‘De buena fe’, ¿un programa en Canal Once hecho para defender a AMLO?

Captura de video Twitter
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Canal Once siempre se ha caracterizado por la calidad de sus contenidos. Para muestra, ahí tenemos espacios de entrevistas como ‘Conversando con Cristina Pacheco’, foros de debate como ‘Primer plano’ o hasta talk shows como ‘Diálogos en confianza’. Justo por eso, llaman la atención las críticas que ha recibido una de sus más recientes producciones y que, paradójicamente, se llama ‘De buena fe’. ¿Por qué?

Se trata de uno de los nuevos programas de Canal Once en su barra nocturna. Sin embargo, ha sido criticado por mostrar una clara tendencia partidista. Así lo señaló Álvaro Cueva en su columna de Milenio. “Es una descaradísima plataforma propagandística del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, un retroceso para los medios públicos de este país, un insulto para el pueblo de México”.

La emisión es conducida por Gibrán Ramírez, analista político y secretario general de la Conferencia Interamericana de Seguridad Social (CISS) desde febrero de 2019.

Le acompaña Estefanía Veloz, activista sobre los derechos de las mujeres y cercana a la militancia del Movimiento Regeneración Nacional (Morena), quien fue noticia en agosto pasado por abandonar la transmisión de un programa radiofónico al que fue invitada tras las diferencias ideológicas con otro de los participantes.

Obvios favoritismos

Si bien ambos presentadores poseen el conocimiento necesario para saber de lo que hablan, el programa simplemente no funciona. Las entrevistas lucen tendenciosas y las encuestas de banqueta que presentan muestran claros favoritismos.

Así ocurrió con su primer entrevistado: Germán Martínez Cázares, ex director del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y ex panista (incluso, fue presidente de este partido) y actual senador por Morena.

Con un tono desafiante hacia el entrevistado, pero sin mirar a la cámara y hasta tapándose el rostro, Gibrán inicia la charla contextualizando al entrevistado sobre “la guerra contra el crimen organizado de Felipe Calderón” (uno de los actuales ‘enemigos’ del gobierno actual) y le señala: “La guerra que sigue reivindicando el Partido Acción Nacional que tú presidiste”, y consciente de que ahora Germán está con Morena, le formula la pregunta: “¿Hay de tu parte arrepentimiento de ese proceso?”.

De hecho, Gibrán ni siquiera le permite al senador devolverle el saludo y va directo a la pregunta. Tan es así, que el propio entrevistado se lo hace saber. “Bueno, primero te agradezco. Te deseo mucha suerte en tu programa. Te va a ir muy bien”, le señala Martínez Cazares antes de responder la pregunta que le hizo.

La entrevista se corta y le sigue una encuesta en la calle que hace más evidente el favoritismo: “¿Cuál es su opinión sobre el Partido Acción Nacional?”, en un intento por volver a criticar a la oposición actual en plena era de mayoría morenista, pues resultó que todas las personas mostradas a cuadro estaban en contra de aquel partido. ¿Será posible?

Y lo que le siguió fue más descarado: una sección dedicada a ‘aclarar’ las llamadas fake news de la semana, en donde hablaron del desabasto de medicamentos a personas con VIH y la muerte de una niña víctima de cáncer por presunta negligencia. En primera, se trata de información que fue noticia hace varias semanas. Y en segunda, curiosamente, solo decidieron cuestionar dos de las noticias que han señalado directamente al gobierno de AMLO.

Pero lo peor llegó al cierre de la cápsula, cuando Estefanía Veloz concluye: “En resumen, este gobierno no se va a doblegar ante grupos empresariales tramposos”. ¿Así o más claro el mensaje que quieren dar?

Y en una evidente falta de continuidad, el programa retoma la entrevista de Gibrán hacia el senador Martínez Cázares, con juicios de valor por parte del entrevistado, como “El PAN está cumpliendo 80 años, ¿tiene futuro? ¿Llega al siglo?” y hasta “Hay gente que ve como un salto tremendo, yo lo vi así también, tu paso del PAN a Morena”.

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Problemas de forma y fondo

El formato también ha dejado mucho que desear. Se percibe mal iluminado, peor musicalizado y con un escenario muy básico para la pareja de conductores. Ella lo intenta, pero él francamente luce sin el menor carisma ni sentido de cómo funciona la conducción en televisión.

La participación de Estefanía Veloz también es cuestionable. ¿Cómo es que una mujer como ella, inteligente y activista en favor de las causas feministas, aceptara un programa con dos conductores, pero Gibrán se lleve todo el protagonismo y ella solo aparezca al principio para presentar el programa y después para una sección de dos minutos? “Estefanía, que es fabulosa, me preocupa, porque en su calidad de mujer no debería estar aparte sirviéndole a Gibrán. Debería estar en la entrevista, debería ser tan protagonista como el hombre. ¡Cuidado!”, señaló Álvaro Cueva.

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El cierre del programa es una especie de reflexión sobre lo presentado durante la emisión. En su programa del pasado lunes 30 de septiembre, Gibrán concluyó lo siguiente: “Creo que entre diferentes podemos estar de acuerdo en ir a un México que trabaje por los pobres”, una directa referencia al mensaje que ha sido la bandera del actual presidente. ¿Quedará duda de que el programa tiene una clara postura partidista?

La pregunta ahora es ¿cuánto podrá sobrevivir al aire esta emisión? Sobre todo después de la abrupta salida de ‘La maroma estelar’, un programa también de Canal Once, pero mucho mejor realizado y pensado. Sin embargo, salió del aire a los dos meses de iniciar transmisiones en medio de diferencias creativas entre sus integrantes (Hernán Gómez Bruera y Carlos Ballarta), acusaciones de censura y hasta críticas por parte de integrantes del PAN hacia los contenidos del programa, particularmente por una cápsula que se transmitió desde el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM).

Una acusación similar ya existe en torno a este nuevo programa. “Si yo fuera diputado, ya estaría pidiendo una comparecencia, no del director del Canal Once, [sino] de las más altas autoridades del IPN y de la SEP para que explicaran esta aberración que usted y yo pagamos con nuestros impuestos”, señaló Álvaro Cueva. Seguramente, no tardarán en sumarse las críticas de otros frentes políticos de oposición, hacia un programa que, pareciera, ‘De buena fe’ solo tiene el nombre.

@braham_MV