Dante, nuestro contemporáneo “leído” por Berio

Luciano Berio decía que su obra no era una ópera, sino una "acción sonora"
Luciano Berio decía que su obra no era una ópera, sino una "acción sonora"

El aniversario es la excusa que, por lo general con la mediación venal de un encargo, el calendario le ofrece al artista para que decida qué hará con otro artista del pasado. En dirección contraria, es también la excusa para que se advierta cuánto (y qué) de ese artista del pasado sigue vivo, o incluso para darse cuenta de que nada se entiende ya de él, en una incomprensión que habría que imputar la época del homenaje. Algunas veces se paga sin más el tributo; otras (muy pocas) hay una pura ganancia de algo nuevo que no habría existido sin ese pasado cuya recordación impone la fecha. Esto último es lo que pasó con Laborintus II, de Luciano Berio, pieza compuesta en 1965 para conmemorar el 700 aniversario del nacimiento de Dante Alighieri. Ahora, para otros 700 años, los de la muerte del poeta, la obra volverá a escucharse hoy en el Teatro Colón, en el ciclo Colón Contemporáneo, con dirección de Pablo Druker.

En un escrito un poco anterior acerca del “gesto” en la música para la escena, Berio señalaba ya que existía una “tendencia implícita” en el material, y que para ser creativo el gesto debía poder desagregar cualquier cosa, de no privarse de “su propio teatro”, aun al precio de ensuciarse en el barro, en “la palus putredinis de la experiencia”. Eso, diríamos, hizo Dante en la Comedia, y eso hace Berio con Dante, su material, en Laborintus II. El “dos” del título trae supuesto un “uno”. Ese Laborintus primero fue un libro de poemas que Edoardo Sanguinetti publicó en 1956. La referencia importa no solamente porque Berio le confiara a Sanguinetti el “texto” de su pieza, sino porque en esos poemas, lo mismo que en sus novelas (Capriccio italiano, por ejemplo, de 1963) encontramos un principio constructivo idéntico: la proliferación de citaciones, alteraciones temporales y renuncia a la anécdota. Esto es frecuente también en otras piezas de Berio para música vocal y palabras; digamos dos: Sinfonia y A-Ronne.

Berio y Sanguinetti entienden la obra de Dante (toda ella, no solamente la Comedia) como un cuerpo vivo, cuya voz se prolonga en voces ajenas. Hay citas de T. S. Eliot, de Ezra Pound y del propio Sanguinetti, que fue el recitante en el estreno. El modelo que tomaron Berio y Sanguinetti para Laborintus II fueron las Etimologías de Isidoro de Sevilla, esa vasta enciclopedia del siglo VII que compendia los campos del saber antiguo por la justificación de los términos que los designan. Berio hace del “catálogo” un completo principio formal. Su golpe de genio, el de Berio, fue en todo caso encontrar esa afinidad entre el mundo medieval y el contemporáneo: que la totalidad puede habitar en lo fragmentario.

Para agendar

Laborintus II. Mañana a las 20 en la Sala Principal del Teatro Colón, con dirección musical de Pablo Druker. Narrador: Víctor Torres. Sopranos solistas: Virginia Majorel, Natalia Salardino, Lucía Lalanne. Dirección coral: Mariano Moruja. El programa incluye también, de György Ligeti, Monumento y Autorretrato con Reich y Riley (y Chopin en el fondo), de las 3 piezas para 2 pianos, por Silvia Dabul y Lucas Urdampilleta; y Eight Lines, de Steve Reich. Entradas desde $800. El concierto se transmitirá también por streaming.