CRÍTICAS. Un vampiro a bordo, un extraterrestre en el patio y más estrenos en salas y en 'streaming'

La cartelera de esta semana vuelve a tomar tracción con el estreno de una superproducción que vuelve a mostrar que el género del miedo no le teme al sol cuando se trata de meterse en las salas para seducir a sus seguidores. A su alrededor, se lanzan otras propuestas que analizamos igualmente en los párrafos que vienen.

THE LAST VOYAGE OF THE DEMETER

Director: André Øvredal

Reparto: Corey Hawkins, Aisling Franciosi, Liam Cunningham

Género: Terror

Los últimos tiempos han sido particularmente positivos para nuestro amigo Drácula, el mítico monstruo literario que ha sido presentado en numerosos proyectos cinematográficos a lo largo de más de un siglo, pero cuya intervención en la pantalla grande viene siendo fomentada por los estudios Universal, responsables de la realización de algunas de las películas más populares sobre el mismo sujeto.

Hace menos de tres mes, el ineludible vampiro hizo acto de presencia en “Renfield”, una comedia de terror que le daba el protagonismo a su fiel asistente, interpretado por Nicholas Hoult, pero que contaba con jugosas escenas en las que la interpretación de Nicolas Cage apuntaba a resaltar ese lado implacable del personaje que fue dejado un tanto de lado en la versión de la novela de Bram Stoker firmada por Francis Ford Coppola.

En “The Last Voyage of the Demeter”, que ha sido igualmente producida por Universal y que se basa en un solo capítulo del libro de Stoker, este aspecto se hace incluso más evidente, hasta el punto de que la cinta, que se encontrará disponible a lo largo y ancho del país desde esta noche, puede ser vista con una ‘creature film’ similar a “Alien” (1979), la obra maestra de Ridley Scott. La influencia, que ha sido reconocida por el director André Øvredal (“Trollhunter”, “The Autopsy of Jane Doe”), no podría ser más clara, aunque termine resultando engañosa debido a que este es un trabajo inevitablemente inferior al de Scott.

“Demeter”, que se desarrolla casi por completo a bordo del barco que traslada al chupasangres desde Transilvania hasta Londres, no es una mala película. De hecho, podría ser considerada de visión imprescindible para cualquier fanático de Drácula y de los monstruos clásicos en general. Øvredal, quien cuenta con una amplia experiencia en el género de los sustos, logra generar un ambiente cada vez más inquietante, mientras que el monstruo en sí, interpretado por el español Javier Botet (“Mama”), luce absolutamente aterrador, incluso cuando es evidente que el maquillaje y las prótesis que empleó fueron amplificadas con el uso de CGI.

Pero lo cierto es que los sucesos que se narran, plasmados en el guión escrito por Bragi Schut Jr. y Zak Olkewicz, no logran despertar el interés suficiente como para mantener a flote una película de dos horas que no es demasiado entretenida, porque extiende sin demasiado vuelo las circunstancias contadas originalmente sin mostrarnos a personajes cautivadores, y cuyos aportes a la tradición draculiana son francamente dudosos, pese a lo saludable que resulta la implementación de un protagonista afroamericano de alto nivel académico -es un doctor llamado Clemens- que se enfrenta a la discriminacion por el color de su piel y que es interpretado por el excelente Corey Hawkins (“Straight Outta Compton”).

JULES

Director: Marc Turtletaub

Reparto: Ben Kingsley, Harriet Sansom Harris, Jane Curtin

Género: Comedia de ciencia ficción

¿Qué hubiera pasado si, en lugar de refugiarse en la casa de una familia californiana de clase media a inicios de los ‘80 y de haber trabado amistad con un niño, E.T. hubiera llegado a la casa de un viudo mayor de la actualidad, radicado en un pueblito de Pensilvania? Esta podría ser la descripción de “Jules”, la película que se estrena este viernes de manera limitada en salas de Los Ángeles y Nueva York y que, ciertamente, responde a esta premisa.

Sin embargo, definirla de manera tan escueta significaría no solo decir que es una simple copia, sino que implicaría quitarle méritos a un trabajo que se encuentra lleno de encantos y que adopta la ruta del bajo presupuesto para contar una historia que, en efecto, puede sonar poco novedosa, pero que sirve como excusa para darle voz a un trío de actores de la tercera edad que no deja nunca de impresionar y que se encuentra encabezado por el excelente Ben Kingsley (“Ghandi”, “Schindler’s List”). Su personaje, Milton, vive a solas, y su mayor pasatiempo es visitar la alcaldía local para hacer unos reclamos que no son atendidos.

El hecho de que el alienígena (interpretado por Jade Quon) no llegue nunca a hablar y se limite a observar a sus interlocutores con unos ojos dulces que parecen comprenderlo todo refuerza la impresión de que la meta principal del guión, escrito por Gavin Steckler, es ofrecer una mirada compasiva y sensible sobre las vivencias de sus personajes, afectados tanto por la soledad como por los síntomas incipientes de la pérdida de la memoria.

Como podrá verse más adelante, el pacifico extraterrestre no es completamente inofensivo, lo que le termina por darle cierta garra a una historia que, sin embargo, opta siempre por la ruta amable, tanto en lo que respecta a los riesgos implícitos en la protección de una criatura de esta clase como al futuro inmediato de unos ancianos que saben que no les queda mucho tiempo en este planeta. Y el director Marc Turtletaub, quien tiene una larga trayectoria como productor y se encuentra en el rango de edad de sus actores, trata el tema con la correcta delicadeza.

HEART OF STONE

Director: Tom Harper

Reparto: Gal Gadot, Jamie Dornan, Alia Bhatt

Género: Acción

Las grandes historias comerciales sobre espías internacionales, que no han perdido popularidad con el paso del tiempo, tienen mucho en común, empezando por el hecho de estar protagonizadas por hombres. Pero eso ha ido cambiando en los últimos años con el lanzamiento de títulos como “Atomic Blonde” (2017), “Red Sparrow” (2018), “Salt” (2010) y “Hanna” (2011), encabezadas todas por damas fieras.

Debido a los aires de cambio que se respiran y al renovado interés en esta clase de relatos, Netflix decidió ofrecer su propia versión del tema y colocar frente a ella a Gal Gadot, quien, a lo largo de los últimos 15 años, ha hecho muchas películas, pero que es básicamente recordada por su interpretación de la heroína Wonder Woman y, en menor medida, por el papel que tuvo en la saga de Fast & Furious.

En “Heart of Stone”, que se estrena este viernes en la plataforma citada y en un número limitado de salas, Gadot se pone en la piel de Rachel Stone, una agente doble que, durante las arriesgadas misiones en las que participa como asistente tecnológica del Servicio de Inteligencia Britanico, finge ser una mujer indefensa sin habilidad alguna para el combate físico, pero que es en realidad una implacable guerrera que responde en secreto a The Charter, una organización tan misteriosa como legendaria.

The Charter es una de esas instituciones ficticias creadas en aras de la ‘paz mundial’ que abundan en esta clase de cintas, pero tiene algo particular: sus dirigentes toman decisiones absolutamente relevantes sobre la base de la información proporcionada por la impresionante computadora cuántica que poseen, que sería capaz de destruir el planeta entero si cayera en las manos equivocadas -por supuesto- y que resultaría más original ante nuestros ojos si no acabáramos de ver algo parecido no solo en el primer episodio de la sexta temporada de “Black Mirror” -una serie que, claro está, es emitida por Netflix-, sino también en “Mission: Impossible – Dead Reckoning Part One” -que sigue en cartelera-.

Más allá de los llamativos aunque superficiales comentarios que hace sobre las nuevas tecnologías vinculadas a un tema tan vigente como el de la Inteligencia Artificial, la película toma préstamos bastante evidentes de la saga cinematográfica de “Mission: Impossible”, y tiene una escena prácticamente calcada de “Moonraker” (1979), una de las aventuras de James Bond protagonizadas por Roger Moore. Pese a ello, su incansable ritmo y el profesionalismo con que se encuentran rodadas sus escenas de acción prometen evitar que el espectador se aburra.

En todo caso, el problema mayor por aquí es la falta de desarrollo emocional del personaje de Rachel, lo que le quita a Gadot -siempre esforzada en el plano físico- la posibilidad de convertirse en una duradera ‘heroína de acción’, fuera de las claras intenciones de los productores por darle vida a una franquicia semejante a la de Extraction.

MEDUSA DELUXE

Director: Thomas Hardiman

Reparto: Clare Perkins, Anita-Joy Uwajeh, Kae Alexander

Género: Drama / Misterio

Dos semanas después del lanzamiento de “Talk to Me”, su más reciente incursión en el terror, así como una de las cintas más impactantes del género en los últimos tiempos, A24 estrena en salas selectas y en Video On Demand “Medusa Deluxe”, un trabajo británico que, sin pertenecer al mismo rubro, posee toda la rareza y el afán experimental que distinguen a las obras distribuidas por la compañía líder del cine independiente en los Estados Unidos.

Para empezar, “Medusa Deluxe” se presenta ante el espectador como si fuera un filme hecho con una sola toma aunque no lo sea en realidad, lo que, sumado a su uso constante de interiores, la asemeja desde ya a la “Birdman” de Alejandro G Iñárritu. Pero el director Thomas Hardiman y el director de fotografía Robbie Ryan (“The Favourite”) encuentran formas ciertamente novedosas de engañar visualmente al espectador y de rodar extensas escenas sin apelar a cortes, lo que luce a veces como una estrategia forzada pero que, en sus mejores momentos, resulta deslumbrante.

Bajo estas condiciones, se trata de una cinta digna de ser vista, aunque no estemos igualmente convencidos de la eficacia del guión -escrito por el mismo Hardiman-, que nos presenta a una comunidad de peluqueros afectada por el asesinato de uno de sus integrantes en plena antesala de una competencia. Pese a la extravagancia de todos los personajes, a lo sobresalientes que resultan algunas de las actuaciones y al interés que se genera en la parte media tras un suceso particularmente dramático, la clamorosa falta de desarrollo de la parte narrativa nos lleva a imaginar que los textos fueron solo una excusa para la audaz puesta en escena.

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Este artículo fue publicado por primera vez en Los Angeles Times en Español.