7 cosas que puedes hacer para evitar la trombosis

La trombosis es una enfermedad más frecuente de lo que pensamos con importantes repercusiones como parálisis, pérdida del habla o de la visión y demencia. Puedes evitarlo con estos hábitos saludables, algunas pautas nutricionales y siguiendo los consejos de los cardiólogos

La <a href="https://www.mayoclinic.org/es-es/diseases-conditions/deep-vein-thrombosis/diagnosis-treatment/drc-20352563" rel="nofollow noopener" target="_blank" data-ylk="slk:trombosis venosa profunda;elm:context_link;itc:0;sec:content-canvas" class="link ">trombosis venosa profunda</a> y la embolia pulmonar son dos manifestaciones de la misma alteración, el tromboembolismo venoso. Estos coágulos por lo general se forman en la parte inferior de las piernas (por lo que se recomienda usar calcetines o medias de compresión), los muslos o la pelvis, pero también pueden aparecer en el brazo. (Foto: Getty)

La trombosis venosa profunda (TVP) es una patología del sistema circulatorio que se produce cuando una vena se obstruye por la formación de un trombo, el cual se compone de células y sangre coagulada. Es muy común y a menudo está infradiagnosticada.

Un trombo se forma habitualmente en la pierna (en lo plexos sóleos) y puede regresar espontáneamente o progresar al sistema venoso profundo. Los síntomas usuales de la trombosis son dolor en la pantorrilla que se incrementa al andar, edemas tardíos y aumento del calor local.

3 síntomas que pueden hacerte sospechar

La trombosis es una enfermedad que aparece en pocos días o incluso en horas, de golpe, generalmente en la pierna (o en el brazo) y normalmente se manifiesta con:

Es fácil que una trombosis en una pierna se pueda confundir con una lesión de huesos, músculos o ligamentos, aunque el reposo y la compresión de la zona afectada no mejorarán los síntomas con el paso de los días. Al contrario, si es una trombosis el malestar irá a más, sobre todo al estar de pie.

Suele producir dolor, inflamación y enrojecimiento. Si parte o todo el trombo se rompe, se desplaza a través del sistema venoso a otro sitio distinto de en el que se formó. Esto se conoce como émbolo y, si va al pulmón, produce un embolismo pulmonar.

En este caso, el coágulo se desprende y viaja en el torrente sanguíneo, pudiendo quedar atrapado en los pulmones u otros órganos vitales en los que causa graves lesiones.

En ocasiones un coágulo en el interior de una vena se puede romper y pequeños fragmentos, llamados émbolos, desplazarse siguiendo el flujo normal de las venas, hacia los pulmones. Como los vasos de este órgano se ramifican y estrechan, los émbolos acaban colapsando las arterias pulmonares, provocando una embolia pulmonar. (Foto: Getty)
En ocasiones un coágulo en el interior de una vena se puede romper y pequeños fragmentos, llamados émbolos, desplazarse siguiendo el flujo normal de las venas, hacia los pulmones. Como los vasos de este órgano se ramifican y estrechan, los émbolos acaban colapsando las arterias pulmonares, provocando una embolia pulmonar. (Foto: Getty)

De hecho, además de en las extremidades, la trombosis puede producirse en otros órganos como el cerebro, el ojo o el riñón, y conllevan la pérdida del órgano que dependía del riego interrumpido, con importantes mermas funcionales que de ello se deriven (parálisis de la mitad lateral del cuerpo, pérdida del habla, de visión o demencia).

Hay personas que son más propensas que otras a sufrir coágulos de sangre. En la mayoría de las ocasiones obedece a un problema genético, falta de vitamina K o un hecho concreto como un embarazo, cáncer o tratamientos hormonales.

Y aunque en su aparición influyen factores genéticos, está comprobado que los hábitos de vida y la misma vejez puede conducir al desarrollo de esta afección.

Cómo prevenir la formación de trombos

1.- La mejor medida para evitar una trombosis es caminar. La actividad física regular y moderada, como caminar diariamente, el ciclismo, o la natación, activan el sistema de bomba de los miembros inferiores favoreciendo el retorno venoso y mejorando la función vasodilatadora del endotelio microvascular. Por este mismo motivo, se recomienda hacer movimiento de flexión con el pie y la pierna cuando permanecemos sentados mucho tiempo.

La falta de movimiento en las piernas durante muchas horas conduce a retener líquidos y dificulta el buen flujo sanguíneo. Si por razones de estudio o trabajo no queda otra que estar sentados, lo recomendado es hacer varios ejercicios de estiramiento (por ejemplo, levantando las puntas de los pies mientras el talón se apoya en el suelo, y girando alternativamente en un sentido y en otro) o posturas de Yoga durante la jornada.

Caminar es la mejor de las rehabilitaciones, aunque sin forzar la pierna ni cansarse en exceso. El malestar es el límite al cual se debe llegar de forma que, día a día, aparezca un poco más tarde hasta poder hacer ejercicio sin dolor. (Foto: Getty)
Caminar es la mejor de las rehabilitaciones, aunque sin forzar la pierna ni cansarse en exceso. El malestar es el límite al cual se debe llegar de forma que, día a día, aparezca un poco más tarde hasta poder hacer ejercicio sin dolor. (Foto: Getty)

Otros ejemplos de ejercicios

  • Túmbate de espaldas y haz la bicicleta con las piernas en el aire.

  • Flexiona una rodilla hacia el pecho mientras que la otra pierna permanece estirada.

  • Apunta con una pierna hacia el techo y sujétala por la corva de la rodilla. La otra pierna permanece estirada en el suelo.

  • Siéntate en el suelo con las piernas estiradas y apoya los brazos por detrás de ti. Levanta una pierna estirada y gira el pie a la altura del tobillo.

Además, se aconseja realizar gimnasia terapéutica o someterse masajes linfáticos. Los ejercicios de rehabilitación, como los que se muestran los médicos en este video de Canal Sur te ayudarán a recuperar el movimiento en las articulaciones.

2.- También ayuda mantener otros hábitos saludables como beber suficiente líquido (preferentemente agua mineral, zumos o infusiones), no fumar y mantener un peso saludable.

3.- Huir de las apreturas. Llevar ropa suelta y zapatos planos y cómodos ayuda a cuidar nuestras venasy favorece la circulación..

4.- Aplicar agua tibia en las extremidades durante la ducha es un remedio sencillo que suele funcionar en las personas con que tienen mala circulación. Las duchas alternando agua caliente y fría fortalecen el tejido conectivo.

5.- Si eres propenso a la hinchazón de piernas y tienes mala circulación, se recomienda dormir con las piernas elevadas, si se mantienen elevadas de 15 a 20 cm por encima del corazón, para que retorne más fácilmente.

6.- Después de operaciones o partos llevar medias elásticas. La compresión se mide en milímetros de mercurio a nivel del tobillo, donde es más fuerte, y va disminuyendo progresivamente en sentido proximal. En la elección del tipo de media, debe tenerse en cuenta la altura y el tamaño de la pierna (se recomienda la medición durante la mañana al existir menos edema). Para un uso correcto, conveniente una adecuada hidratación de la piel y ponerse las medias en decúbito supino, antes de levantarse. Deben utilizarse durante el día y retirarse por la noche. Normalmente se pueden lavar, y deben renovarse cada 6 o 12 meses.

7.- Cuida tu alimentación incluyendo alimentos ricos en vitamina C (naranja, limón, pomelo, kiwi, fresas, brócoli o aguacate) para aumentar la producción de colágeno y elastina, dos sustancias que ayudan a mantener la elasticidad de las paredes venosas. Las alcachofas, el apio y los arándanos también son buenas para la salud de tus venas, como las nueces, avellanas o almendras, según apunta la Sociedad Española de Cardiología, debido a su aporte de vitamina E, sustancia antioxidante que evita la oxidación de colesterol y previene la coagulación. Así lo demuestra este informe del National Institutes of Health (Estados Unidos). Y no hay que olvidar una buena dosis de vitamina K, tal y como afirma este estudio realizado por el Thomas Jefferson University Hospital (Estados Unidos), es esencial para reducir la actividad de una proteína llamada GLA de la matriz, que se relaciona con las venas várices y la trombosis.

También es importante evitar o reducir los siguientes factores de riesgo:

  • Estar mucho tiempo de pie o sentado.

  • El tabaco.

  • El sobrepeso.

  • La toma de la píldora anticonceptiva (si existen otros factores de riesgo, se deberá consultar con el médico.

En cuanto al tratamiento farmacológico, no debe plantearse sin antes haber insistido en cambios en el estilo de vida y en el tratamiento compresivo, pues la farmacoterapia, por sí sola, no ha demostrado evidencia consistente para recomendar su uso generalizado. Es importante recordar que deben usarse por períodos no mayores de tres meses, y ante la ausencia de mejoría clínica deben suspenderse.

Recuerda, si no has sufrido una torcedura, un tirón muscular o un esguince, ni si te has caído o has puesto en práctica ninguno de los principales factores de riesgo, entonces merece la pena acudir al médico para que te explore y preguntarle por la trombosis.

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