Cefalea crónica, la consecuencia secundaria al coronavirus que preocupa a los neurólogos

Ahora más que nunca es importante saber qué tipo de dolor de cabeza tienes. Recibir un diagnóstico claro es importante para un adecuado tratamiento, pero también para averiguar su origen, y sobre todo, para que no se convierta en una enfermedad crónica que limite tu vida

Por primera vez desde que se comenzase con el estudio de la sintomatología y los efectos de la COVID-19 en el organismo, un equipo de investigación en el que participa la Universidad Complutense de Madrid ha definido hasta cuatro tipos de dolor de cabeza o cefalea asociados al virus y atribuidos, entre otros, a la tensión emocional o a la presión de mascarillas y pantallas de protección. (Foto: Getty)

En España, la cefalea constituye el motivo de consulta más frecuente en las consultas de Neurología y además la cefalea tipo tensión y la migraña son consideradas como la segunda y tercera enfermedades más prevalentes en el mundo. Por esa razón, el Grupo de Estudio de Cefaleas de la Sociedad Española de Neurología (Gecsen) ha estado ‘en guardia’ desde que estalló la crisis del Covid y en más de una ocasión han manifestado su preocupación por que las cefaleas cefaleas han empeorado en la pandemia.

Durante este tiempo no hemos parado de recibir informaciones sobre los daños físicos y palpables que el nuevo coronavirus (Covid-19) produce en nuestro organismo. Trombosis, ictus, fibrosis pulmonar… Datos clínicos preliminares ya indicaban que la infección por SARS-CoV-2 se asocia con enfermedades del cerebro y neuropsiquiátricas. Y no se equivocaban: encontraron desde delirio o psicosis hasta encefalitis, pasando por el síndrome de Guillain-Barré.

Ahora los neurólogos ponen el foco en otra secuela, las cefaleas crónicas y hacen hincapié en la importancia de reconocer los 4 tipos de dolores de cabeza asociados al Covid-19 para poder tratarlos a tiempo y que no se conviertan en una dolencia crónica que controle tu vida.

Aunque la mayoría desaparecen, en algunos pacientes estos dolores de cabeza puede quedarse de forma crónica. (Foto: Getty)
Aunque la mayoría desaparecen, en algunos pacientes estos dolores de cabeza puede quedarse de forma crónica. (Foto: Getty)

Según publica la la revista 'Headache', investigadores españoles identifican cuatro tipos de cefaleas asociadas al COVID-19:

  1. Cefalea propia del Covid-19. Para paliar el dolor se procede al bloqueo anestésico y a los esteroides, aunque “al ser un cuadro reciente, todavía no hay evidencias de la eficacia de este tratamiento”.

  2. Cefalea primaria ya existente. Para este segundo diagnóstico, el agravamiento de la cefalea primaria del paciente, se aplican los remedios habituales. Dependerá de si se trata de migraña -el dolor suele estar acompañado de náuseas o vómitos y sensibilidad a la luz o los sonidos- o un cefalea en racimo o cluster -es habitual que el dolor se sitúe el área del ojo, por lo que son síntomas habituales el lagrimeo o la congestión nasal.

  3. El dolor de cabeza producido por los equipos de protección individual (EPI) como mascarillas o pantallas. Y es que la incorporación de nuevos elementos para protegerse de la infección también puede ocasionar estos dolores de cabeza. Modificar la manera de llevar las mascarillas y las pantallas protectoras bastaría para que cesasen.

  4. El relacionado con la tensión emocional. En este caso, para tratar la cefalea provocada por el estrés de la situación, la respuesta está, de momento, en los neuromoduladores.

"El dolor de cabeza que predomina en el Covid-19 es de gran intensidad, puede afectar a toda la cabeza o a un lado, habitualmente opresivo que empeora con la actividad física y con los movimientos de la cabeza. Puede despertar al paciente por la noche y habitualmente le molestarán los ruidos y en ocasiones las luces", explica Jesús Porta Etessam, jefe de Sección de Neurología del Hospital Clínico San Carlos y profesor de la Facultad de Medicina de la UCM.

“La mayoría ceden entre las primeras 24 horas y una semana, pero un pequeño porcentaje no responderá a los tratamientos habituales. Tenemos ya varios pacientes que han desarrollado una cefalea crónica”, reconoce el neurólogo.

Síntomas persistentes

El dolor de cabeza crónico formaría parte de esa larga lista de secuelas reportadas en todo el mundo que incluyen fatiga, latidos cardíacos acelerados, falta de aliento, dolor en las articulaciones, pensamiento confuso, pérdida persistente del sentido del olfato y daños en el corazón, los pulmones, los riñones y el cerebro.

No se sabe por qué afecta a unos y a otros no, pero los datos indican que entre un 10 y 30 por ciento de los pacientes que tuvieron la infección pueden desarrollar un cuadro crónico que se manifestará según el órgano comprometido. El cerebro puede ser uno de ellos, por eso algunas personas ven mermadas capacidades como el habla o la movilidad controladas por este.

Qué desencadena el dolor

“El virus puede puede generar síntomas porque produce un estado inflamatorio marcado, añade el Dr. Porta, quien también es vicepresidente de la Sociedad Española de Neurología. Bloquea una de las vías fundamentales para destruir los virus, que son los interferones tipo 1. Se produce entonces una vía alternativa que es patológica. Esto nos justifica fundamentalmente la cefalea y también algunos cuadros de encefalopatía que se han publicado. Hay una afectación del cerebro que no es tanto por una invasión directa sino por esta activación de la inmunidad que produce una rotura de la barrera hematoencefálica (un sistema de protección contra la entrada de sustancias extrañas formada por células endoteliales que recubren los capilares del cerebro). Probablemente las mialgias podrían estar relacionadas con este mecanismo”.

Por otro lado, estudios posteriores muestran que “en pacientes con SARS-CoV-2, prácticamente entre un 2 y un 5 por ciento se le hace una cefalea crónica de un difícil tratamiento. Todavía no hay un tratamiento establecido que pueda ser eficaz pero por la experiencia que tenemos responde a corticoides y a bloqueos anestésicos. Estos dos responden relativamente bien, aunque sin ninguna evidencia”, señala el Dr. Porta.

Ante un dolor de cabeza...

Los neurólogos instan a los pacientes y a cualquier otra persona que sufra dolores de cabeza a menudo a que llamen al especialista y acudan a consulta, y recuerdan las pautas básicas para prevenir o calmar el dolor:

  • Ante el primer signo de migraña, deja de hacer tus actividades habituales si es posible y busca un lugar tranquilo y oscuro para relajarte. Las migrañas suelen aumentar la sensibilidad a la luz y al sonido.

  • Aplica compresas frías o calientes en la cabeza o el cuello. Las compresas de hielo tienen un efecto anestésico, que podría atenuar la sensación de dolor. Las compresas calientes y las almohadillas de calor pueden relajar los músculos tensos.

  • En las primeras etapas la cafeína puede ayudar. Pero ten cuidado. Beber demasiada cafeína con mucha frecuencia podría ocasionar dolor de cabeza por abstinencia en el futuro.

  • No te saltes comidas y lleva un registro de los alimentos que comes y cuándo padeces migrañas; esto puede ayudar a identificar los posibles desencadenantes alimentarios.

  • Evita los alimentos que te provocan migrañas. Si sospechas que un determinado alimento (queso, chocolate, cafeína o alcohol) te causa migrañas, elimínalo de tu dieta para ver qué sucede.

  • Muévete. Durante la actividad física, el cuerpo libera ciertas sustancias químicas que bloquean las señales de dolor enviadas al cerebro. Estas sustancias químicas también ayudan a aliviar la ansiedad y la depresión, que pueden empeorar las migrañas. Caminar, nadar y andar en bicicleta son siempre buenas opciones.

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