Hubo algunos alivios momentáneos cuando pasaba una que otra nube, pero el sol intermitente no apaciguó los 35 grados promedio que cayeron sobre los hombros de los 45 mil asistentes a Cosquín Rock 2024. La incandescencia valió la pena. Para muchos de ellos, por primera vez, pudieron congregarse entre las montañas de Santa María de Punilla para ver a gigantes que no solo representan el rock argentino, sino también las nuevas olas de la música nacional.

Las franjas etarias se entremezclaban entre estilos disímiles. Los más veteranos se mantenían estoicos, con cerveza en mano, escuchando Airbag o Divididos mientras agitaban ligeramente su cabeza. Algunos padres acompañaban a sus hijos disfrazados con lentes negros y remeras extragrandes que buscan solo ver a Dillom, Lali, o Tiago PZK. La mezcla de géneros no se critica en este tradicional festival de rock, por el contrario, cada año se acentúa más .

Con un kilómetro de punta a punta, el aeródromo de esta pequeña ciudad cordobesa es un páramo en el que se instalaron seis escenarios dispersos y que fueron sede de encuentro de alrededor de 40 artistas en la primera jornada. La Vela Puerca, Los Pericos, Babasónicos, Miranda!, Skay, Los Pericos, NAFTA, Bandalos Chinos y Conociendo Rusia. Y aunque durante el día permaneció la sensación de festejo, hubo dos tensiones casi sutiles que se notaron conforme avanzó el sábado.

La primera fue la falta de concurrencia: las estadísticas marcan una reducción en al menos 30 mil asistentes con respecto a la primera jornada del año pasado, que en suma entre sábado y domingo rompió un récord con alrededor de 200 mil personas. Esto, suponen en diálogo con LA NACION algunos espectadores, tiene menos que ver con la oferta musical y más se debe al súbito aumento en los precios tanto de hospedaje, transporte, como de la propia tarifa del evento. Factores que también podrían relacionarse con la reducción general del turismo y del consumo en todo el país.

La segunda, fue una tensión creciente que se debe a las críticas que el propio presidente de la Nación, Javier Milei emitió a través de sus redes sociales sobre el evento. La última vez que lo hizo fue ayer, cuando retuiteó una publicación que preguntaba cuáles eran las fuentes de financiamiento del festival junto al comentario “TSUNAMI DE CHANES”. Mensaje al que el productor y organizador del Cosquín Rock, José Palazzo respondió: “ Querido señor presidente, hace 24 años que empresarios privados, con entradas, marcas privadas y esfuerzos personales, lo realizamos. Acá los artistas están en libertad, quédese tranquilo ”, añadió.

Además del evento, algunos artistas han estado en el foco de las ironías y acusaciones tuiteras del presidente. Una de las que más críticas ha recibido es la estrella de pop Lali Espósito, que hasta el día de ayer había tratado de mantener un perfil menos confrontativo contra los pregones libertarios. Eso cambió rotundamente durante su recital. “ Esta canción es para los mentirosos, los giles, las malas personas, las personas que no valoran, las antipatria… Todas ”, declaró frente a su público ayer por la noche. También, durante “Quiénes son”, hizo una pequeña modificación en parte de la letra para decir: “Que si fumo, que si vivo, que si bebo, que si vivo del Estado”. Esa frase también fue blanco de Milei, que se ocupó da darle retuits a varios mensajes desde su estadía en Roma.

Con mayor crudeza y menor cuidado, el trapero, Dillom hizo una reversión del tema “Sr. Cobranza” de Las Manos de Filippi popularizado por Bersuit Vergarabat en los finales del segundo gobierno menemista. Allí, el joven artista cambió un tramo de la canción que hacía mención al entonces ministro de Economía Domingo Cavallo y fue en contra del actual titular de esa misma cartera, Luis Caputo.

A diferencia de estos dos artistas, la mayoría de los músicos que tocaron durante el sábado evitaron andar por el ríspido camino de la crítica política y se atuvieron a su show. Aquí cuatro presentaciones que, más allá de los escándalos, destacaron en el primer día del Cosquín Rock .

Lali

“¿Qué clase de fantasía sexual es esta?”, así inició el show de Lali Espósito. Después, inició una coreografía eléctrica acompañada de un conjunto instrumental impecable. La actriz devenida en estrella pop cantó 14 temas, varios de ellos de su álbum más reciente, LALI. Su coreografía mantuvo hipnotizado al público. Sin embargo, después de dos minutos, la artista de 32 años no pudo evitar sumergirse en la crítica al Gobierno.

Desde la antesala del recital, un coro agudo gritaba consignas en contra del presidente Javier Milei. A pesar de los intentos de varios artistas de “no pronunciarse con temas políticos”, el de Lali fue un show teñido de ello: “Milei, basura, vos sos la dictadura”, repetían una y otra vez chicas de menos de 20 años.

La contraposición de las ideas oficialistas se torna en un cotidiano desde que reaccionó a la victoria de Javier Milei en las PASO. “Qué peligroso. Qué triste”, escribió la artista en X antes Twitter el 14 de agosto, cuando los resultados de la elección primaria daban como gran ganador al precandidato de La Libertad Avanza. Después de esto, la artista, recibió severas críticas de los seguidores libertarios e incluso del mismo Presidente, que la acusó de “recibir plata del Estado”.

En diferentes momentos, Lali manifestó su inconformidad por el incesante acecho. No obstante, en el Cosquín Rock hizo una declaración: “Voy a decir algo muy... lo más importante creo, que es: Eso, lo más importante somos nosotros, la fiesta que somos los argentinos. Esto que genera el arte, la música, la cultura, nadie nos lo va a sacar jamás. Depende de nosotros, de los que estamos acá arriba con ciertas responsabilidades y mucho amor, y de ustedes también. De acompañar y también de defender . Esta canción es para los mentirosos, los giles, las malas personas, las personas que no valoran, las antipatria… Todos. Se llama ‘KO’”, dijo antes de comenzar su magnética coreografía.

Babasónicos

Poco antes de que terminara el recital de Lali, la artista se dirigió a los espectadores y preguntó: “¿Ya está tocando Babasónicos? Entonces, ¿qué están haciendo acá?”. Así, parte del público se unió a la pequeña diáspora que se congregaba para escuchar al glamoroso conjunto de rock.

Fue tal vez uno de los recitales más concurridos. En uno de los dos escenarios más grandes de Cosquín se atiborraron miles de personas frente al histórico conjunto, mientras Adrián Dárgelos caminaba de extremo a extremo de la tarima.

Arrancaron con “Anubis” un set de 16 canciones, aunque en “Pijamas” un problema técnico desconectó el sonido de los parlantes. El inconveniente no detuvo al conjunto oriundo de Lanús, que siguió tocando y bailando al son del coro popular.

Miranda

Por tercera vez en su historia, Miranda!, se presentó como uno de los estelares del primer día en Cosquín. Esta vez presentando en vivo su último álbum, Hotel Miranda!, en el que hicieron reversiones sus éxitos en colaboración con una diversidad de artistas como Lali Espósito, María Becerra, Emilia Mernes, Andrés Calamaro, Ca7riel y hasta Bandalos Chinos.

Tanto para Alejandro Sergi como para Juliana Gattas, “el pop, en su esencia, es tal vez el género formado a partir de mezclar otros géneros. Al pop lo podés mezclar con lo que se te pinte”, explicaron en diálogo con LA NACION minutos antes de subir al escenario. Este concepto lo tomaron como peldaño para replantear sus canciones más históricas, pero también lo plantearon como el camino a seguir para lo que vendrá en 2024.

Durante su show, arrancaron “Por Amar al Amor” y siguieron con 16 clásicos hasta culminar con “Don”. El escenario no era el más masivo, no obstante, los espectadores se las arreglaron para acomodarse en cualquier espacio posible y disfrutar de un show lleno de colores abrillantados, teclados electrónicos y mucho baile.

La Vela Puerca

El conjunto uruguayo es quizás una de las esencias vivas del Cosquín Rock, y también fue el conjunto que cerró uno de los escenarios más grandes del primer día de festival. Fue quizás uno de los recitales más concurridos hasta ahora.

Comenzó en plena oscuridad, pero con “Llenos de magia”, la primera canción del setlist, se iluminaron las banderas que sobresalían en un verdadero mar de espectadores.

Los disturbios fueron mínimos. El ambiente de aquel cierre fue más bien familiar. Pasadas las 11 de la noche, sobre el pasto había que esquivar a varios que, tras una jornada extensa, dormían con canciones como “Zafar”, “La Pastilla” o “Huracán”, como fondo.