CRÍTICAS. 'Wonka', 'Rebel Moon' y otros estrenos que dominan ahora las salas y el 'streaming'

El mes final del año se presta para el lanzamiento de las grandes producciones de estudio con las que se cierra la temporada, pero también para el estreno de algunos trabajos de autor que podrían tener un papel destacado en las ceremonias de premio que se aproximan, como lo demuestra el siguiente listado.

WONKA

Director: Paul King

Reparto: Timothée Chalamet, Calah Lane, Keegan-Michael Key

Género: Fantasía / Musical

No nos engañemos: en el imaginario popular, la película de cine inspirada en la obra más famosa del escritor británico Roald Dahl que ha trascendido realmente el paso del tiempo es “Willy Wonka & the Chocolate Factory” (1971), un musical en que el inolvidable Gene Wilder interpretaba una versión madura del emblemático inventor, mago y fabricante de chocolates.

Más recientemente, claro, Johnny Depp interpretó una versión un poco más joven (y mucho más alocada) del personaje en una cinta que llevaba el mismo título que el libro y que fue dirigida por el gran Tim Burton. La producción recibió críticas mayormente positivas y fue un gran éxito de taquilla, pero no parece haber mantenido su popularidad con el transcurso de los años.

Sea como sea, la escasez de trabajos para la pantalla grande relacionados a la misma obra (hasta hace poco, solo se habían hecho los dos mencionados) justificaba ya de algún modo lo que está sucediendo ahora, es decir, el estreno de “Wonka”, un filme que, pese a ser un musical como el primero, no es una nueva adaptación de la novela de Dahl, sino un relato original que se plantea además como una de esas “historias de origen” que se encuentran tan en boga.

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A diferencia de lo que ha sucedido con aproximaciones semejantes que han querido forzar la ruta de los superhéroes en personajes que no tienen nada que ver con ellos, esta es una cinta que, en medio de todas sus artimañas visuales y digitales, se siente como una aventura de la vieja escuela. Se encuentra quizás desprovista de los tonos de oscuridad presentes en otras versiones, pero resulta absolutamente placentera, y llega además marcada por una atmósfera mágica que nos parece irresistible, sin caer por ello en las trampas religiosas de diciembre.

Esto tiene que ver sin duda con la labor del director y guionista inglés Paul King, quien se ha encontrado a cargo de las dos películas del oso Paddington, que resultan igualmente encantadoras. Pero no hay que dejar de lado bajo ninguna circunstancia al astro francés-americano Timothée Chalamet (“Call Me by Your Name”, “Dune”), dueño de una juventud, de un carisma y de una jovialidad que le otorgan un carácter realmente particular al chocolatero.

Tampoco le va mal al resto de personajes, incluyendo al de la pre adolescente Noodle (Calah Lane), quien, al igual que los companeros mas cercanos de Willy en esta aventura, se encuentra prácticamente en una situacion de esclavitud dentro de un inmueble que funciona supuestamente como un hotel y que es regentado por la despiada Sra. Scrubitt (Olivia Colman).

Por si esto fuera poco, el filme incluye comentarios sobre la brutalidad policial, la corrupción institucional y la monopolización del mercado que van más allá de lo que podría esperarse en una producción familiar. Y, por supuesto, hace que el espectador salga de la casa con la necesidad imperiosa de comerse un buen chocolate.

REBEL MOON

Director: Zack Snyder

Reparto: Sofia Boutella, Djimon Hounsou, Charlie Hunnam

Género: Ciencia ficción / Aventuras

No hay que darle muchas vueltas al asunto para darse cuenta de que, desde su origen mismo, “Rebel Moon –Part One: A Child of Fire” -que se estrena este viernes en salas selectas antes de su lanzamiento del 22 de diciembre en Netflix- tiene deudas incuestionables con el universo de Star Wars.

Vamos; se trata de una “space opera” cuyo nombre recuerda de inmediato la denominación que se le daba a los enemigos del Imperio en la saga creada por George Lucas, y que, en este caso, se refiere justamente al grupo de individuos que se levantan contra un régimen tiránico que también alude de manera poco discreta a los nazis de los años ‘40.

Para ser precisos, Zack Syder (“Superman”, “Army of the Dead”), su creador, director y coguionista, concibió inicialmente el proyecto como una propuesta que debía integrarse a la mitología de los jedis. Sin embargo, luego de que su idea fuera rechazada por Lucasfilm, decidió adaptarla a un universo que debía ser obviamente distinto. Está claro que no supo tomar las distancias necesarias.

Eso no significa que su película no tenga nada que ofrecer, siempre y cuando se la vea como un homenaje directo a un clásico del pasado y se la emplee como una herramienta de entretenimiento en la medida de lo que ofrece en términos de espectacularidad y de coreografías.

Más allá de cualquier imitación voluntaria o accidental, se extraña también en “Rebel Moon” la falta de personajes mínimamente complejos. Pese a que Snyder le otorga algunos matices interesantes a los revolucionarios en lo que se refiere a la ética de lucha y al planteamiento de estrategias, lo que tenemos aquí son mayormente arquetipos representados por actores que nunca impresionan, fuera de sus físicos impresionantes (porque estamos ante un festival de músculos masculinos). Y esto incluye lamentablemente a la protagonista Sofia Boutella (“The Mummy”), quien no tiene mucho que decir en el papel de la misteriosa y fiera Kora.

En más de un aspecto, “Rebel Moon” es un producto comercial que intenta apelar a las reacciones más básicas de la audiencia y que no se preocupa ni siquiera por ser impredecible. Luce de manera fantástica, claro, pero solo si se tolera el abuso de cámara lenta en las escenas de acción y los afanes de su director para que todo luzca irreal. Finalmente, posee los suficientes méritos para ser vista por quienes gustan del género, aunque ni siquiera ellos deberían esperar que la impresión se mantenga con el tiempo.

THE ZONE OF INTEREST

Director: Jonathan Glazer

Reparto: Christian Friedel, Sandra Hüller, Ralph Herforth

Género: Drama histórico

En cierto sentido, el protagonista de “The Zone of Interest” podría ser considerado un hombre ejemplar. Lee cuentos para sus hijas cada noche, le preocupa el bienestar de su familia y, además de querer y respetar a su esposa, pasa mucho tiempo con los suyos, pese a las enormes responsabilidades que entraña su trabajo.

El problema es que, más allá de todo eso, es el comandante a cargo de Auschwitz, el siniestro campo de concentración nazi en el que se ejecutó al menos a un millón de personas. Y no es un comandante ajeno a las atrocidades que se cometían allí, sino uno que supervisa y coordina las matanzas de manera directa, ideando incluso de manera constante métodos de exterminio más eficientes de los que ya tiene.

Este es el cuarto largometraje del británico Jonathan Glazer, y el primero desde su ya lejano pero sobresaliente “Under the Skin” (2013). Acaba de ser nominado a un Globo de Oro, es la apuesta de Inglaterra para el Oscar y su presencia está prácticamente asegurada en las nominaciones a Mejor Película Internacional de los Premios de la Academia.

Si existe la justicia, debería también ofrecer posibilidades de reconocimiento para las actuaciones estelares de Christian Friedel y Sandra Hüller, quienes están estupendos en lo que hacen.

Es, también, una cinta profundamente perturbadora, pero no por lo que muestra de manera explícita, sino por lo que insinúa, por la manera en que está estructurada y, ciertamente, por el escenario en el que se desarrolla. Y es que, en lugar de presentar a Rudolf Höss (que es tanto el nombre del personaje principal como el del hombre que existió realmente) en medio de su despiadada labor, evita cualquier imagen directa del interior de Auschwitz y exhibe en cambio a su protagonista en la casa que se le encomendó al lado mismo del campo, separada únicamente por una pared.

Tras ese muro, los horrores que se cometían eran inenarrables; al otro lado, Hedwig (Hüller), la esposa, tenía un jardín precioso, lleno de plantas y de flores exóticas, que cuidaba con esmero y dedicación. Ella tampoco ignoraba lo que pasaba. Mientras desarrollaba sus labores caseras, escuchaba los gritos constantes que provenían del campo de concentración, y en más de una ocasión, podía ver el humo que surgía de las chimeneas diseñadas para lidiar con la cremación de los asesinados.

Por lo general, “The Zone of Interest” muestra los privilegios de esta familia alemana de manera realista y a veces mundana, incurriendo ocasionalmente en unos tiempos muertos que podrían haber sido editados, pero que sirven para remarcar la intención dramática del relato y los esfuerzos de Glazer por comprender los orígenes de una maldad tan inaudita.

Cuando estos recursos no resultan suficientes, el cineasta interrumpe la acción con un cuadro completamente rojo sobre el que se impone una música aterradora y estridente, o recurre a enigmáticas escenas en blanco y negro que podrían tener diversas interpretaciones.

Estamos, a fin de cuentas, frente a una cinta tan extraordinaria como desgarradora, tan controlada como impactante, así como ante una obra que merece desde ya formar parte de una discusión que excede definitivamente el ámbito cinematográfico.

FAMILIA

Director: Rodrigo García

Reparto: Daniel Giménez Cacho, Ilse Salas, Cassandra Ciangherotti

Género: Drama

Pese a ser de origen colombiano y de haber pasado la mitad de su vida en México, Rodrigo García no había hecho hasta ahora una película en español. Se había dedicado, en cambio, a hacer complejos dramas en los que participaron estrellas internacionales de la talla de Glenn Close, Sissy Spacek, Anne Hathaway, Naomi Watts y Annette Bening, y que, sin ser siempre sobresalientes, se esmeraban por ofrecer elaborados perfiles psicológicos de sus personajes, sobre todo en lo que respecta a los femeninos.

En ese sentido, “Familia”, que se estrena este viernes directamente en Netflix -y que, sí, se encuentra hablada en nuestro idioma-, sigue la misma línea, aunque nos traslada al mexicano Valle de Guadalupe para meternos de cabeza en el encuentro de un clan encabezado supuestamente por un hombre pero dominado en gran medida por sus tres hijas, interpretadas de manera brillante por Natalia Solián, Ilse Salas y Cassandra Ciangherotti.

No se trata tampoco de que Leo, el protagonista, sea un hombre débil, ni mucho menos. En manos de Daniel Giménez Cacho (“Bardo”), uno de los mejores actores mexicanos de todos los tiempos, este patriarca rural se muestra a veces imponente, a veces autoritario, a veces tolerante y a veces compresivo. Ver a un histrión de estas dimensiones en un papel tan jugoso y tan hecho a su medida vale ya el precio de admisión (o, mejor dicho, el de suscripción).

Si hay algo de lo que peca “Familia” es del exceso de diálogos. En cierto momento, lo que dicen los personajes se torna repetitivo, como si García desconfiara de la capacidad de atención del espectador. Se trata, en todo caso, de una deficiencia menor en lo que respecta a un trabajo de perfil bajo, pero de enorme sensibilidad, que debería ser disfrutado por quienes gustan de los buenos dramas que prescinden de aspavientos, pero no de sentido.

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Este artículo fue publicado por primera vez en Los Angeles Times en Español.