerte, con teorías de un posible asesinato a manos del régimen comunista, no hay fuentes documentales que puedan dar cuenta de esto. Por su parte, Kinó sacó un último álbum homónimo con canciones que habían conseguido grabar antes del fallecimiento del cantante, pero terminó disolviéndose.

Sin embargo, la figura de Tsoi perduró en los años y sigue siendo recordado al día de hoy. “Forma parte de un fenómeno que se viene gestando en varios países exsoviéticos, que es la nostalgia por el mundo comunista”, destaca Baña. Su música transporta a muchos a momentos de la infancia y juventud durante el comunismo. “Sirve para poder hacer frente a un presente que no es como uno quiere, o que le permite generar otro sentido, recurriendo a ese pasado”, concluye.

La tumba de Tsoi en 1992, a dos años de su trágica muerte en un accidente automovilístico (Foto: Wikipedia)
La tumba de Tsoi en 1992, a dos años de su trágica muerte en un accidente automovilístico (Foto: Wikipedia)

“Cada canción de Tsoi es una canción de amor o de libertad…Sus letras permanecen con nosotros, él ahora es una leyenda”, escribieron en las necrológicas de la época. El punto final para un joven que salió del underground soviético y fue leyendo el cambio de época con metáforas que se revelaban ante el régimen, canciones prohibidas y mensajes antibelicistas. Un músico del que poca información llegó para este rincón del mundo, pero que en Rusia cruzó a diferentes generaciones, tanto por su música como por esa extraña sensación que su temprana muerte contribuyó a la popularidad, creando así una especie de culto al héroe trágico.

“La pared de Tsoi” en Moscú, Rusia, es costumbre que los fans dejen un cigarrillo encendido en el cenicero junto a la pared
(Foto: https://argent-pub.com)
“La pared de Tsoi” en Moscú, Rusia, es costumbre que los fans dejen un cigarrillo encendido en el cenicero junto a la pared (Foto: https://argent-pub.com)

“Es deseable morir para ser popular”, señaló alguna vez Mike Naumenko, uno de los tantos colegas de escenario que adscriben a esa teoría. Desde entonces, se erigen monumentos, aparecen esculturas, se utiliza su retrato como mensaje político, y se multiplican los “murales de Tsoi”, como parte integral de ciudades y pueblos post soviéticos. Muros de graffitis, letras de canciones y cigarrillos rotos. Paredes en las que siempre aparecen subrayadas dos palabras clave: “Tsoi vive”.