Daniel Barenboim tiene Parkinson: primeras repercusiones, implicancias y un antecedente en el mundo de la música clásica
Tras haberse retirado paulatinamente de los escenarios, Daniel Barenboim —uno de los más grandes y más completos genios musicales del mundo— dio a conocer en las primeras horas del jueves 6 de febrero (hora argentina) el diagnóstico de su salud en un comunicado publicado en sus redes y difundido a través de su oficina de prensa, en el cual anuncia que sufre la enfermedad de Parkinson.
La prensa de Alemania (país en el que reside el músico) se limitó a publicar el anuncio de manera textual, sin hacer mayores conjeturas sobre el futuro inmediato. Dado que ya se había producido el retiro de la dirección ejecutiva del teatro berlinés, así como la cancelación de los programas de conciertos y cualquier otro cargo, no se produjeron novedades respecto de la agenda artística. Es de esperarse, sin embargo que, según los deseos y los dichos del propio Barenboim, la aceptación de compromisos dependa de la evolución de su estado de salud.
Desde los inicios de 2022, el excepcional y multifacético argentino comenzó a modificar su agenda de compromisos artísticos y a recurrir a una serie de cancelaciones incluso de último momento, que llamaron la atención por tratarse de una práctica muy infrecuente a lo largo de su trayectoria. Si bien se aducían “cuestiones de salud”, no se mencionaba ninguna enfermedad concreta ni se daban precisiones respecto de su recuperación hasta que a fines de ese año por primera vez se mencionó “una afección neurológica grave”.
En 2023 debió dar un paso al costado como director musical general de la emblemática Staatsoper Unter den Linden (en la capital alemana donde reside desde comienzos de los 90), ópera cuyo destino había conducido desde 1992 con un talento, una exigencia y una capacidad de trabajo tan titánica y deslumbrante que, en muy poco tiempo tras la caída del Muro de Berlín y la devastación cultural de la era comunista, la ubicó y la mantuvo hasta nuestros días en el podio de las orquestas y casas líricas con más alta reputación del mundo. Antes de retirarse de la dirección del teatro al que dedicó más de tres décadas de su vida, alcanzando logros extraordinarios que quedarán grabados como hitos de la historia musical contemporánea, celebró su 80º aniversario con un concierto bajo la batuta de un gran amigo, el director de orquesta indio Zubin Mehta, en el que interpretó dos conciertos para piano: el nº 3 de Beethoven y el nº 1 de Chopin.
Apariciones públicas
Entre las más recientes apariciones públicas se cuentan su último concierto el pasado octubre, aclamado junto con Martha Argerich (reconocida amiga con la que compartió etapas de su infancia y formación en Buenos Aires) con la prestigiosa Filarmónica Berlín, donde dirigió a la pianista interpretando el concierto nº 1 de Beethoven. Y el 15 de enero pasado, cuando fue condecorado por el rey Felipe VI con la Gran Cruz de la Orden del Mérito Civil propuesta por el Ministerio de Asuntos Exteriores de España en reconocimiento a su trayectoria como director de orquesta y pianista.
En otro párrafo del comunicado que encontró inmediata repercusión en el mundo, Barenboim se refiere al más personal de sus proyectos: la Orquesta del Diván de Oriente y Occidente, una iniciativa que fundó en 1999 junto con el intelectual palestino Edward Said con el fin de canalizar en una nueva formación de jóvenes músicos palestinos, árabes e israelíes, su espíritu ecuménico, sus enseñanzas y aspiraciones de paz, crecimiento y concordia a través de la música . “Como siempre, considero que la Orquesta West-Eastern Divan es mi responsabilidad más importante. Para mí es esencial garantizar su estabilidad y desarrollo a largo plazo. Continuaré dirigiéndola siempre que mi salud me lo permita . Al mismo tiempo, asumiré un papel activo para garantizar que tenga la oportunidad de trabajar con otros excelentes directores en el futuro”. Y concluye: “He estado afrontando esta nueva realidad y mi objetivo es recibir la mejor atención disponible. Agradezco a todos por su amabilidad y buenos deseos”.
De los antecedentes más cercanos de directores de orquesta que sufrieron enfermedades neurológicas degenerativas, se conoce el caso de Seiji Ozawa, icónico director de la Orquesta Sinfónica de Boston, fallecido en 2024, a la edad de 88, a consecuencia del Alzheimer. De entre los homenajes que el célebre músico japonés recibió en vida, ha dado la vuelta al mundo un video de un concierto dirigido por Zubin Mehta en 2016 del que participó Seiji Ozawa intercambiando el mando del ensamble, donde queda expuesta con una ternura conmovedora la fragilidad del ser humano frente a la vida y la enfermedad.