El día que Ryan Gosling perdió un gran papel por subir 27 kilos
La imagen para un actor de Hollywood puede llegar a ser trascendental a la hora de ponerse en la piel de un personaje. En los últimos años, se dieron a conocer los procesos de cambios que tuvieron algunas de las estrellas para interpretar papeles en específico, tal como fue el caso de Joaquin Phoenix, quien bajó 23 kilos para ponerse en la piel del Joker. Pero también hay casos inversos, cuando un actor aumenta de peso y eso le puede jugar una mala pasada. Ese fue el caso de Ryan Gosling, una de las máximas estrellas de la industria cinematográfica actual, quien perdió un gran papel por haber subido 27 kilos.
Ryan Gosling no llegó a ser una de las grandes estrellas solamente por su actuación como Ken en Barbie, que rompió récords de audiencia en todo el mundo; sino también por su extensa trayectoria en éxitos como La-La-Land, Diario de una pasión, Drive y Blade Runner 2049, entre muchos otros. A lo largo de su carrera logró demostrar que se puede adaptar a cualquier género, ya que participó de grandes éxitos muy diversos; sin embargo, no todo salió bien en sus 43 años.
Hay una historia que pocos saben acerca del actor canadiense, que ocurrió en el 2010, mientras se rodaba la película Desde mi cielo. En principio, Gosling se había sumado al reparto que llevaba el libro de Alice Sebold a la pantalla grande, pero lo que sucedió es que el director Peter Jackson decidió despedirlo en pleno rodaje.
Todo se trató de un malentendido. Desde mi cielo trata la historia de la niña Susie Salmon, quien es asesinada, pero mientras se realiza la investigación vuelve de la muerte para ser testigo de los avances que obtienen y para ver cómo está su familia tras su pérdida. En este contexto, a Ryan Gosling le tocaba ponerse en el papel del padre de la niña, pero se armó una idea totalmente errónea de su personaje.
Decidió comer bastante helado para engordar y llegó a presentarse al rodaje con 27 kilos por encima de su peso normal. Por supuesto, Peter Jackson tenía una idea totalmente distinta a lo del actor y decidió tomar la peor decisión en ese momento.
Años más tarde, fue el mismo Gosling el encargado de contar lo que sucedió en aquel rodaje durante una entrevista. “Teníamos una idea diferente de cómo tenía que ser el aspecto de mi personaje. De verdad pensaba que debía pesar 96 kilos… No hablamos mucho durante el proceso de preproducción, lo que fue el problema. Era una película grande y había muchas cosas con las que lidiar y él no podía lidiar con los actores individualmente. Aparecí en el set y lo había entendido mal. Me quedé gordo y sin trabajo”, indicó.
En conclusión, se trató de una buena experiencia para el actor, ya que este error no lo volvió a cometer en su carrera y afinó su diálogo con los directores, quienes son los grandes responsables de llevar adelante las decisiones estéticas de una película. A pesar de esa mancha negra, Ryan logró trascender dentro de la industria y ahora los directores se pelean por tenerlo en sus sets, ya que se convirtió en sinónimo de éxito.